Agricultura avileña: ¿Y después de un año de sinsabores?

Por Filiberto Pérez Carvajal
Fotos: Pastor Batista y Michel Guerra
El control estatal de la tierra es el punto de partida para producir más alimentos y que no se desvíen de su destino principal, pero cuándo fructificará en los campos y vaquerías de Ciego de Ávila

Crucero de Quesada. A cualquier hora y durante cualquier día de 2023, incluso, muchísimo antes en el tiempo. “¡El buen plátano aquí!”, “¡Grande y madura, la piña que es tuya!”, y así, entre pregones, o en silencio, para no llamar la atención… La Carretera Central pudiera tener una señalización diferente en el lugar, que indique la entrada y salida a la Candonga de Quesada, o vaya usted a saber qué nombre para tanta impunidad, a ojos vista.

Tanta, que el pasado 23, el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, fustigaba a quienes no ponen coto al desconcertante panorama, en el que alimentos con excelente calidad se venden “al precio que ellos quieren” e indagaba si se domina cuántas toneladas se venden ilegalmente allí. ¿Quién lo sabe?

¿Qué piensan los que pasan y compran un racimo de plátano vianda en 1500.00 pesos, como si fuera un pernil de puerco, si toda la producción de alimentos se debe contratar con el Estado, en lugar de ponerle rumbo a un destino que nunca debió tener?

A grandes rasgos, fue ese el tipo de interrogante que se reiteró en el balance del trabajo desarrollado por el sistema de la Agricultura en 2023 y las proyecciones para el año en curso en la provincia. E Invasor insiste en que ese fue el tipo de interrogante que, como espada de Damocles, pendió sobre las intervenciones de directores de empresas, productores e invitados y que, de antemano el videoinforme establecía como amargo y evidente el saldo de los sinsabores que redundan “en una insuficiente satisfacción de la demanda de bienes agropecuarios a la población, tanto en volúmenes, como en calidad y precios”.

 venta productosLas carencias en el agro derivan en precios abusivos e ilegalidades a ojos vista

La tierra es lo primero

El rosario de ilegalidades en cuanto al control y uso del recurso más preciado en la geografía avileña comprende la detección de 48 contratos de usufructo vencidos, seis propietarios de tierra fallecidos sin que se haya promovido la herencia, 19 que abandonaron las áreas bajo su responsabilidad, 504 usufructuarios sin el correspondiente contrato de producción, 334 tenentes con terrenos ociosos, y hasta la construcción de una piscina en el Consejo Popular de Pesquería en áreas concedidas para aportar alimentos.

No es de extrañar entonces que en la “disección” de malos procederes, se le dedicara la mayor parte del tiempo a cómo revertir el descontrol sobre el uso, tenencia y explotación de la tierra.

En una de las intervenciones que hiciera ante el plenario Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en la provincia, invitaba a reflexionar: “He estado en varios consejos de dirección y se habla de la leche y del plan de producción, de la tierra nadie habla”, al tiempo que demandaba más rigor en el cumplimiento de las funciones de las respectivas comisiones agrarias, cuando más de 40 000 hectáreas (ha) permanecen ociosas.

Recordó que el órgano de control para la entrega de la tierra en cada territorio es el Buró Municipal del Partido. “Padecemos mil vicisitudes, pero con lo que tenemos podemos hacer mucho más, si nos alejamos del formalismo y la complacencia; hay que multiplicar por mil la inquietud revolucionaria”, comentó.

En un intento porque las buenas experiencias cundan en el resto, Yaisel Vega González, delegado provincial de la Agricultura, conminó a que se expusiera lo que se avanza en estructuras como la Delegación Municipal de Chambas (con chequeo y decisiones cada semana) y en entidades como la Empresa Agroindustrial Ceballos, escenario en el cual se decidió una división interna en una decena de subpolos para erradicar ilegalidades.

El saldo fue la definición de 1130 ha que estaban ociosas o deficientemente explotadas, se rescindieron otras 275 ha y entregado en usufructo más de 725.

Salta a la vista que en estos y otros ámbitos, los menos, no han descubierto el agua tibia, sino cumplir con lo que le corresponde, y que los que van a la zaga no han hecho lo elemental, de ahí que se orientara generalizar la propuesta de extender a todo el sistema empresarial agropecuario el reforzamiento que en la entidad ceballense incluye ahora tres especialistas, uno a cargo del sistema de geolocalización (tecnología puesta en función del control y uso de la tierra), una compañera que lleva el registro y otro que se encarga de la parte jurídica y que prioriza los procesos de contratación.

La máxima autoridad política del territorio volvió, una y otra vez, sobre el asunto de distribuir por cuadrantes la atención y control de cada una de las porciones de la vida agropecuaria avileña, de modo que todos los cuadros y funcionarios con responsabilidad estatal y en las cooperativas del sector se encarguen de confirmar, en el terreno y, de manera sistemática las faenas de los tenentes de tierra.

