Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del Consejo de Defensa provincial en Ciego de Ávila, chequeó la campaña de primavera en la mayor empresa agropecuaria estatal del país
La enorme cantidad de tierra bajo su administración justifica cualquier visita programada o a destiempo a la Empresa Agropecuaria Cubasoy. Con más de 15 000 hectáreas en producción o fomento, la entidad, ubicada en el municipio de Venezuela, es la mayor de su tipo en el país y, en consecuencia, sus compromisos también son mayúsculos.
Lo confirmó Yusbany Cárdenas Benítez, director general de Cubasoy, durante un recorrido del presidente del Consejo de Defensa provincial, Carlos Luis Garrido Pérez, por algunas áreas de cultivo. Cuando parecía que la COVID-19 ralentizaría cualquier intento de producir alimentos, la empresa avileña cerró el primer semestre con nueve millones de pesos por encima de los 26 millones planificados para la etapa.
También un ligero sobrecumplimiento experimentaron las producciones físicas, fundamentalmente el maíz. La cosecha del grano sembrado en la pasada campaña de frío está promediando un rendimiento de 3.78 toneladas por hectárea (t/ha), en las 500 hectáreas recogidas hasta la fecha.
Los resultados económicos son, incluso, más halagüeños si recordamos que Cubasoy no pudo cumplir su plan técnico en 2019, debido a la escasez de combustibles, aunque sí generó las utilidades previstas. En noviembre del pasado año, el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, en medio de un campo de papas y el polvo rojo suspendido en el aire, había indicado exprimir el plan y sembrar maíz, porque en 2020 no habría suficiente financiamiento para importar.
Y allí empeñaron la palabra. Hoy sobre esos surcos vienen brotando espigas verdecitas de cuatro variedades de semillas cubanas, producidas por la propia empresa, que han alcanzado para vender unas 200 t en nueve provincias del país.
Con la vista puesta en la próxima campaña que comenzará en septiembre venidero, Cárdenas Benítez estima que podrán incrementar otras dos variedades para sembrar 3 000 hectáreas, 2 500 de maíz y 500 de frijol. Todo eso en medio de una complejísima situación con recursos como los fertilizantes y los plaguicidas, y entendamos que complejísima es, ahora mismo, un eufemismo. Las palabras exactas del director general de Cubasoy fueron “no existen”.
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En tiempos “normales” o “buenos”, la entidad necesitaría unas 6 000 t de fertilizantes y 1 700 de Urea. Pero en los surcos de la UEB Cuba-Venezuela, allá donde Humberto Ramos dirige una brigada de 17 obreras, este año no han visto nada de eso. En un recoveco del camino que llaman Vial del Burro, la brigada se dividía entre quienes abrían el hueco, quienes echaban la mezcla de materia orgánica y mineral, y quienes depositaban tres semillas de calabaza y tapaban.
Cada semana se siembran entre 10 y 15 ha y, si todo sale bien, de aquí a unos 100 días podremos intentar engordar las pantorrillas.
Son los otros encargos de Cubasoy, que, teniendo casi 100 máquinas de riego de pivote central (única entidad con esa cantidad de equipos en la provincia, aunque no todas poseen disponibilidad técnica), tiene que aportar al balance de viandas y hortalizas en correspondencia con su capacidad instalada. En total, alrededor de 4 700 ha están bajo riego y el resto, mediante un programa de desarrollo escalonado a corto, mediano y largo plazo, será cultivada con frutales, a menos que una inversión cambie el destino de la tierra roja.
En realidad, allí no le tienen miedo al trabajo. Si lo sabrán Roberto Posada Milián y Teresa Joba Piñeiro, dos obreros agrícolas que se levantan al unísono a las 4:30 de la madrugada, ella en Jagüeyal, él en La Julia, para trabajar con la fresca. A las 8:00 de la mañana ambos estaban guataqueando malanga cuando el Primer Secretario del Partido les preguntó por su salario y los rigores del campo. “Esto es de nosotros, ¿quién lo va a trabajar? El que no aproveche la mañana está perdido con estos soles y calores”, dijeron… y siguieron.
La diversificación de las producciones en la empresa avileña toma cuerpo, también, en forma de cangres de yuca CMC-40, una variedad que crece frondosa en las tierras de la UEB Juventud Heroica, la más grande de las 10 que conforman la entidad. Con las máquinas de riego más nuevas de Cubasoy tienen el encargo de cultivar yuca y plátano, pero también cosechan maíz, calabaza, pepino...
Rayando el mediodía una Massey Ferguson enorme, con sus puntas giratorias, le entraba a los cuadrantes de maíz seco sin remordimientos. En su proceso cosecha, desgrana, almacena las pepitas doradas y va dejando una estela de tusas hechas trizas, que abonarán el campo para la próxima siembra.
Durante el recorrido de @CarlosGP0720 por la empresa #Cubasoy, llegamos a tiempo para la cosecha de maíz. Unas 60 hectáreas de las más de 6000 que administra la UEB Palma Mocha. #CiegodeAvila @MINAGCuba @GustavoRollero pic.twitter.com/AnhlcjNRhN
— Periódico Invasor (@Invasorpress) July 9, 2020
Vicente Carballo Rouco, el director de la UEB Palma Mocha, habla con cariño de las cosechadoras, que ya solo promedian de cinco a ocho hectáreas diarias, porque se han puesto viejas humanizando el trabajo que ni 1 000 hombres podrían hacer. En Palma Mocha hay 626 ha de maíz y 360 de frutales, y no paran.
Entre el mango que deberá empezar a producir en 2022, y con régimen de secano, han jugado sus cartas contra la sequía intercalando la gramínea y esperan que la naturaleza les mande unos cuantos aguaceros para no perder el esfuerzo y la semilla. Desde el cuadrante del frente empiezan a despuntar, al unísono, cientos de plantas de coco indio que en 2025 deberán ser la base para los dulces más ricos del mundo.
Y pese a todo lo hecho, a la empresa se le exige más. “¿No van a sembrar boniato?”, inquirió Garrido Pérez en un alto del recorrido, mientras explicaba que el pueblo necesita variedad de ofertas, sobre todo las producciones de ciclo corto. El máximo dirigente de la provincia conminó a plantar todo lo posible, anteponiendo la creatividad y el tesón a cualquier limitación material, pero reconociendo el insustituible aporte de Cubasoy.
Inicialmente Cubasoy tenía 32 000 hectáreas en administración, pero ha entregado unas 15 000 a organismos como Azcuba y a empresas como Agroindustrial Ceballos y Ruta Invasora