Las penas del transporte público en Ciego de Ávila no se pueden bailar al ritmo del merengue
Si hiciéramos un ejercicio simple de indagación entre los avileños, de seguro identificarían al transporte público como uno de los sectores más deprimidos durante el 2022. Permítanme usar este eufemismo y hablar de deprimido en lugar de casi inexistente, al menos en sus variantes estatales.
El déficit de combustibles y de piezas de repuesto puso al parque automotor de ómnibus urbanos e intermunicipales contra las cuerdas y, de las rutas habituales y más demandadas, en 2022 apenas si vimos alguna.
Tal escasez planteó desafíos a la movilidad que debieron ser sorteados con resiliencia, de ahí que, como Juan Luis Guerra, apostemos por tirar la palanca y enderezar la guagua que va en reversa. Claro, lo primero es tener la guagua.
Lo reconoció hace unos días Manuel Marín Torres, director general de la Empresa del Transporte en Ciego de Ávila: “el coeficiente de disponibilidad técnica se mantuvo entre un 35 y 38 por ciento, en el caso de los ómnibus, y el 40 y 50 por ciento en camiones de base carga”.
“Si bien no se cumplió con el plan de ingreso propuesto para el año pasado, se trabajó de forma sostenida en mantener servicios básicos como los traslados de pacientes oncológicos, turnos médicos y el apoyo a la campaña anti vectorial”, dijo a Radio Surco.
Ante esa situación, los avileños debieron echar mano de alternativas. Este recorrido en imágenes ilustra cómo “nos movemos” en Ciego de Ávila. Unas veces a pie, otras en pedales, las más apretaítos y no tan relajados, si aparece una guagua.
Una parada vacía a veces es sinónimo de buen transporte y otras todo lo contrario
Aunque subutilizado casi siempre, el transporte ferroviario es el de mejores potencialidades. Claro, para eso necesita mejores condiciones
La movilidad urbana depende en buena medida del transporte privado (coches, mototaxis y bicitaxis)
Solemos asumir a los camiones de pasajeros como males necesarios
Permitámosle al fotógrafo jugar con la velocidad de obturación
Cuando no hay para escoger, lo que hace falta es resolver
Aprovechando que la ciudad es llana debíamos usar más las bicicletas, pero ¿quién paga las gomas?
“Mínima” alternativa
Las guaguas están escasas y cuando aparecen siempre van llenas