John Donne, poesía, canciones, sermones

“Ningún hombre es una isla completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte del todo. Si un terrón es arrastrado por el mar, Europa es menor, tanto como si lo fuera un promontorio, como si lo fuera una mansión de un amigo o la tuya: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy involucrado en la humanidad y, por lo tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”.

Esta frase, que aparece en la Meditación XVII de Devociones sobre ocasiones emergentes, obra escrita por John Donne (1572-1631), considerado como el más importante poeta metafísico en lengua inglesa de las épocas de la reina Isabel I, el rey Jacobo I y su hijo Carlos I.

Pero, ¿saben ustedes, amables lectores, quién era John Donne? Les cuento que, como había nacido en el seno de una familia de honda tradición católica, esa condición le impidió, a pesar de estudiar en las universidades de Oxford y Cambridge, obtener título alguno.

Se dedicó a viajar durante algunos años y conoció a sir Thomas Egerton, quien era guardasellos del rey y lo nombró su ayudante particular, desempeñándose como tal durante cinco años.

Al parecer, amigas y amigos de la Gran Red de Redes, se mantuvo en el puesto más por su relación con Egerton —con quien le unía una buena amistad—, que por la eficiencia de su trabajo.

Se conoce, según las fuentes consultadas, que Donne huía de las responsabilidades para refugiarse en sus versos. Su obra es notable por su estilo realista y sensual, e incluye muchos poemas y canciones, así como versos satíricos; el lenguaje vibrante y lo complicado de sus metáforas lo distingue de sus predecesores y la mayoría de sus coetáneos.

Donne siempre dirigía sus versos a alguna dama a la que conocía, a la mujer de carne y hueso, con una poesía de gran intensidad emocional. Una de estas damas fue Anne More, quien —luego de celebrar la unión en secreto, por la férrea oposición del padre— se convirtió en su esposa.

En algunas fuentes biográficas se precisa que el padre de Anne, una vez que conoció la unión de Donne con su hija, la dejó sin dote e hizo encarcelar al poeta, mientras obligaba a su protector a despedirlo inmediatamente.

Otros datos reflejan que fue vetado para ejercer cualquier cargo público —lo que quizás aprovechó para procrear— y en los diez años siguientes de su matrimonio nacieron doce hijos, lo que los llevó a vivir en extrema pobreza.

Solo la caridad de la familia de su esposa y los trabajos ocasionales que Donne conseguía, los ayudó a sobrevivir. No obstante a la miseria, el poeta produjo, durante estos años, una vasta obra tanto en verso como en prosa.

Le acercó a la religión una grave enfermedad, así comenzó a escribir sus primeros poemas de corte religioso. Más tarde entró a trabajar al servicio de sir Robert Drury, quien quedó impresionado por una elegía compuesta por Donne a la muerte de su hija. Viajó por Francia y los Países Bajos, con Drury, para quien escribió La anatomía del mundo, reflexión poética sobre la decadencia espiritual de la humanidad.

Tras negarle el rey un puesto de trabajo en la corte, a su regreso, Donne se convenció de su fe religiosa y se ordenó sacerdote de la Iglesia Anglicana, corría el año 1615.

Sepan los amables internautas que en Lincoln's Innse convirtió en profesor de Teología y se doctoró en dicha disciplina, posteriormente. Además, se especializó en la redacción de sermones y su éxito fue tal que fue nombrado, en 1621, deán de la catedral londinense de San Pablo.

Escribió otros poemas religiosos, inspirados por una nueva enfermedad. También redactó, sobre todo, sermones, gracias a los cuales fue conocido popularmente y lo convirtieron en el predicador favorito de los reyes Jacobo I y Carlos I.

Después de asumir su cargo, Donne escribió un gran número de trabajos religiosos, como Devotions Upon Emergent Occasions y varios sermones, muchos de los cuales fueron publicados en vida y de los que se conservan, nada más y nada menos que ¡160!

Resulta ampliamente conocida la historia de su muerte, les cuento: al parecer, el día antes de morir dio un sermón que muchos dijeron fue el sermón de su propio funeral. Lo interrumpió para recitar un discurso llamado Death's Duell, una obra maestra de la prosa inglesa del siglo XVII.

Una vez concluido, se retiró a su recámara y mandó a que le hicieran ¡un retrato! con una singular pose: envuelto en la mortaja con la que lo enterraron tras su muerte, que ocurrió solo unas semanas después, así como zumba y suena.

Sus poemas circularon en versiones manuscritas entre sus amigos y conocidos, pero no se publicaron en forma de libro hasta después de su muerte, en la edición preparada por su hijo John en 1633.

Curiosidades

• El uso de pesticidas y la contaminación ambiental ponen en peligro a muchas especies, como las abejas, mariposas y moscas, que son vitales para la polinización de plantas. La pérdida de estos polinizadores podría tener consecuencias desastrosas para la producción de alimentos y la biodiversidad.

• No debemos desistir en nuestros intentos por perseverar, recuerda el refrán que dice “A la tercera va la vencida”.

• Si no comes Cucumis sativus, conocido como pepino, por aquello de que es pesado y lo devuelves, te diré que es refrescante, depurativo, desintoxicante, diurético, disolvente del acido úrico, además, ayuda a conciliar el sueño y es, a la vez, un suave estimulante del sistema nervioso.

• De los errores se aprende y, por tanto, podemos mejorar con ellos, porque decía el filósofo, poeta, compositor musical y filólogo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900): “Lo que no te mata, te hace más fuerte”.

• Un bebé es prematuro o pretérmino, como también se le denomina, cuando nace antes de las 37 semanas de edad gestacional. A menos edad gestacional, menor será la posibilidad de supervivencia.