Frank Whittle y el turborreactor

Frank Whittle 2Tomada de flyandblog.com “En la actualidad hay cada motor por ahí que, cuando te pasan cerca, parecen que llevan un turborreactor”, me dijo el amigo Cundo, al tropezármelo en el recibimiento realizado a los Tigres del béisbol avileño, frente al estadio José Ramón Cepero de la Ciudad de los Portales.

Nos sentamos en un banco, para protegernos del radiante sol del mediodía, y, como siempre, conversamos de la victoria beisbolera y otros temas, al punto de que, cuando llegaron los atletas, por poco no podemos ni verlos.

Luego de finalizado todo y presto a poner “pies en polvorosa”, me dijo, sin más: “Recuerda buscar quién fue el creador de los turborreactores y para qué sirven en realidad. Escribe sobre eso, no vaya a ser que un día volemos todos por la imprudencia de los que creen saberlo y tenerlo todo”.

De más está decirles, amables lectores, que me interesó el tema y, además de las tareas domésticas, durante el fin de semana, desapolillé folletos, revistas y me dediqué a buscar sobre este invento en la Gran Red de Redes.

Del portal cubano Ecured extraigo que un turborreactor es el tipo más antiguo de los motores de reacción de uso general y el concepto fue desarrollado en motores prácticos a finales de los años 30 del pasado siglo, de manera independiente, por dos ingenieros; sin embargo, el reconocimiento de crear el primer turborreactor se le da a Frank Whittle (1907-1996).

Este ingeniero aeronáutico, aviador y militar británico de la Royal Air Force (RAF) fue el primero en concebir, describir formalmente, patentar y construir un motor funcional. 

Ingresó como cadete, en 1923, en una escuela en la Royal Air Force (RAF). Estuvo destinado a un escuadrón de cazas y tras un breve período como piloto instructor, se trasladó a la base de experimentación aeronáutica de la marina británica, donde fue piloto de pruebas.

Se inscribió en la escuela de ingenieros de la RAF, tres años más tarde, graduándose a la edad de 21 años. Allí llamó la atención de algunos oficiales, por la calidad de las maquetas de aviones que construía, así como sus buenas cualidades para las matemáticas. 

Sepan los amables internautas que cursó estudios en el Leamington College y en la Universidad de Cambridge. Cerca de 1930 y como fruto de sus estudios, desarrolló el concepto del turborreactor, uno de los primeros motores de reacción y presentó su primera patente. 

Se estableció por su cuenta con otros asociados y fundó la empresa Power Jets Ltd, en 1936, con el objetivo de desarrollar su motor. Tanta fue su dedicación, que la RAF lo contrató para fabricar turbinas de gas para aviones a reacción.

El estudio y el trabajo realizado por Frank Whittle tuvo un resultado exitoso. El primer aparato en el que se montó un motor Whittle fue un Gloster E28/39, un caza experimental británico, el 15 de mayo de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial y hacia 1944 entraron en servicio sus motores, principalmente en cazas destinados a la lucha contra las bombas volantes V1 y V2.

En abril de 1944, Power Jets fue nacionalizada y se reconvierte en la National Gas Turbine Establishment. Whittle fue nombrado consejero técnico del gobierno y se retiró del servicio activo con el grado de comandante. 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico le concedió una gratificación de 100 000 libras y además fue nombrado  caballero (Sir).

En los Estados Unidos,  habían adquirido sus motores para montarlos sobre sus propios cazas,  concediéndole la Legión de Honor en 1946.  Pero no fue hasta 1976, que Whittle se estableció en ese norteño país, como investigador para la Academia Naval del ejército en Annapolis, Maryland, hasta su muerte.

Sir Frank Whittle dejó como legado este tipo de motores, donde la fuerza impulsora o empuje se obtiene por la cantidad de movimiento. Al lanzar grandes volúmenes de aire hacia atrás a gran velocidad se produce una reacción que impulsa la aeronave hacia adelante.

Sepan las amigas y amigos internautas que, en el caso de los aviones militares, el empuje proviene prácticamente en su totalidad, de los gases de escape. En los comerciales (como los Boeing y Airbus), una parte del aire es desviado por los costados de la cámara de combustión (by-pass) generando parte del empuje de manera similar a un avión con turbohélice. 

Hoy en día estos motores alcanzan empujes nada más y nada menos que de hasta ¡50 toneladas! 

Curiosidades

• Una frase muy importante para hacer referencia al honor y a la lealtad entre individuos es cuando en latín decimos Semper fidelis.

• Sepan los amables lectores que gustan de estas breves cápsulas del saber que el vistoso diseño y colores de las alas de las mariposas se debe al gen WntA, que aporta los variados patrones. Como funciona distinto en cada especie, cada una tiene una coloración diferente. Así como zumba y suena.

• El teléfono móvil más pequeño del mundo es el Zanco T1, mide poco más de ¡cuatro centímetros! Y pesa solo ¡13 gramos! Es más chico que un pulgar y más liviano que una moneda. ¡Increíble, pero cierto!

• Tenemos dos ojos porque cada uno ve el mismo objeto desde un ángulo distinto, y el cerebro, que está íntimamente conectado con ellos, es quien se encarga de combinar la información de ambos, para formar imágenes en tercera dimensión (3D), con longitud, altura y profundidad.

• En el espacio exterior, para un cosmonauta la temperatura puede variar en segundos. Si la nave está de cara al sol, puede sentir hasta ¡122 grados Celsius!; y si está protegida por la sombra de la tierra, la sensación puede ser de ¡-180 grados Celsius”. ¡Asombroso, ¿verdad?!