Cham Bom Bió: Sí que cura

medico chinoTomada de Internet La migración de personas procedentes de China hacia Cuba devino un puerto seguro para quienes venían en busca de trabajo y así, mejorar su economía. Aquí, en la Mayor de las Antillas brillaron tanto su parsimonia como su laboriosidad.

Se les vio desempeñar múltiples ocupaciones. Eran, y lo son aún, muy buenos cultivadores de legumbres y hortalizas; otros instalaron trenes de lavandería y planchado de ropa. También florecieron las fondas, donde sopa china, el chop suey y el arroz frito hacían las delicias de los cubanos. Esas, entre otras labores.

De cuando en vez las nuevas generaciones de cubanos han escuchado esta aseveración: “A ese no lo cura ni el médico chino”. Esta frase fue asumida por nosotros desde hace mucho tiempo.

Así lo ha querido la voz popular que, como otras sentencias, abundan a lo largo de esta ínsula. La que nos ocupa rinde cálido tributo de agradecimiento a un personaje real que ha pasado a la historia como ejemplo de bondad y desinterés. En algunas ocasiones he leído en los viejos papeles y periódicos datos sobre este chino maravilloso de nombre Cham Bom Bió, cuya traducción al español significa sol amarillo.

Les puedo decir que fue en 1858 que arribó a Cuba. De forma generalizada nos ha llegado su descripción física: alta estatura, luengos bigotes y no menos larga perilla, médico de profesión. En esos escritos de la época se le atribuía una elevada cultura, incluido el dominio de varios idiomas.

Se sabe de su bregar por distintos puntos de la geografía cubana. Primero se asentó en La Habana y en 1871 recaló en Matanzas. Es en la llamada Atenas de Cuba donde comenzó a cimentarse la leyenda de sus milagrosas curas.

Sucede que cuando alguien presentaba una dolencia y no mejoraba se decía: a ese no lo salva ni el médico chino. Tal frase salió del propio pueblo. Con esa idea se expresaba la sapiencia del galeno oriental y, también la gravedad incurable que padecía el paciente.

Más tarde, en 1872, Cham Bom Bió se traslada hacia Cárdenas, población que, a partir de ese momento, fue muy visitada por quienes veían al médico chino como su posible salvador.

Son múltiples y variadas las anécdotas vinculadas a su bondad y desprendimiento. A los que poseían escasos recursos monetarios que iban a requerir sus servicios no les cobraba.

Con el paso de los años se ha podido conocer que el médico chino poseía amplios conocimientos relacionados con la medicina natural y , sobre todo, de la flora cubana, incluso se afirmaba que Bom Bió atesoraba un rico caudal de sapiencia y experiencia, apresadas en un tenso bregar por el mundo. Quizás ambos saberes se unían y se ahí las curas notables que afincaban su prestigio.

Curiosidades

• “La vida está compuesta por insignificancias, el año de instantes y las montañas de granos de arena. Por lo tanto, no subestimes nada, por pequeño que sea”, sentenció Lin Yutang (1895-1976), escritor y filósofo chino.

• Conozco, amiga y amigo internautas que leen estas líneas, que al mito del cine de terror Boris Karloff, se le recuerda por sus formidables actuaciones, entre estas, las realizadas en las películas Frankenstein, Scarface y Los muertos de andra.

• En la especialidad de música se denomina Staccato al vocablo que indica que, en una serie de notas rápidas debe destacarse cada una de las demás.

• El escritor, filólogo, jurisconsulto y político Andrés de Jesús María y José Bello López (1780-1865), escribió poesía, leyendas, críticas y varias obras notables, entre estas: Principios del Derecho internacional, La Filosofía del entendimiento, y una excelente gramática castellana, catalogada como una de las mejores que ha existido.

• En el año 1842, la escritora cubana María de las Mercedes Santa Cruz, condesa de Merlín, escribió el libro que tituló Viaje a La Habana, en el cual detalló costumbres campesinas y citadinas.