ballycast.com“Algunas personas piensan que soy desafortunada. Yo creo que soy bendita. Nunca he tenido un día de enfermedad en mi vida. Nunca sentí un dolor en mi vida; no sé qué es el dolor. Siempre estoy feliz, nunca triste”, dijo alguna vez Evatima Tardo (1871-1905), quien siempre fue un enigma para la ciencia.
Sepan las amigas y amigos de la Gran Red de Redes que la escritora Bess Lovejoy, quien ha investigado la historia de Evatima Tardo, dijo a BBC Mundo: “Me parece poco probable que todos los periodistas estuvieran mintiendo sobre lo mismo, que todos los doctores estuvieran errados y que hasta Houdini hubiera sido timado”.
En su artículo El extraordinario cuerpo de Evatima Tardo, escrito para Wellcome Collection, Lovejoy nos transporta a un día de 1898 en Chicago en el que Evatima Tardo, una “joven pálida de cabello oscuro”, llegó al teatro “vestida con un abrigo largo negro y un vestido de seda negro escotado”.
Allí, literalmente, “metió las manos en una caja y el silbido de las serpientes de cascabel se elevó por el pasillo. Una hundió los dientes en su brazo desnudo; un médico gritó: '¡Dios mío!' pero Evatima no se inmutó, sacó tres más y sonrió beatíficamente mientras hundían sus colmillos en su carne”.
Ser mordida por una serpiente cascabel, le dijo Evatima Tardo al diario Inter Ocean de Chicago, “es tan excitante como tomarse un whisky” y podía tomarse un cuarto de galón de whisky sin sentir sus efectos, no la emborrachaba, así como zumba y suena.
Tras recibir sonriente los feroces ataques de cascabeles y cobras, la inusual mujer guardaba los reptiles en sus cajas y avanzaba hacia una cruz “incompleta, pues tiene solo un brazo”, reportó el Topeka State Journal el 19 de febrero de 1898.
Una y otra vez, en escenarios o en salas de instituciones médicas, los presentes eran testigos de su capacidad de soportar potentes venenos y graves lesiones, mientras permanecía serena.
Sepan los amigos internautas que fue clavada en una cruz ¡tres veces! en un día frente a, nada más y nada menos que ¡1000! personas, entre ellas, varios médicos que fueron invitados a la plataforma y “examinaron los clavos, el martillo, la cruz y la mujer (...) y se mantuvieron cerca mientras los clavos extragrandes atravesaron su pie izquierdo y mano derecha, fijándolos a la madera”.
Relata Lovejoy, amables lectores, que le siguieron clavando objetos punzantes en su cuerpo, mientras ella sonreía y charlaba con quienes se acercaban a observarla, y que permaneció en su media cruz desde las 8:00 hasta las 11:00 de la noche, sin mostrar signos de fatiga, ¡una verdadera barbaridad!
Es que, a ella, lo que desconcertaba a los doctores y estremecía al público, la entretenía y, decía: “Yo más bien disfruto al ser crucificada. Me divierte ver los rostros horrorizados de mis espectadores. Hay más de diez desmayos en cada sesión, pero siempre vuelven a verme”.
El New York Times reportó: “Cultivos tan mortales como los gérmenes de cólera, difteria, tisis (tuberculosis) y fiebre tifoidea han sido inyectados en su sangre, pero ella no le teme al contagio, pues nunca le han dado problemas”
El Inter Ocean informó que, un día, “(…), la señora Tardo se sometió a un experimento en el Colegio Médico Rush”. El doctor J. M. le inyectó veneno de serpiente cascabel y, en esa ocasión, Dobson “raspó el veneno de la herida y se lo inyectó a una rata, matando al roedor en menos de 10 minutos”. Igual suerte había corrido un gato, en un experimento similar en el Colegio Médico: muerto el animal, viva Evatima Tardo.
