Tomada de Ecured Matancero de cuna, el doctor Ángel Arturo Aballí (1880-1952) está considerado como uno de los pediatras más destacados y sobresalientes de esa especialidad médica en Cuba. Este científico y profesional cubano dedicó su existencia a velar por el estado de salud de la infancia de su patria.
Aballí cursó los estudios correspondientes a la carrera de Medicina en las aulas de la Universidad de La Habana. En ese prestigioso centro conquistó 14 lauros científicos en diferentes asignaturas. Baste dar a conocer las oposiciones que ganó como alumno ayudante: disector anatómico, cátedra de Medicina y Toxicología, y Cátedra de Fisiología, todas de forma consecutiva. No por gusto recibió el estímulo de ser declarado Alumno Eminente de la Universidad de La Habana.
Su dedicación y entrega a los estudios le propició un reconocimiento superior: devino ganador de la primera beca concedida a un estudiante de la Mayor de las Antillas. En honor a la más estricta realidad, el doctor Aballí, en su periplo por el extranjero, realizó trabajos y estudios en centros asistenciales de Boston, Washington, Chicago y Nueva York, todos en los EE.UU., mientras que en Europa lo hizo en Francia, Italia y Alemania.
Tras su retorno a la patria, en 1904, ocupó diferentes responsabilidades: jefe de Clínica Infantil en la Cátedra de Clínica Médica, que posteriormente obtuvo por oposición, y, además, confeccionó programas de estudios para incorporar a la enseñanza de la Pediatría los métodos pedagógicos más adelantados.
Así, implantó en su Cuba bella y necesitada el primer servicio de Clínica Infantil, en el Hospital Nuestra Señora de Las Mercedes; puso en funcionamiento una sala de lactantes y concibió un laboratorio adjunto; un departamento de preparación de cuadros que luego se insertaron en la docencia, entre otros.
Fue también él quien introdujo en esos servicios la otoscopia y el empleo del citoscopio infantil; se realizaron las primeras transfusiones de sangre en niños, así como las primeras punciones lumbares y las pruebas hepáticas, entre otros métodos diagnósticos y farmacéuticos de los más avanzados. Se une a lo anterior los estudios que este hombre de ciencia dedicó tanto a las enfermedades diarreicas, como la desnutrición y la tuberculosis.
Llegó a inaugurar un dispensario antituberculoso, y uno solamente para infantes con tuberculosis, convertido, al triunfo de la Revolución, en el hospital La Esperanza Doctor Ángel Arturo Aballí.
Entre otros reconocimientos, resultó elegido miembro honorario de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. A propuesta propia, fue creada la Sociedad Científica de Pediatría, que presidió, y en 1935 es designado Decano de la Facultad de Medicina de la universidad habanera.
Curiosidades
• Entre los centros universitarios más antiguos fundados en América figuran la Universidad de Santo Tomás, de Santo Domingo, creada en 1538; y la de San Marcos, de Lima, Perú, en 1551.
• Conozcan, amigas y amigos de la Gran Red de Redes, que el compositor francés Adolphe Adam (1803-1856) escribió sus obras con un estilo que ha sido catalogado de elegante y brillante. Tiene entre sus obras musicales las tituladas El chalet, Si yo fuera rey, además de ballets y sinfonías.
• “De la unión y la cordialidad recíprocas depende el próspero destino de las Américas; y la división solo puede producirnos miserias y lágrimas”, sentenció el militar y político chileno Bernardo O’Higgins (1776-1842) quien proclamó la independencia de Chile.
• Calificado como el desierto más árido del mundo, el de Atacama, en la República de Chile, quedó cubierto, en una ocasión, totalmente de flores. Sí, así como zumba y suena. Tal desaguisado fue debido a los efectos de El Niño. El manto multicolor de perfumadas flores tuvo que desafiar una temperatura ambiente superior a los 40 grados. Este curioso hecho clasificó como el mayor florecimiento en los últimos 40-50 años.
• El 12 de noviembre de 1898, luego de la retirada de las tropas de la metrópoli española, penetran en Morón las partidas bajo el mando del coronel Juan P. Quijano. Luego lo harían las encabezadas por los jefes mambises Ireno y Amado Cervantes.