Rolando Valle: “esos fueron mis tiempos”

Invasor se acerca a la historia de Rolando Valle de La Rosa, uno de los fundadores avileños del Partido Comunista de Cuba, y delegado a su primer congreso.

Cuando una se dispone a entrevistar a Rolando Valle, por años dirigente del Partido Comunista de Cuba (PCC) en más de un municipio de Ciego de Ávila, y delegado a sus tres primeros congresos, se prepara para escuchar sobre la entrega de su generación y para las reflexiones más marciales del sentido del deber. Pero luego de esperarlo una hora y verle llegar en bicicleta, sudado y harto de la cola en su mercado para comprar las papas, la idea del “veterano” empieza a cambiar.

La imagen adquiere un sentido de la dignidad diferente cuando se sienta apoyando las manos en las rodillas y responde brevemente con un tono apenas audible, pero muy franco.

Cronometra su vida apoyándose en los sucesos más relevantes de la vida pública del país, porque en sus años las vidas de sus congéneres eran más o menos eso, la repercusión de las campañas que encabezaba el Gobierno y en las que enrolaba Fidel.

Por eso él parte de sus años en la "Juventud Comunista" para explicar cómo fue a dar, "poco antes de que mataran al Che", a dirigir en Enrique Varona, un pueblo que vivía del central, pero también de la caña y de la ganadería.

Fueron años de ir y venir todos los días de Chambas a Morón, y viceversa, porque en la casa le esperaban tres hijos. Hoy dice que fue su esposa, ya fallecida, quien debió recibir con él cualquier medalla de las que le pusieron, porque a ella le debía poder hacer todo aquello.

Era 1973 cuando pidió ser trasladado más cerca, para estar con los niños, y entonces le encargan el central de Pina, Ciro Redondo.

• Hoy ve parte de su cosecha personal en su nieto, del mismo nombre.

Remangándose la camisa estuvo allí, por siete zafras, mientras el Primer Secretario del PCC provincial de entonces le decía "tú solo haces más azúcar que todo Oriente". Él sabe que no. Que la camisa se la remangaba mucha gente más. Y quizás ese mismo empuje de otros lo hizo delegado al Primer Congreso del PCC.

Rolando tiene pocas palabras para describirlo, pero una de ellas es "extraordinario". Porque "allí se planificaba el desarrollo de todo el país, en lo social, en lo económico". Como para ilustrar lo poderoso del adjetivo, lo dedica también al momento en que, una década antes, en la presentación del Comité Central del PCC, Fidel leyó la carta de despedida del Che. “Muchos lloraron", dice, para después corregir: "Lloramos. ¿Para qué te voy a mentir?" El Che fue siempre "la guía", completa, y los ojos se le ponen chiquiticos.

Después tocó la división político-administrativa. Parece cuestión de organizar un mapa, pero en el fondo era decidir los recursos económicos de cada territorio. Fueron cuatro años más en Ciro Redondo, antes de que la elipse de su vida profesional lo devolviera a Chambas.

"Para Chambas me mandaron porque ya tenía experiencia con los centrales, y allá las lluvias y el terreno tan bajo comprometían el plan de azúcar de la provincia entera. Lo logramos.”

Pero el compromiso con el azúcar le tira del lado izquierdo del pecho todavía, cuando oye de la marcha de un central, o de cuando no muele. “Para los pueblos con ingenios, que dejen de moler es complicado, porque es el sustento de muchas familias”, dice.

El broche de todas sus tareas fue el III Congreso del Partido, en 1985. No le tocaron allí los años más difíciles, que vinieron después. Los vivió en casa, con la familia, como todos, como hasta hoy, que les tocan esas cosas a otros de su generación y a los que vinieron después, mientras él da entrevistas, cuida a los nietos y hace la cola de las papas.

LAS VIVENCIAS DE VALLE Por: Alfredo Fernández Arcia La fecha del 17 de Diciembre de 1975 la marcamos en el calendario...

Posted by Fernández Arcia Afa on Thursday, April 1, 2021