Tomada de https://www.trabajadores.cu“El humor sirve para decir las verdades más grandes del mundo, hacer reír sin ofender y, sobre todo, criticar sin vulgaridades”. Así opinó sobre el humor y su utilidad, el escritor, abogado, guionista para programas de radio y televisión, teatrista y destacadísimo humorista cubano Enrique Núñez Rodríguez (1923-2002).
Tal filosofía marca la obra del natural de Quemado de Güines, quien colocó sabiamente en sus creaciones parte del gracejo popular sin caer en didactismos, y sí matizadas de humor y cubanía.
Baste apuntar que, en apenas una década de vida, se le vio como vendedor de periódicos y colaborador de publicaciones tales como una revista literaria de tendencia izquierdista. Con el paso de los años, se hizo sentir en las afamadas revistas Carteles y Bohemia, de circulación nacional.
En la búsqueda de horizontes más amplios para su desarrollo personal y cultural, Enrique se trasladó a La Habana, para lo cual, según cuenta en uno de sus libros el laureado escritor y humorista, tuvo que vender su bicicleta. En la capital cubana se convirtió en un humorista-columnista que abordaba temas sociales y políticos en periódicos de izquierda como en la revista Siempre pueblo y en el semanario Zig-Zag, dedicado al humor.
Se conoce que a finales de 1948 debutó en la emisora COCO y que ese propio año ingresó al staff de la radioemisora nacional CMQ, en la cual dio vida los estelares espacios Leonardo Moncada y Cascabeles Candado. También fue decisivo para su carrera el decenio de los años 50. Con el inicio de la televisión, este novedoso medio de difusión contó con el talento de Núñez Rodríguez.
Pero para el novel humorista y escritor devino fundamental el triunfo de la Revolución cubana en 1959. Quienes le conocieron en esa época, precisan que su ritmo de trabajo era trepidante. Baste apuntar que escribía unas 49 cuartillas diarias, en jornadas que se extendían una decena de horas. Él redactaba los guiones de tres estelarísimos espacios: Chicharito y Sopeira (humorístico), Leonardo Moncada, el Titán de la llanura (aventuras) y Cascabeles Candado (mixto). En cierta ocasión le preguntaron que cómo podía hacer eso. Imagino que Núñez, tras una sonora carcajada, se puso serio y respondió: “Matándome físicamente, trabajando como un bárbaro. No deseo volver a hacerlo”.
Sepa que los tres espacios mencionados fueron catalogados como acontecimientos radiales de su época, tanto por su calidad como por los récords de audiencia y la profesionalidad y estelaridad de los respectivos elencos, integrados por actores de una valía singular.
A los anteriores se suman Si no fuera por mamá, Conflictos, Casos y cosas de casa y El pueblo y sus leyes, entre otros. A su quehacer Núñez agrega varios libros: Yo vendí mi bicicleta, ¡A guasa a garsin!, Mi vida al desnudo, Gente que yo quise, Oye como lo cogieron, Martí y el humor y El vecino de los bajos.
En su amplio expediente autoral aparecen Gracias, Doctor, La chuchera respetuosa, El bravo, Voy abajo, Dios te salve, comisario; Sí, señor juez y La señorita.
Enrique Núñez Rodríguez fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en reconocimiento a sus notables méritos en la sociedad cubana, al que se añaden el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, y la entrega de la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez Báez. Fue, también, vicepresidente de la UNEAC.
Fue distinguido, además, con los premios nacionales de Periodismo José Martí; el de Humorismo y el de la Radio Cubana, entre otras condecoraciones y estímulos, aunque, según sus propias palabras, guardaba muy cerca de su corazón la distinción de Hijo Distinguido de su natal Quemado de Güines. El laureado humorista fue militante del Partido Socialista Popular y del Partido Ortodoxo, y colaborador del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.
• La Odisea es un poema épico cuya autoría se le atribuye a Homero, en el cual el poeta relata las aventuras de Ulises. En la Antigüedad se utilizó esa palabra para significar que un viaje u otra encomienda estuvieron matizados por situaciones abundantes en peripecias y penalidades.
• La menarquía es la época en la vida de la mujer que se caracteriza por la aparición del primer período menstrual.
• En 1914, por vez primera fue representada la mujer cubana en un sello de correos de Cuba. Resultó seleccionada la gran poetisa camagüeyana Gertrudis Gómez de Avellaneda. Con ese hecho se le rendía homenaje al centenario de la destacada fémina cubana.
• Sepa, amigo o amiga que me leen, que la fuerza es hacer y el poder es obrar. La primera, destruye y la segunda, edifica. La fuerza, vence; el poder, triunfa. Añada a su acervo que lo contrario de la fuerza, es la razón, y que lo contrario del poder es la debilidad. Mover, esa es la fuerza; gobernar, ese es el poder.
• La Filosofía, según el filósofo griego Platón, es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.