Llegamos exactamente al primer tercio del calendario de la 63 Serie Nacional de Béisbol y, para sorpresa de muchos y confirmación de no tan pocos, Ciego de Avila lidera la tabla de posiciones, junto a Pinar del Río, con balance de 18 victorias y siete fracasos.
Usted puede decir que la defensa marcha penúltima en la campaña, que su pitcheo en esta gira por el Occidente muestra un evidente descenso, pero lo cierto es que, por el momento, los Tigres han dado muchas más alegrías que sufrimientos.
Ya no voy a recordar los augurios antes del inicio, me basta con decir una verdad de Perogrullo: los pronósticos, pronósticos son. ¡Hasta en Meteorología! De lo que se trata ahora es de echar mano a las realidades.
Y las matemáticas no mienten. Los avileños suman 18 triunfos y les restan 50 compromisos, es decir, bastaría con salir airosos en la mitad de ellos para sumar, al final, 43 victorias. Los últimos campeonatos han demostrado que con solo 40 puede lograrse el boleto a la postemporada. El pasado año, por ejemplo, los Tigres se incluyeron con 40.
Pero, si de argumentos objetivos se trata, no hay que obviar que aún el cuerpo de serpentineros es el segundo del torneo, con 4,33, y ahora mismo su ofensiva (319) es solo inferior a la de Granma (347), lo que explica que esos posibles 25 éxitos en 50 salidas no son una utopía.
No obstante, para que la tarea no sea tan difícil, urge que la defensa mejore en lo que resta de campaña. Ciego de Avila, con casi los mismos jugadores, ha sido de los mejores conjuntos defensivos en las últimas temporadas.
Es necesario también aprovechar la presencia en la alineación de su tercer bate, Raúl González, pues, como se conoce, en los días finales de este mes, o principios de mayo, debe partir hacia Canadá para cumplir un contrato.
En lo individual, reconocer por estos días a Héctor Labrada que, con la ausencia por lesión de Osvaldo Vázquez, cumple la función de cuarto bate y no lo ha podido hacer mejor: es el actual líder en impulsadas de la serie, con 32, y muestra un promedio ofensivo de 419. Al parecer, este será su campeonato de consagración.
También las palmas para el joven lanzador Ediel Ponce, que salió al montículo luego de cuatro fracasos en línea del equipo y le hizo salir de ese mal momento.