Quisieran los 42 trabajadores del Restaurante Solaris, incluyendo desde luego a Pedro Orlando Amaro Díaz —al frente de la Unidad Empresarial de Base (UEB) constituida allí— retornar a los esplendorosos y espléndidos días en que el salón no daba abasto, el elevador no cesaba y algunos aguardaban para ver si había un fallo o… un chance.
Bien distinto es el panorama hoy, mediante un servicio que no concibe el uso del local, allá en lo más alto del céntrico edificio avileño conocido como El Doce Plantas, ni la carta en manos de la capitana, ni música apropiada, pedidos, atención…
Conforme a las restricciones y precauciones que ha impuesto la pandemia, el Solaris ha readecuado su actividad y, como otras unidades de la cabecera provincial, ofrece alternativas de servicio a domicilio —siempre que las condiciones lo permitan— y para llevar a casa.
Si resiliencia es capacidad de adaptación y de superar lo adverso, entonces atribúyanle ese término a la mencionada UEB, cuyo colectivo reacondicionó un pequeño local en los bajos del inmueble, para elaborar alimentos, y al fondo de él ofrece la abierta y diaria posibilidad de adquirir raciones para resolver necesidades del hogar.
Según explica Pedro Orlando, “están en el orden de las 150-200 raciones cada día, que pueden incluir desde la muy demandada caldosa criolla, pasando por arroz en distintas variantes, hasta el cerdo, pescado o camarón, sin dejar de mencionar a las croquetas, altamente solicitadas también”.
“Yo vengo bastante a este lugar”, afirma Idalberto Alemán, un hombre que se sobrepone a las limitaciones físicas o motoras de su organismo para recibir lo que él define como “calidad en el servicio, buena elaboración y buen trato”.
Idalberto Alemán prefiere el servicio y la calidad de este lugar
En la medida de sus posibilidades y del mismo modo que otras unidades, el Solaris ha llevado ofertas hasta distintas comunidades o zonas de la ciudad donde vecinos agradecen la opción.
Autorización o facilidades para gestionar las mercancías e insumos en los ámbitos estatal y privado, despejan un poco el camino rumbo a la autonomía que unidades así requieren para que puedan funcionar mucho mejor y ofrecer el servicio que, finalmente, tanto necesita la población, sobre todo en momentos de gran tensión y escaseces como los que hoy atraviesa el país.
• Invasor les propone volver a este trabajo que tiene relación directa también con el tema.