Si se cumplen los objetivos de la reparación al pie de la letra, el inmueble celebrará su centenario en mejores condiciones
Con el montaje de los andamios en los alrededores de la Terminal de Ferrocarriles de Morón, desde el lunes pasado, parece más cerca la restauración de este inmueble con grado de protección patrimonial, por ser Monumento Nacional. Como en algunas enfermedades del cuerpo, la cura empezará de afuera hacia adentro.
Cubiertas y aleros recibirán entre noviembre y diciembre una ofensiva reparadora, valorada en 3,4 millones de pesos, según confirmó Kadileisy Pelier Pérez, director de la Unidad Empresarial de Base que administra la Terminal. Una brigada constructora especializada tendrá a su cargo las obras, que deberán respetar, al pie de la letra, los valores originales de la arquitectura.
Explicó el directivo que otros trabajos de conservación, remozamiento, cambio de carpintería y redes hidráulicas están planificados para el año próximo, en una secuencia constructiva capaz de devolver el esplendor a esta joya arquitectónica, orgullo de los moronenses y la segunda más grande del país con ese estilo.
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Posted by Leonel Iparraguirre González on Sunday, October 30, 2022
Como en la actualidad la Terminal ofrece el servicio de taquilla para ómnibus y trenes, será necesario trasladar la venta de boletines del transporte terrestre hacia otra ubicación, todavía por determinar por la Empresa Municipal de Transporte. Especifica Pelier Pérez que se mantendrá operativo el andén y se organizará el expendio de los pasajes y la espera de los usuarios en áreas donde no interrumpan las reparaciones ni estén expuestos a posibles accidentes.
Inaugurada el 14 de julio de 1924, la Terminal de Ferrocarriles de Morón se acercaba a su centenario de operaciones en un estado deplorable, varias veces criticado por este órgano de prensa. Después de que en 2010 mereciera el Premio Nacional de Conservación, el deterioro y la falta de mantenimientos oportunos pasaron factura a la estructura.
Y, aunque en 2019 se cambiaron algunas vigas de madera y se sustituyeron las tejas francesas deterioradas, características de su diseño, el alcance de lo planificado no fue lo previsto y se siguió postergando la resurrección de un símbolo, tal cual reportamos dos años después.
El inmueble cuenta con dos plantas, la baja dedicada a la sala de espera y taquillas, y la alta a oficinas administrativas. Entre sus valores patrimoniales está un enorme vitral que remata las cuatro aguas del tejado, que también acusa deterioro.
Declarado Monumento Nacional en el año 2000, está sujeto a lo estipulado en la Ley de Monumentos Nacionales y Locales, así como la Ley de Protección al Patrimonio Cultural.