Chacumbeles y una singular historia

chacumbele Hace ya varios días, mi amigo y eficiente colaborador, Cundo, me había anunciado una de sus ricas visitas. El aviso fue corto: “Hepa —me dijo por teléfono—, voy con el jabuco cargado, así que prepárate”. Y llegó sonriente y feliz. Indagué presto el motivo de la tal felicidad y, bien rápido, me espetó: “Nada, es que me topé con varios viejos conocidos de la Radio y pude hacerles llegar, en vivo y en directo, mis parabienes por su centenario —el de la radiodifusión avileña, por supuesto.

Luego de hacerme su breve historia de un rápido periplo por el Occidente cubano me soltó, ipso facto, la sorpresa que tenía entre manos. Me habló de dos o tres materiales que había desapolillado —resumen de por medio— y casi que exigió que seleccionara uno de los tres nombres que aparecían en un papelito curiosamente doblado.

“Este”, le respondí y abrió su extensa sonrisa para remachar: “Yo sabía que te ibas a ir por ese”. Buscó en el bolsillo izquierdo de su camisa. A primera vista, el tal identificativo no me aportó nada: José Ramón Chacón Vélez. Muy común y sonriente. Y continué la lectura de los apuntes hechos por mi fraterno Cundo.

Como se imaginarán, mis amigas y amigos de la Gran Red de Redes, se trataba de un apodo dado, no se sabe por qué y por quién, a un personaje real, poseedor de una biografía muy humilde, acumulada de pasar trabajos y más trabajos en aras de subsistir en lucha abierta con el medio.

Les adelanto que el final de Chacumbeles fue rápido. Habanero de cuna, tuvo varios oficios. Pero antes, estuvo entre los afectados por el ras de mar de Santa Cruz del Sur. Tuvo una ilusión que llegó a satisfacer: ser artista de circo en el Santos y Artigas, en la especialidad de la cuerda floja, que logró con buen éxito hasta que un mal día le fallaron los cálculos, se cayó, y no pudo seguir, dadas las lesiones que sufriera.

La mala suerte lo persiguió: se le murió una perrita que él quería mucho y, para colmo, la esposa le fue infiel casi que en su misma cara. Recaló en la policía como agente del orden. “Cojo, con el alma rota y con una profunda depresión, Chacumbeles se quitó la vida con su arma de reglamento”. Este trágico final tuvo lugar durante un recorrido en una fría madrugada de un abril habanero.

Datos tomados del portal cubano Ecured precisan que, algún tiempo más tarde, José Ramón volvió a la palestra pública —su recuerdo, por supuesto— debido a una canción creada por el compositor cubano Alejandro Mustelier, y que fuera trasladada al acetato por los integrantes del cubanísimo trío de Servando Díaz. Chacumbele —sin la s final—, fue el título de la canción fue la canción que inmortalizó al habanero José Ramón Chacón Vélez.

Nada, que así es la vida. En el circo se hizo de un nombre, que perdió cuando cayó de la altura; pero luego una canción lo trae al presente a cada rato. Así se lee en un fragmento de Chacumbele: Chacumbele ya se fue/sin decir un adiós/y por causa de sus celos/él solito se mató.

Curiosidades

• A la vasta obra autoral del compositor inglés Henry Purcell (1658-1695) pertenecen nada más y nada menos que 66 himnos, 13 fantasías para cuerdas y más de un centenar de canciones.

• Sepan, amigos internautas, que en la Amazonía desaparecen cada año miles de especies de animales. Este crimen de lesa humanidad se debe —así como les suena— a la industrialización que propicia la destrucción de al menos unos 10 millones de hectáreas de bosques tropicales.

• Si les gusta leer el significado de las locuciones latinas, ahí les va una que sin dudas incrementará su acervo al respecto. De vita et moribus, con el siguiente significado: Sobre la vida y las costumbres. Así se dice de la indagación que se hace de la vida y costumbres de los candidatos a ocupar ciertos puestos o destinos.

•“Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias y las crea si no las encuentra”, enjundiosa y brillante sentencia de la autoría de esa figura cumbre de la filosofía griega y maestro de Alejandro Magno, que fue Aristóteles.

• Ahora que en Cuba está en proceso de desarrollo la zafra azucarera, sepa que ese vocablo de tan solo cinco letras identifica desde hace más de cuatro siglos, desde el corte de esa estimada planta, familia de las gramíneas, hasta el procesamiento fabril para convertir en azúcar los jugos extraídos en los centrales y su posterior comercialización, tanto en el mercado interno como en la venta en el exterior.