Sala de oncología avileña, cara a cara con la muerte

Los servicios oncológicos que se prestan en el Hospital Provincial Antonio Luaces Iraola, de Ciego de Ávila, mantienen su vitalidad a pesar de la COVID-19 y de las afectaciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace casi seis décadas.

Debido a la aparición en territorio cubano de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus, los cuidados de los pacientes oncológicos se refuerzan desde la entrada a la sala con soluciones desinfectantes para el lavado de manos, además de las dispuestas en el baño, precisó a la Agencia Cubana de Noticias Leticia Rodríguez González, jefa de los enfermeros.

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Además de continuar con las consultas a los más de 600 diagnosticados con enfermedades malignas y de los tratamientos de poliquimioterapia, también aplicamos, desde hace más de un mes, los que recibían varios avileños en las provincias de La Habana, Villa Clara, Camaguey y Holguín, explicó Rodríguez González.

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La medida, dispuesta por el Ministerio de Salud Pública durante la actual contingencia epidemiológica, es muy acertada porque contribuye a cuidar las vidas de estas personas, consideradas entre los grupos más vulnerables a la COVID-19, precisó la enfermera, quien junto a nueve colegas más está en constante batallar cara a cara con la muerte.

Detalló que el servicio dispone de ocho camas, las cuales se utilizan en aquellos que según los protocolos de quimio, necesitan permanecer en la institución 24 horas, 72 horas o una semana.

Durante la pandemia se han afianzado las relaciones con el Oncológico de Camagüey y el sector del Transporte para continuar con el traslado de enfermos en dos ómnibus que diariamente los llevan a tierras agramontinas para la realización de radioterapias ambulatorias, dijo Rodríguez González, quien en su labor está acompañada por cuatro médicos especialistas en oncología; el doctor José Manuel González Cendán, al frente de la sala; una secretaria y dos auxiliares de limpieza.

El jefe de la sala denunció que el cerco norteamericano afecta la tenencia y permanencia de medicamentos muy caros, entre estos algunos anticuerpos monoclonales como el HR3 (nimotuzumab), imprescindible en pacientes con cáncer de cabeza, cuello, esófago, pulmón, páncreas y otras localizaciones; y el paclitaxel, fármaco para tratar cáncer de ovario, mama y de pulmón de células no pequeñas.

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También la persecución yanqui impide adquirir el calmante Tramadol en tableta y gotas, sentenció el galeno, especialista en medicina interna.

Vilma Guerra Plasencia, acompañante de su esposo, agradeció la calidad en la atención recibida por los profesionales de la sala, los que con el corazón en la mano brindan cariño y una óptima atención a los ingresados y familiares.

La sala de oncología del centro asistencial avileño cuenta con seis consultas multidisciplinarias y la radiografía digital, lo cual asegura una mejor decisión en el procedimiento oncológico y la calidad e integralidad en la atención a los pacientes que se estudian.