Larisa Latynina, la diosa de la gimnasia olímpica

 latyninaTomada de themedalcount.com “Creo que no dejaré jamás la gimnasia, mi amor por este deporte morirá conmigo”, tal es la pasión que profesa hacia esa disciplina Larisa Latynina, nacida en Jerson, Ucrania, en 1934, y mundialmente conocida como la diosa de la gimnasia olímpica.

Y ya que estamos en plenos Juegos Olímpicos de París 2024, les digo a los amables lectores que gustan de estas reseñas que, me animo a escribirles sobre esta gran gimnasta, que hizo y, aún hoy es, historia.

Sepan que esta fenomenal atleta, estudiaba ballet desde pequeña. Pero cuando observó a sus compañeras del colegio —con 13 años— practicar unos ejercicios de gimnasia en el suelo, comprendió que esa disciplina era algo muy parecido al baile, pero más perfecto y sublime, por su dificultad.

Tanto le gustó, que ya a los diecinueve años integraría el equipo nacional de la antigua Unión Soviética, y no pasó mucho tiempo para que comenzara a destacarse.

Su primera aparición pública sería en el Campeonato del mundo de 1954, que se celebró en Roma —todavía no había cumplido 20 años— y, alcanzó una medalla de oro.

Conozcan las amigas y amigos de la Gran Red de Redes que participó en los Juegos Olímpicos de Melbourne, en 1956, en el continente australiano. Su segunda cita olímpica fue en Roma 1960, allí defendió su título general, ganó otra medalla de oro en la prueba por equipos y obtuvo una de oro en los ejercicios en el suelo. En las barras asimétricas y en la barra de equilibrio obtuvo medalla de plata y una medalla de bronce en el salto... Sin embargo, a pesar de ganar siete medallas de oro olímpicas, su hambre de éxito no disminuyó.

Cuatro años más tarde, Latynina ganó su tercera medalla de oro olímpica por equipos y una medalla de plata en la prueba general. En la final de aparatos ganó una medalla de plata en salto, medallas de bronce en barras asimétricas y barra de equilibrio, y ganó en los ejercicios en el suelo por tercera ocasión consecutiva.

De un pequeño esbozo biográfico extraigo que los increíbles logros de Latynina la convierten en la atleta femenina más condecorada en la historia de los Juegos Olímpicos y posee, además, varios récords a ese nivel.

La participación de la gimnasta en grandes competencias fue todo un éxito, pues, a lo largo de su carrera, ganó, nada más y nada menos que ¡28 medallas!, 18 olímpicas y el resto entre mundiales y campeonatos de Europa; de ellas, ¡9 de oro!, así como zumba y suena.

Se retiró del deporte activo en el Campeonato del Mundo de 1966, a la edad de 32 años, y se fue a vivir a Japón por un tiempo. Por suerte para la historia del deporte, pasó a ser entrenadora de gimnasia femenina de la ex Unión Soviética y formó parte de los comités de gimnasia mundial.

Por supuesto que su experiencia había que aprovecharla, así pensaron muchos, y por eso fue seleccionada para integrar el Comité deportivo para la organización de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde una cubana, María Caridad Colón, se convirtió en la primera mujer latinoamericana en obtener una medalla de oro, aunque no fue en gimnasia, sino en lanzamiento de la jabalina.

Por los resultados de toda su vida, el Comité Olímpico Internacional le otorgó a Latynina la orden olímpica de plata y la inclusión en el Internacional Gymnastic Hall of Fame, en 1998. Además, es miembro del Salón Internacional de la Gimnasia y el gobierno de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas la galardonó con el Distintivo de Honor de la Unión Soviética.

Esta fabulosa mujer, campeona olímpica, vive retirada, —desde 2012—, en la localidad Semenovskoye, en Rusia.

Curiosidades

• Puede que el amigo lector que gusta de estas pequeñas cápsulas no sepa que el guepardo ¡no caza todos los días! Esto se debe a que la caza exitosa depende de varios factores, incluyendo su habilidad, la disponibilidad de presas, y la competencia con otros depredadores. Además, después de una caza exitosa, un guepardo puede pasar varios días sin necesidad de alimentarse nuevamente. Consumir grandes cantidades de comida en una sola vez es algo crucial que les permite obtener la energía necesaria para sus rápidas carreras y mantenerse activos hasta que vuelva a cazar con éxito.

• “Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos”, importante sentencia rubricada por Robert Nesta Marley (Bob Marley, 1945-1981) cantante, músico y compositor jamaicano. El racismo y los prejuicios han sido la causa de muchas guerras.

• A principios del siglo XVIII, en las iglesias, las bandas militares y las cortes de los aristócratas eran los únicos lugares donde se podía escuchar el trombón. Solo se tocaba en ocasiones serias, lo veían como un instrumento sagrado y lo trataban como tal. ¿Saben quien cambió con su influencia esa narrativa?, nada más y nada menos que el mismísimo Ludwig van Beethoven (1770-1827), que lo incluyó en una sinfonía secular, la Sinfonía No. 5 en do menor, op. 67 (Fate), por primera vez en 1808. Y lo haría otras veces más.

• La piel tiene su propio sistema de vigilancia 24 horas, así como zumba y suena. Tu piel es capaz de reconocer lo que no es propio de ella e intenta eliminarlo. Éste no es más que un mecanismo de defensa contra infecciones, cuerpos extraños, etc. La piel, mediante su propio sistema inmunológico, “escanea” constantemente su superficie para evitar que la atraviese cualquier sustancia o agente nocivo para el organismo. Y si las partículas que llegan a nuestra piel son demasiado grandes —como ocurre con los tatuajes—, no es capaz de eliminarlas completamente.

• Los amaneceres en esta bella isla son un lujo de ver, pero cuando un cubano te dice “Amaneciste con el moño vira’o” se refiere a que estás de mal humor, insoportable, que le haces la vida imposible a cualquiera que esté a tu alrededor.