Tomada de Radio Cadena Habana “De tal palo, tal astilla”, reza un viejo refrán, amigos internautas, y eso se pone en práctica con el pianista, arreglista y compositor, impulsor del jazz en esta isla bella, Felipe Dulzaides Badía (1917-1991), cuyo grupo fue una cantera de la que salieron muchos de los intérpretes del género.
Provenía de una familia de intelectuales; su progenitora, Josefina Badía, era pianista, y su hermana, nada más y nada menos que la relevante poeta y escritora Fina García-Marruz Badía.
Sepan que sus primeras preferencias musicales fueron Carmen Cavallaro, Eddie Duchin y Frankie Carle; sin embargo, su gusto cambió cuando escuchó a los pianistas Nat King Cole y Art Tatum.
En Matanzas, durante los años 40, fundó el grupo Bellamar y, a fines de esa década, regresó a La Habana, haciendo suplencia en la orquesta del club Topeka, dirigida por Venerando Llovet.
Luego fundó el popular cuarteto Llópiz-Dulzaides, con el que realizó una gira por América Latina y Estados Unidos. Este cuarteto constituyó uno de los primeros grupos que incursionó en el rock y el pop, aunque hacía una música de carácter comercial. En él, Felipe tocaba el piano y el acordeón.
Conozcan las amigas y amigos de la Gran Red de Redes que, años más tarde, se separa de los Llópiz-Dulzaides y funda Los Armónicos. Dueño de un timbre que hizo posible el sello sonoro de la agrupación, utilizaba al unísono piano, vibráfono y guitarra.
En sus inicios era un cuarteto vocal-instrumental; con el tiempo, abandonó el formato vocal y se limitó a un solo cantante, para finalmente convertirse en un grupo totalmente instrumental, siendo uno de los antecesores del boom de cuartetos que vendría en la década del 60.
Se presentó en los cabarets Montmartre, Sans-Souci, el Salón Panorámico del emblemático cabaret Tropicana, el mundialmente conocido Hotel Nacional de Cuba y el hotel Comodoro, además en diferentes programas televisivos de la época.
Los Armónicos alternaron con el baterista de jazz Philly Joe Jones, el cantante Matt Denis y los pianistas Bebo Valdés y Frank Emilio. En la década de los 60, Los Armónicos estuvieron compuestos por una nueva generación, convirtiéndose así en un grupo escuela; poseían un repertorio variado internacional que contaba con un gran éxito de audiencia joven.
Sepan que, regularmente, este grupo se presentó en clubes nocturnos de La Habana y Varadero, como el hotel Kawama, el Internacional de Varadero, y el Bar Elegante del hotel Riviera, en la capital de todos los cubanos.
En muchas ocasiones realizaban descargas en las que participaron músicos cubanos y extranjeros, como el pianista Gonzalo Rubalcaba, el flautista canadiense Moe Koffman, el trompeta Jorge Varona y el baterista norteamericano Billy Cobham, entre muchos otros.
En su amplio currículo aparece que Dulzaides, junto a Armando Romeu (padre), Gustavo Mas, Luis Escalante, el guitarrista Isidro Pérez —conocido como Isito— y otros. Fue uno de los primeros en cultivar el jazz en Cuba. Fundador del Festival Jazz Plaza, en cuyo escenario se presentó regularmente.
De sus cualidades como músico, expresó el investigador, escritor, periodista, ensayista, saxofonista y musicólogo cubano Leonardo Acosta Sánchez: “Uno de los secretos de Felipe es su innato oído musical y su entrenamiento armónico, unidos a una memoria fenomenal y su capacidad para tocar en cualquier tono los números más complejos desde el punto de vista armónico, lo cual, a su vez requiere un don complementario del que rara vez se habla: una facilidad innata para la modulación, requisito doblemente necesario para la improvisación jazzística.
“Su larga práctica pianística se basa en su propio método de aprendizaje, que no reside en los ejercicios usuales para adquirir técnica y velocidad, sino más bien en aprender los giros melódicos de cada pieza y luego poder armonizar cualquier obra a partir de la línea melódica. A Felipe le basta con escuchar una vez una melodía para repetirla, ya armonizada, y retenerla en la memoria (…).”
Dentro de su repertorio internacional tenía temas de John Lennon, Monk Parker, Tom Jobim o Paul McCartney. La grandeza de este músico radicaba en su formación autodidacta, reconociendo él mismo que no leía mucha música. Su discografía consta de 22 discos, los cuales no constituyen una muestra de su carrera como jazzista, que se vio interrumpida a fines de los 80 debido a una enfermedad.
Artistas de la talla de Sergio Vitier; Bobby Carcassés; Rembert Egües, vibrafonista; Tony Valdés baterista; José Luis Quintana (Changuito), percusionista; Lucas de la Guardia, clarinetista; Luis Ortellano, trompetista; Rembert Egües, flautista; Rolando Pérez Pérez, saxofonista; y los cantantes Doris de la Torre, Nina y Alberto Pujol, Iselina Acosta, Elsa Rivero,Margarita Royero, Lázaro Manuel Morúa y Regino Tellechea; trabajaron junto a Felipe Dulzaides.
Curiosidades
• Con solo 16 años, el joven José Martí (1853-1995) publica su primer artículo en el único número de El Diablo Cojuelo, periódico que editó Fermín Valdés Domínguez en la imprenta y librería El Iris, en 1869. Ese mismo año se dan a conocer sus poemas ¡10 de octubre!, en el diario manuscrito de los alumnos de Segunda Enseñanza de La Habana, El Siboney, y el simbólico Abdala ve la luz en el único número de su periódico Patria Libre.
• Creado por investigadores estadounidenses en 2018, el robot humanoide de entrenamiento médico Hal, sirve para que las enfermeras hagan sus prácticas con este “niño” que simula respirar, tener pulso, lágrimas, sangrar, orinar, contaer las pupilas con la luz y hasta ¡hablar! Así como zumba y suena.
• “Haz que tu sonrisa cambie el mundo, pero no dejes que el mundo cambie tu sonrisa”, bella, sabia y poética sentencia anónima que no debes desestimar jamás.
• Seguro los amigos internautas que gustan de estas breves cápsulas conocen que, al igual que los cangrejos, las jaibas son comestibles, de carne codiciada, sabrosa y nutritiva; además, los pescadores la consideran excelente como carnada, sobre todo cuando las mudas son recientes y su tegumento no se encuentra todavía endurecido.
• Según estadísticas globales, los lectores más ávidos del planeta son los islandeses. Alrededor del 50 por ciento lee más de ¡ocho! libros al año, así como zumba y suena. Además, tienen la costumbre navideña de comer chocolate mientras lee cada uno su libro, pero juntos. Es más, a veces el libro que empiezan a leer es el que acaban de encontrar envuelto en el arbolito, porque otra costumbre es que haya libros entre los regalos de esa noche.