Carmen Amaya revolucionó el baile flamenco

Carmen AmayaTomada de Deflamenco Asevera un veterano refrán que “de casta le viene al galgo”, y esto le debe haber sucedido a la protagonista de esta sugerente viñeta que, en la edición de este lunes, les ofrezco a ustedes, amigas y amigos de la gran Red de redes.

Les develo rápido el misterio: se trata de la gran bailaora del flamenco, baile al que ella, y solo ella, supo imprimirle un estilo y gracia catalogada como inevitable. Porque la Amaya lo vivió intensamente.

Su progenitor, José Amaya, le introdujo a la bailaora sus genes, él dominaba muy bien la guitarra y, sobre todo, los toques y ritmos flamencos, como se decía por esos tiempos, “a salto de mata por tabernas en permanentes madrugadas de vino agrio y vomiteras espesas”. También la autora de sus días, Micaela, era una buena bailaora.

Se conoce que fue la segunda de 11 hermanos, de los que sobrevivieron seis, “todos con mayor o menor fortuna y siempre a su sombra”, según consigna el portal cubano Ecured.

En un esbozo biográfico aparece como integrante, junto a una tía y una prima, del Trío Amaya, formato con el cual visitó París y otros puntos de Latinoamérica y Europa.

Carmen Amaya (1913-1963) debutó siendo muy pequeña —entonces contaba con solo seis añitos—; La Capitana, que así la llamaban, comenzó en el flamenco en unión de su padre, en un restaurante barcelonés.

Se sabe que, al comienzo de la Guerra Civil, ella se fue de su patria y empezó a viajar por todo el orbe. Así paseó el estilo de bailar el flamenco “a su manera” por diferentes escenarios mundiales. Así la conocieron y aplaudieron públicos de Lisboa, Londres, París, Argentina, Colombia, Brasil y Chile.

Logró un “resonante” éxito un Embrujo español, que mereció la felicitación de la soberana de su flemático país. El pie de la foto insertada en la prensa decía: “Dos reinas frente a frente”.

Además de actuar en un gran número de teatros, cabarets y otros escenarios que reclamaban su presencia, ella lo hizo también en varias películas, entre estas las tituladas Sueños de gloria, piernas de plata, Carmen Amaya y sus muchachos, El sombrero de Paraná… entre muchas otras. La última fue el gustado filme Las Tarantas.

Le fueron otorgadas las condecoraciones Medalla al Mérito Turístico, El Logo de Isabel la Católica y el título de Hija Adoptiva de Bagua. A los tres años de fallecida fue inaugurado un monumento a su memoria en el parque de Montjuic, de Barcelona; mientras en Madrid le fue dedicada una calle, y en el tablao Los Califas le fue tributado un homenaje, en que se presentaron numerosos artistas. Posee, además, una muy amplia discografía.

Curiosidades

• El primer semáforo de que se tienen noticias funcionó desde 1868, y su ubicación se localizó frente al Parlamento Británico.

• Una de esas muertes tontas que recoge la historia, fue el fallecimiento del escritor Francis Bacon, quien murió a causa de un enfriamiento, rellenando con nieve de las montañas el interior de una gallina muerta para hacer un experimento sobre la conservación de los alimentos.

• Uno de los aportes más relevantes a la humanidad, fue el de La Teoría de la Relatividad, formulada por el sabio Albert Einstein, expuesta en 1905, fruto de muchas investigaciones posteriores a la muerte de su autor acaecida en 1955. Pocas personas han influido tanto en el destino del mundo como él.

• “La verdadera amistad es como la fosforescencia: resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido” sentenció Rabindranath Tagore (1861-1944), poeta y filósofo bengalí, reconocido con el Premio Nobel de Literatura.

• Añadan a su acervo, amigas y amigos internautas, que el árbol vivo más viejo del mundo tiene 4847 años, es un ejemplar de Pinuslongaeva y se llama Matusalén, en un guiño al personaje bíblico que vivió hasta los 969 años, y se encuentra en el Bosque Nacional Inyo, en el centro de California, Estados Unidos, según el Laboratorio de Investigación de los Anillos de los Árboles de la Universidad de Arizona, una de las autoridades mundiales del tema.