Miguel Ángel, un grande del Renacimiento

miguel “La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas”, aguda sentencia rubricada por Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni (1475-1504), pintor, escultor y arquitecto, quien pasó a la posteridad como Miguel Ángel Buonarroti, catalogado como uno de los artistas más influyentes de la historia.

En una de sus biografías se consigna que, desde muy temprana edad, recibió clases de pintura en el estudio del artista Ghirlandaio y que más adelante aprendió escultura en el taller de Bertoldo di Giovanni. La reseña precisa que con 13 años fue invitado a vivir y estudiar nada más y nada menos que en la casa palaciega de los Médici, locación en la que permaneció por un cuatrienio.

Se sabe, además, que con apenas 16 años de edad ya había realizado, al menos, dos esculturas en relieve, técnica bastante trabajosa: El combate de los lapitas y los centauros y La Virgen de la Escalera. El gusto por esta manifestación artística le llegó en el Jardín de San Mundos. A ese sitio iba el joven Buonarroti a estudiar las estatuas antiguas que pertenecían a la gustada colección que poseía la familia de los Médici.

La escultura fue su primer gran empeño. Tras el deceso de su mecenas, Lorenzo el Magnífico, Miguel Ángel se fue de Florencia y por un corto espacio de tiempo se asentó en Bolonia. En esa época, según los estudiosos de su obra escultórica, hizo tres esculturas trabajadas en mármol para el área de Santo Domingo en la iglesia de ese nombre. Luego dirigió sus inquietos pasos hacia Roma, sitio donde también había enseñanzas de las nuevas estatuas de la antigüedad clásica que por entonces iban descubriéndose.

Un dato interesante les traslado a los lectores: entre 1496 y 1498, el artista esculpió a gran escala un monumental Baco. En esa misma época también brotó de su martillo y cincel La Piedad, para San Pedro de El Vaticano, obra que, dicho sea de paso, todavía se conserva en su emplazamiento original.

Pero, amigas y amigos internautas, tienen para su disfrute otro dato: sepan que entre los años 1501 y 1504, luego de su retorno a Florencia, esculpió otra obra gigante: la estatua de David. Agreguen a su acervo lo siguiente: Miguel Ángel era muy desconfiado; a tal extremo llegaba que él mismo era quien seleccionaba, transportaba y trabajaba la piedra para asegurarse —según la nota contentiva de sus datos— de que era la pieza correcta.

Debo decirles que el excepcional artista italiano, de forma paralela a la escultura, demostró su experticia en el manejo de los pinceles.

El encargo de realizar un fresco para el Salón de los Quinientos del Palacio Vecchio sobre la Batalla de Cascina, debía estar frente a otro encargado nada menos que a Leonardo da Vinci, sobre la Batalla de Anghiari. Lo interesante es que ni uno ni el otro cumplieron sus respectivos encargos; la historia recoge que solo se realizó un dibujo preparatorio.

Miguel Ángel fue llamado a Roma por el Papa Julio II para dos encargos, el más importante, la decoración al fresco de la bóveda de la Capilla Sixtina, que le mantuvo en jaque cuatro años, 24 antes de comenzar El Juicio Final, otra de sus obras maestras.

También sobresale la labor relacionada con la arquitectura, que inició en 1519, cuando trabajó en el diseño de la fachada de la Iglesia de San Lorenzo, en Florencia (no realizada). También hizo la Biblioteca Laurenciana, aledaña a la citada iglesia y trabajó en las tumbas de los Médici, entre otros. Su obra cumbre fue la Basílica de San Pedro. Falleció el 1ro. de febrero de 1514, a los 88 años.

Otra curiosidad sobre este singular artista: su biografía se publicó en vida de Miguel Ángel, se tituló Vida de Miguel Ángel y fue confeccionada por su compañero de aula Giorgio Vasari.

Durante su larga vida, el genial artista del Renacimiento italiano, perteneciente a la escuela Manierista, realizó 45 esculturas, una decena de obras pictóricas y 15 proyectos arquitectónicos.

En el “hasta luego” de este trabajo, les dejo estos pensamientos de Miguel Ángel.

“El genio es paciencia eterna”.

“La belleza es la purgación de lo superfluo”.

“Vi el ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad”.

“Mis ojos, que codician cosas bellas como mi alma anhela su salud, no ostenta más virtud que al cielo aspira, que mirar aquellos”.

Curiosidades

• Concuerdan los estudiosos al afirmar que una de las más bellas epopeyas de amor es la archiconocida Tristán e Isolda. Se trata de una leyenda que data de la Edad Media en la cual se inspiró el notable compositor alemán Richard Wagner para legar a la humanidad una de sus más bellas óperas.

• Al insigne sabio portugués Pedro Nunes, conocido también como Petrus Nonio, se debió la invención de un sistema para graduar los instrumentos astronómicos y para medir fracciones de las divisiones menores de la graduación.

• En el segundo de sus viajes, en 1494, el almirante Cristobal Colón navegó por los mares situados al norte del territorio que hoy ocupa la actual provincia de Ciego de Ávila, a todo lo largo de la cayería llamada de las 12 Leguas. Existe el criterio —no confirmado— de que en este periplo el Almirante y sus acompañantes fondearon sus naves en lo que con el tiempo sería el puerto de Júcaro, donde se abastecieron de agua potable y carne de manatí.

• Créalo o no, pero se afirma por especialistas en el tema que el riesgo de que un meteorito pueda golpear a un humano es de una vez cada ¡¡¡9300 años!!!

• La locución francesa Au grand complet, significa “en totalidad”, “sin faltar nadie”. Sepa que se aplica para indicar que determinada reunión o junta cuenta con el ciento por ciento del quórum.