Covarrubias, pasión por la escena

 covarrubias • “A Covarrubias debemos la fundación de un teatro de absoluta ascendencia nacional”, expresó el crítico cubano de teatro Rine Leal, al opinar sobre la importancia y los aportes a la escena cubana de Francisco Covarrubias (1775 - 1850).

El también conocido como Padre del teatro cubano y llamado, además, El caricato mayor, ha sido considerado por los especialistas como la figura más importante de la escena en Cuba y creador del costumbrismo.

Covarrubias tuvo una excelente formación en sus años mozos y una magnífica preparación en otras profesiones, pues estudió latín y filosofía a las que sumó Anatomía, Cirugía y Medicina, y se sabe que ejerció esta última en un central azucarero habanero.

Pero como apunta una reseña biográfica, al final la pasión por el teatro ganó la pelea, a tal punto que abandonó la Medicina para dedicarse en alma, corazón y vida a las tablas.

Su quehacer en ese medio se extendió por medio siglo. Oficialmente comenzó en el teatro El Circo, donde hizo su exitoso debut el 20 de noviembre de 1800. Como dato curioso que aparece reseñado en crónicas de ese tiempo, la familia del que luego sería un destacadísimo actor asistió a la función de cerrado luto, atendiendo a los rígidos cánones que regían en esa época.

Covarrubias fue el introductor en la escena de la Mayor de las Antillas, de los personajes del negrito y el campesino o montero y escribió más de 20 obras costumbristas cubanas y fue muy notable, además, en la historia de la música en Cuba, por su participación en los comienzos del teatro musical en la Isla.

Solía intercalar en sus obras melodías conocidas, muchas de las cuales tenían un fuerte impacto en el gusto popular, a tal extremo que el pueblo las repetía a viva voz. La simiente que sembró fue dando sus frutos del creador de memorables sainetes del siglo XIX hasta los jóvenes creadores de la contemporaneidad.

Sus actuaciones fueron conocidas en diferentes puntos de la geografía cubana y se codeó de tú a tú con los mejores exponentes de la escena, tanto cubanos como españoles.

A manera de cierre, ahí les van algunos títulos de obras escritas por Covarrubias: Las tertulias de La Habana, La feria del Carraguao, Los velorios de La Habana, La valla de gallos de los baños de San Antonio, El peón de tierra adentro y El montero en el teatro, entre otras.

• Los seres humanos ingerimos de por vida unos 5 000 galones de agua. Pero esa no es ninguna hazaña. Conozca que el elefante, ese noble paquidermo que hace las delicias de grandes y chicos en circos y zoológicos, ingiere esa cantidad del líquido elemento cada tres meses.

• Cuando usted tenga en sus manos un juego de cartas o barajas, le invito a separar las que representan a los reyes. Y lo hago para que sepa que cada una representa a un gran soberano de la Historia. Así, el de Espadas simboliza al rey David; el de Trébol, a Alejandro Magno; el de Corazones, a Carlomagno; y el de Diamantes, a Julio César.

• No lo olvide: el gozo, es de una persona; el regocijo, de algunas; mientras que el júbilo es de muchas personas o de un colectivo.

• En Retórica, se denomina litote a la atenuación. Es una figura que consiste en decir menos de lo que se quiere o expresa. Es voz que nos llega del griego litos, o sea, pequeño, tenue.

• “Lo que sabemos es una gota de agua. Lo que ignoramos, es el océano”, afirmó el matemático, físico, astrónomo y filósofo Isaac Newton (1642 -1727).