Al respecto, no pasan por alto los cambios al interior de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, cuyo peso debe incrementarse en la medida, que perfeccione y fusione sus actuales estructuras.

“El Buró Provincial del Partido decidió incorporar en la nomenclatura de la comisión de cuadros de los comités municipales y el Comité Provincial a los presidentes de cooperativas, con el mismo rango que los directores de empresa”, precisó Izquierdo Alonso, y llamó a emprender un proceso renovador y profundo de los presidentes de cooperativas donde sea necesario.

Disparo de las alarmas

El anuncio del control nacional a la posesión, uso y legalidad de la tierra y la investigación que al mismo tiempo se efectuará de la masa ganadera, a partir del venidero mes, revela la gravedad de las deficiencias actuales, sobre todo, a la luz de cuánto significa y pesa Ciego de Ávila en el concierto agropecuario del país.

A estos procesos le han antecedido jornadas de preparación y pruebas dinámicas en la provincia, en las cuales se “descubren” desajustados mecanismos de dirección y actuación en el sistema de trabajo de empresas y cooperativas agropecuarias.

A una verdad de Perogrullo: el productor es el que decide en el campo y la vaquería, y a ese hay que llegarle, y llegarle bien; le antecede lo que deja de hacerse cuando la rutina, el formalismo y el “reunionismo” terminan por confinar a los responsables en un limbo de autocomplacencia y justificaciones.

De ese modo, las consecuencias suelen ser muy negativas y se refleja, por ejemplo, en el comportamiento ganadero.

Los números de las oficinas del control pecuario en Ciego de Ávila muestran una evidente disparidad con la realidad en los potreros en 2023; así se explica que la masa decreciera en 19 858 cabezas, que se contabilizaran 5756 nacimientos menos, y el incremento sostenido de ilegalidades, que incluye la ocurrencia de 4685 hurtos y sacrificios de ganado mayor.

masa vacunaUrge poner fin a la curva descendente de la masa vacuna

El cuartón de las desgracias en las vaquerías se combina con la carencia de cuatro inspectores, igual cantidad de administradores y un jefe de registro en los municipios y que en Bolivia disponen de una sola persona, de cinco que debían encargarse del control pecuario.

Vega González reconoce que “perdimos la estructura del control años atrás”, pero indica cómo retomar la vereda de los aciertos, “ya tenemos en plantilla 20 inspectores; para el perfeccionamiento del sistema estatal, vamos a duplicar la plantilla, vamos a tratar de tener 40, cuatro por municipio.

La idea es que cada registro del control pecuario tenga su inspector. Nosotros tenemos aquí unos 7600 tenentes de ganado, eso nos daría una capacidad de 190 por cada inspector, los podemos visitar en el año al menos una vez; en un día, además, podemos controlar a dos”.

Lecturas certeras y equivocadas

Cuando el surtido sobre la mesa contrasta con las necesidades, los comensales suelen devanarse los sesos y a elaborar conclusiones —en ocasiones precipitadas—, y es lógico que así sea, pues el estómago exige un suministro que lo satisfaga mientras el tiempo apremia.

Y como desaprovechar horas y minutos sería prolongar el pecado de la insatisfacción, los estrategas de la planeación y el control intentan salir del bache económico productivo con la intención de ofrecerle al pueblo el doble de lo que recibió el pasado año en cuanto a alimentos per cápita, 60 libras cada mes, una cantidad que tampoco será suficiente, pero que indicará un avance, aunque la proyección se sustenta en ampliar las áreas de siembra porque las carencias, ya habituales, de combustible, lubricantes, abonos, piezas y partes, junto a la falta de financiamiento, persisten y persistirán en el contexto de guerra económica que sufre el país.

Yerran en ese sentido los que consideran que carecemos de alimentos exclusivamente por estas causas, si dejan a un lado que “la única manera de salir adelante”, como lo dijera, al cierre del balance, Alfre Menéndez Pérez, gobernador de Ciego de Ávila, es aportar comida con los esfuerzos y los recursos disponibles en Ciego de Ávila, de modo que no existe otra alternativa que acabar de contratar toda la producción, ratificar lo que se logra en los cultivos y la ganadería, y controlar los destinos.

Y si de destinos se trata, prevalece la decisión gubernamental, cuyo cumplimiento demanda trabajo y resultados: la mayor parte de las viandas, granos, hortalizas, productos lácteos y cárnicos tiene que fluir hasta la población de la provincia, sin que eso represente desatender las entregas pactadas con el sector turístico y otras provincias. De lo contrario, el sistema de la Agricultura avileña prolongaría el paso por la vereda equivocada que padeció en 2023.

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