Kenzaburo Oé, exponente de la literatura japonesa contemporánea

Recorriendo las páginas de la Gran Red de Redes, me asaltó la curiosidad cuando conocí que en una aldea de los bosques montañosos de Shikoku, en Japón, nació Kenzaburo Oé (1935-2023), quien se convertiría en un prolijo escritor y ensayista. Compartiré con ustedes su breve historia.

Aunque pasó la guerra allí —pues su familia apenas había salido del lugar—, la voluntad de estudiar lo llevó a Tokio. Ingresó en su universidad para estudiar Filosofía y Literatura Francesa, para lo cual necesitó perfeccionar su japonés, pues hablaba una variante dialectal propia de su zona natal. Cuatro años después, finalizó su licenciatura y se especializó en Literatura Europea.

Recoge el portal cubano Ecured que la vocación literaria de Oé nació, en cierto modo, de la necesidad de aliviar el desarraigo cultural y recuperar lo que él llamó “la mitología de mi aldea”.

Sepan las amigas y amigos internautas que publicó cuentos en una revista. Además, escribió novelas, en las cuales traza un sombrío panorama de los efectos de la guerra en el idílico microcosmos rural, como lo fue La presa, su primera, que mereció el Premio Akutagawa de novela corta.

A los 23 años escribió Arrancad las semillas, fusilad a los niños, en cuya obra revela cómo ante la reacción a la muerte y a la adulta pesadilla de la guerra, los chicos probarán a construirse una vida autónoma de dignidad, amor y valor tribal.

Esta novela, encierra todas las cualidades que distinguen la escritura de Oé: su ira radical, su evocación de mito y arquetipo y su extraordinario estilo poético.

Kenzaburo Oé suele abordar, en sus relatos y novelas, aspectos de la sociedad contemporánea desde un humanismo crítico, de raigambre existencialista. Poseedor —según especialistas de un estilo directo, de frases breves y contundentes. Se nutría de poderosas imágenes poéticas y abundantes reflexiones metafísicas.

Se percibe en su obra literaria la influencia de Honoré de Balzac, Dante, Edgar Allan PoeMark Twain, a quienes había estudiado a profundidad, pero también se nota la influencia de Albert Camus, Jean Paul Sartre, W. H. Auden, y W. B. Yeats, por quienes profesó una franca admiración.

Escribió, además, diversos artículos y una novela autobiográfica El muchacho que llegó tarde, que trata sobre la vida estudiantil en un Tokio que no consigue librarse de la alargada sombra de la ocupación estadounidense. Lo que subyace es el conflicto paradigmático del Japón contemporáneo entre modernidad y tradición.

Oé alcanzó notoriedad en Occidente a partir de la década del 80 del pasado siglo. Formado en la tradición francesa, fue profesor en el Colegio de México y conocedor de la literatura hispanoamericana.

Con el nacimiento de su hijo Hikari, inició el punto de inflexión en su vida y su narrativa. El niño, con hidrocefalia y autismo, se convirtió en el eje principal de su vida y de su obra.

Conozcan los amables internautas que, fruto del desconcierto y el dolor ante la minusvalía mental del infante, pero, al mismo tiempo, del afán de superación y de la necesidad de dotarse de una ética privada, creó su novela Una cuestión personal, en la cual narra, en términos crudos y sin concesiones, el descenso al abismo de un padre atrapado entre el fatalismo y la cínica opción de la huida hacia adelante.

Otros libros que reflejan el tema de la relación con su hijo son Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura, Las aguas han inundado mi alma y Despertad, jóvenes de la nueva era.

La pervivencia del cuerpo de mitos y leyendas rurales de su infancia y juventud en el marco de la cultura urbana contemporánea, vertebra obras como El grito silencioso, Juegos contemporáneos o Cartas a los años de la nostalgia.

Según Tomás Fernández y Elena Tamaro, en Biografia de Kenzaburo Oé, inspirado en la poesía de Yeats escribió una trilogía titulada A flaming green tree, M/T y La historia maravillosa del bosque, o la novela de ciencia ficción La torre del tratamiento, así como numerosos artículos y ensayos, entre los que se destacan de forma especial Notas sobre Hiroshima, luego de entrevistar a diversos supervivientes de la tragedia atómica.

Otras obras publicadas por este prolijo escritor japonés fueron A veces el corazón de la tortuga, Un amor especial (Vivir en familia con un hijo disminuido), Salto mortal y Renacimiento (Torikaeko).

Autor de ensayos, cuentos y novelas, en donde trató los conflictos entre las tradiciones y cultura de Oriente y Occidente, y el aislamiento individual y social, obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1994, para convertirse en el segundo en todo Japón en obtener tal galardón.

Esta importante figura de la literatura japonesa contemporánea falleció en 2023, dejando una vasta obra literaria.

Curiosidades

• Sepan los amables lectores de estas pequeñas cápsulas del saber que China posee, con ¡9596.960 kilómetros cuadrados!, la frontera terrestre combinada más larga del mundo, compartida nada más y nada menos que con ¡14 países!

• Dos veces pueden dar vueltas alrededor de la tierra las líneas de ferrocarril chinas, pues tienen ¡26 869 kilómetros! de los cuales ¡41 222 son para trenes de alta velocidad, 10 veces más trenes de alta velocidad que Japón. Así como zumba y suena.

• Los proverbios en Japón son famosos por las enseñanzas que trasmiten, como este: “Con la primera copa, el hombre bebe vino; con la segunda, el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre”.

• Sepan que el pez Arowana asiático o mejor conocido como pez dragón (lóng yú) es visto como un símbolo de buena suerte y prosperidad. Por la sobre pesca a la que ha sido sometido, su valor se ha multiplicado por diez en toda Asia. Un comprador lo adquirió nada más y nada menos que por ¡300 000.00 USD!

• Otro proverbio del que podemos aprender sobre el amor y la lealtad es: “El marido y la mujer deben ser como las manos y los ojos: cuando duele la mano, los ojos lloran, y cuando los ojos lloran, las manos secan las lágrimas”.