Aristóteles: Príncipe de los filósofos

• “Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias y las crea si no las encuentra”, sentenció Aristóteles (384–322 a.n.e.), considerado figura cumbre de la filosofía griega.

Fundador, además, de la Escuela Peripatética, está considerado como una de las inteligencias más sobresalientes y amplias que haya producido la humanidad.

Especialistas aseveran que Aristóteles debe ser catalogado como el verdadero creador de la Anatomía y la Filosofía comparada, así como de la Lógica y de la Historia de la filosofía.

Apreciaciones totalmente originales y profundas aparecen en sus obras, entre estas, Historia de los animales, Física, Matemática, Organon, y en su Retórica, Poética y en la Política. Preceptor y amigo de Platón, durante la Edad Media devino oráculo, tanto de los filósofos como de los teólogos escolásticos.

• En fecha tan lejana como marzo de 1918, la actriz francesa Sarah Bernhardt visitó la ciudad de Ciego de Ávila para actuar en el teatro Iriondo. Las funciones que ofreció entonces tuvieron un noble fin: recolectar fondos para los heridos y damnificados en los campos de batalla de la primera Guerra Mundial.

• Se conoce que el Sake, la bebida nacional japonesa, conocida como el agua de la vida, se destaca, sobre todo, por sus efectos medicinales. Se obtiene de la fermentación del arroz, y desde tiempos remotos sirvió de sustento a varias leyendas y mitos.

• Al astrónomo inglés Jacobo Bradley (1693–1762) se deben dos importantes descubrimientos: la aberración de la luz y la mutación del eje terrestre que explica la presencia de los equinoccios.

• La voz griega colofón es la que identificaba la nota que se coloca al final de un libro, para indicar nombres y apellidos del impresor en la fecha que se concluyó el texto en cuestión.

• Sepa amigo internauta que el daltonismo es una enfermedad de la vista que impide distinguir ciertos colores. El físico, químico y naturalista inglés John Dalton (1766–1844), quien padecía esa dolencia, estudió detenidamente la perversión del sentido de los colores, por lo que desde entonces se identifica como daltonismo.


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