Contaba que, cuando tenía cinco años de edad, en su nativa isla caribeña de Trinidad, la mordió, según algunas fuentes consultadas, una Bothrops atrox, conocida en Trinidad como mapepire balsain, que tiene un veneno letal y de acción rápida, pero la mordedura lo que hizo fue ponerla a dormir. Estuvo varias horas inconsciente y se recuperó, descubriendo, más tarde, que era inmune al veneno de todo tipo de reptiles.
Como Harry Houdini, Evatima Tardo se presentaba en museos de diez centavos, que era la tarifa de la entrada a esos lugares de entretenimiento para la clase obrera popular en el siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos.
De hecho, se sabe de casos similares —aunque no con una sola mordida—: el legendario director del Serpentario de Miami, Bill Haast, quien a los 100 años, tras haber sido mordido más de ¡170 veces! por serpientes, convirtió su propia sangre en un antídoto, al inyectarse pequeñas cantidades de veneno todos los días durante décadas, y las transfusiones de su sangre salvaron al menos a 20 personas.
Aunque parezca increíble, amigos que leen estas historias, la experiencia con la cobra le sirvió a otro doctor, William J. Byrnes, en aquella época, por supuesto, para explicar, incluso, su incapacidad de sentir dolor. Pero con los avances de las ciencias, en la actualidad, esta falta de sensibilidad se explica por la identificación de genes asociados con una insensibilidad congénita al dolor.
En aquel entonces, el enigma provocaba que la gente se preguntara si sería inmortal, y los médicos respondían sin pudor que había, como informó el New York Times, tres formas de terminar con la vida de Evatima: “La penetración de los centros ganglionares, justo sobre el corazón, resultaría en muerte instantánea, (…) una lesión directa en el cerebro o la médula espinal también destruiría su vida”.
Pero, amables internautas, como mortal al fin, lo que la mató, fue lo mismo que tristemente sigue cobrándose la vida de muchas mujeres en el mundo: nada más y nada menos que un hombre cometiendo feminicidio.
Un día sucedió que, tomaba Evatima unas copas en el Arkansaw Club, un bar donde vivía con el propietario Hal B Williamson, cuando llegó Thomas McCall, enfurecido, luego de que una adivina le dijera que otro hombre se interponía en su camino de amor y, borracho como estaba, le disparó a Williamson y a la dama y, unas horas después, se suicidó. Ella, por la bala que atravesó su corazón, probablemente no sintiera dolor.
Curiosidades
• El árbol Manikara zapota, hasta hace poco tiempo, era el material principal de los ¡chicles! Llega a vivir hasta ¡300! años, sin que la extracción de su savia —después de los 25 años, y nada más y nada menos que a más de ¡30 metros de altura!— afecte su ciclo natural.
• Amor omnia vincit, que significa “el amor todo lo vence”, se dice cuando se atraviesan adversidades en el amor, mas se espera que ese amor sea capaz de sobreponerse a cualquier obstáculo.
• La guarnición papal de la Ciudad del Vaticano, en Roma, fue creada alrededor de 1505, por el Papa Julio II. La integran, hasta hoy, seis oficiales y 110 hombres, solo la pueden formar suizos y los soldados no están autorizados a contraer matrimonio. Visten uniformes llenos de colorido, que se supone fueron diseñados nada más y nada menos que por el famoso escultor, pintor y poeta italiano renacentista, Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, conocido en español como Miguel Ángel (1475-1564).
• Sepan las amigas y amigos internautas que gustan de estas breves cápsulas del saber que muchas tradiciones japonesas han enaltecido a las muñecas, al punto de otorgarles cualidades y atributos humanos.
• Desde 1989 se celebran, con una frecuencia anual, las Olimpíadas Internacionales de Informática para estudiantes no universitarios. Sus objetivos: estimular el interés por la Informática, así como mantener juntos a talentosos jóvenes para el intercambio de experiencias culturales y científicas.