Una no puede evitar que se le estruje el pecho; sin embargo se contiene. Se limpia los ojos medio llorosos, porque piensa que, a pesar del diagnóstico y la zozobra casi constante de papá y mamá, por lo menos hoy todos lo olvidaron un poco a fuerza de risas y palabras de aliento.
Niñas y niños avileños que padecen cáncer, tuvieron un día de esos que rompen las rutinas. Ellos y parte de su familia más cercana, disfrutaron de una fiesta con todo lo que lleva: dulces, regalos, payasos, piñatas, tesoros escondidos, juegos de participación, alegría, sobre todo eso, mucha alegría.
El proyecto Por quien merece amor, de la Universidad de Ciencias Médicas José Assef Yara, volvió a sumar a los muchachos y muchachas que lo integran, liderados por la profesora Norma Pérez Callejas, quienes, en un trajín constante, aseguraron que todo saliera bien y el aporte de todas las instituciones que se sumaron llegara a las manos de los anfitriones.
Parte de la tropa del Guiñol Polichinela prácticamente hizo el día, sacando risas a grandes y pequeños, llevándolos al mundo de los trucos y la magia. Muchos bailaron, cantaron, acompañaron con aplausos a estudiantes de preuniversitario que llevaron sus coreografías y declamaron versos.
Hoy no eran ellos parte de una estadística, de los 96 casos de pacientes oncopediátricos que tiene actualmente Ciego de Ávila. Eran niños y adolescentes que pasaron la noticia de una enfermedad demasiado triste y un tratamiento, algunos desde la enajenación a los problemas propia de la edad, otros sabiendo un poco más lo que pasaba; en este día los llenaba la felicidad de una estabilidad, no lejos del sobresalto, pero salpicada de esperanza.
Este es un aporte a la Jornada Nacional de la Lucha contra el Cáncer, un padecimiento que fue la primera causa de muerte en la provincia durante el 2018.
“Motivamos a los padres a que estén todo el tiempo pendientes de sus hijos para que puedan detectar a tiempo cualquier síntoma”, dice la doctora Mayra Cristina Quiñones Rodríguez, especialista de la Dirección de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades en el territorio.
“Por eso este año nos sumamos con el lema para el sector infantil ‘Yo soy un niño (a) y mi familia me lleva a la consulta de niño (a) sano’, una necesidad de no descuidar cualquier indicio y estar alertas.”
Los altos índices de sobrevivencia son como un respiro. Más que porcentajes y términos médicos son niños, niñas y adolescentes que corretean, van a la escuela, hacen amigos y regalan sonrisas, más allá de febrero y jornadas, en cualquier fecha del año.