Tomada de www.biografiasyvidas.com¿Han leído los amigos de la Gran Red de Redes la novela La cabaña del tío Tom? A los que no, les recomiendo la lectura de esta obra que narra una historia de la vida en esclavitud, escrita por la activista social Harriet Elizabeth Beecher (1811-1896) y que fue publicada originalmente entre 1851 y 1852, en forma seriada, en un órgano periodístico abolicionista, The National Era.
Harriet fue una de los 13 hijos del líder religioso Lyman Beecher y su esposa, Roxanna Foote Beecher, que murió cuando la niña tenía cuatro años.
No solo en los cuentos se le da mala fama a las la madrastras, algunas, en la vida real merecen esa categoría; este es el caso. Conozcan que, la convivencia con ella le brindó a Harriet Elizabeth Beecher una imagen deteriorada sobre la maternidad que se encuentra presente en gran parte de sus trabajos.
Sus siete hermanos llegaron a ser ministros, incluido el famoso líder Henry Ward Beecher. No quedaron detrás las hermanas; Catharine Beecher fue autora y profesora, que ayudó a dar forma a las opiniones sociales de Harriet; y la otra, Isabella, se convirtió en líder de la causa de los derechos de la mujer.
Harriet se matriculó en una escuela dirigida por Catharine, siguiendo el curso tradicional de aprendizaje clásico generalmente reservado para los hombres jóvenes. A la edad de 21 años se mudó a Cincinnati, Ohio, donde su padre se había convertido en director del Seminario Teológico Lane.
Encontró amigos con ideas afines en una asociación literaria local llamada Semi-Colon Club, donde entabló amistad con su compañero y maestro de seminario Calvin Ellis Stowe. Se casaron y se mudaron a una cabaña cerca de Brunswick, Maine, próxima al Bowdoin College. Tuvieron siete hijos, pero algunos de ellos murieron a temprana edad.
Sepan, amigos internautas, que, además de su interés por la literatura, Harriet y Calvin Stowe compartían una firme creencia en la abolición y ella, decidió expresar sus sentimientos a través de una representación literaria de la esclavitud.
La emotiva descripción que hizo Stowe del impacto de la esclavitud, particularmente en las familias y los niños, captó la atención de la nación. Aceptado en el Norte, el libro La cabaña del tío Tom y su autor despertaron hostilidad en el Sur. Los entusiastas organizaron representaciones teatrales basadas en la historia, y los personajes de Tom, Eva y Topsy alcanzaron un estatus icónico.
Según fuentes consultadas, se conoce que, después que comenzó la Guerra Civil, Stowe viajó a Washington, D.C., donde se reunió nada más y nada menos que con Abraham Lincoln.
Cuentan una historia, posiblemente apócrifa pero popular. Dicen que Lincoln le dijo como saludo: “Entonces tú eres la mujercita que escribió el libro que inició esta gran guerra —ella medía alrededor de 1.50 metros—”. Si bien se sabe poco sobre la reunión, la persistencia de esta historia captura el significado percibido de La cabaña del tío Tom en la división entre el Norte y el Sur.
Stowe publicó cuentos, ensayos, libros de texto y una larga lista de novelas, incluidas Oldtown Folks y Dred. Si bien ninguno de ellos igualaba a La cabaña del tío Tom en términos de popularidad, continuó escribiendo y defendiendo causas sociales y políticas por el resto de su vida.
Una breve reseña biográfica refleja que fue muy conocida y respetada en el Norte, particularmente en las comunidades reformistas. A menudo se le pedía que opinara sobre cuestiones políticas del momento, como la poligamia.
Pero, a pesar de la rectitud moral de los Beecher, la familia no fue inmune al escándalo. Acusaron a su hermano de una aventura adúltera con una feligresa. Stowe mantuvo que su hermano era inocente durante todo el juicio posterior.
Si bien Stowe está estrechamente asociada con Nueva Inglaterra, pasó una cantidad considerable de tiempo cerca de Jacksonville, Florida. Lo promovió como destino de vacaciones y lugar de inversión social y económica, allí la familia pasó los inviernos. Uno de sus libros, Palmetto Leaves, tiene lugar en el norte de Florida y describe tanto la tierra como la gente de esa región.
Murió con 85 años y su cuerpo está enterrado en la Academia Phillips, en Andover, Massachusetts, bajo el epitafio “Sus hijos se levantan y la llaman bendita”. En todo el este de los Estados Unidos existen monumentos dedicados a la vida, obra y memoria de Stowe.
La Casa Harriet Beecher Stowe en Hartford, Connecticut, ahora es un museo que presenta artículos propiedad de Stowe, de su vida y tiene una biblioteca de investigación. Ah, y sepan que Stowe era vecina nada más y nada menos que de Samuel Clemens (más conocido como Mark Twain), y su casa también está abierta al público.
Curiosidades
• Conozcan, amigos internautas, que Santiago de Cuba llegó a ser la capital de esta bella isla, desde 1515 hasta 1556, y que en 1979 su centro histórico fue declarado Monumento Nacional, respondiendo al inmenso valor patrimonial e histórico que conserva.
• “Hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos”, La belleza del amor queda expresa en una sentencia que firmó la poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral (1889-1957).
• Seguro los amables lectores han visto, en variados soportes, como un flautista hace bailar a una serpiente. Pues sepan que el truco de los encantadores de serpientes no funciona porque ellas bailen, sino porque siguen los repiqueteos y vibraciones de la flauta con su cabeza.
• La precaución es una virtud que puede salvarnos de peligros y de pasar malos momentos, de ahí que mi abuela dijera con frecuencia: “Hombre precavido, vale por dos”.
• El cuerpo humano produce la cantidad de calor suficiente como para hervir 4 litros de agua, en tan solo ¡30 minutos! Tomar mucho líquido es recomendable para refrescarse.