En la jornada de más casos de COVID-19 reportados en la provincia de Ciego de Ávila se aprobaron modificaciones al protocolo de manejo clínico
Peor que el número descorazonador, esos 633 casos positivos en apenas 24 horas que nos han dejado sin palabras, es la certeza de los expertos de que Ciego de Ávila continuará mostrando cifras de contagios diarias en ese rango unos días más.
Sin dudas, el contingente de médicos y licenciados en Enfermería que ha llegado al territorio en las últimas horas, para reforzar el sistema sanitario avileño, es un elemento a tener en cuenta a la hora de hacer pronósticos. Pero el doctor José Ramón Artigas, metodólogo docente del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, cree que nos esperan varias jornadas con incremento sostenido de enfermos y no avizora, antes de octubre, un panorama de inmunidad colectiva gracias a Abdala que vaya borrando la sombra de la COVID-19 aquí.
Con una positividad del 30 por ciento en las muestras de PCR-RT y un 56 por ciento en los test de antígeno Roche, todas las matemáticas del mundo lo respaldan. Además de las debilidades estructurales y de recursos del enfrentamiento, lo incuestionable es la altísima transmisión del virus, en sus variantes más contagiosas.
La mitad de los municipios tienen tasas de incidencia por encima de 700 por cada 100 000 habitantes, mientras la otra mitad supera los 200. Siempre insistimos en tener en cuenta que, en Ciego de Ávila, solo la ciudad cabecera tiene más de 100 000 habitantes. Un caso para Venezuela, Majagua o Bolivia podría hacer la diferencia.
Hagamos, como en otras ocasiones, un ejercicio “adivinatorio”: si al cierre del 12 de julio, 1 011 personas con sintomatología sugestiva a la enfermedad fueron identificadas como sospechosas; si cada uno de los 633 casos autóctonos reportados este martes tiene, como promedio, nueve contactos directos; y si permanecen 328 viajeros en vigilancia, ¿de cuántos positivos podríamos conocer mañana? Mínimo, más de 300… y ya eso sería demasiado.
Por eso José Ramón Artigas, que tiene nombre de artista y podría llamarse arte, además de ciencia, lo que hace con el estudio epidemiológico de la provincia, insiste en que solo la combinación de un protocolo sanitario bien ejecutado y la autorresponsabilidad frenarán el paso vertiginoso y demoledor de este rebrote.
Modificaciones al protocolo de manejo clínico
Luis Orlando Rico Martell, jefe del Departamento de Medicamentos y Tecnologías en el territorio, explicó en conferencia de prensa las modificaciones al protocolo de manejo clínico, fundamentalmente la introducción de nuevos medicamentos y el algoritmo de aplicación.
En el caso de los contactos de casos confirmados se indica ingreso domiciliario durante 14 días, siempre que cumpla con los criterios aprobados, es decir, que no presente vulnerabilidades que puedan derivar en una evolución desfavorable. De no ser así, se procederá al ingreso en centros habilitados para ellos, bajo vigilancia y conducta expectante.
Por conducta expectante entendamos que, ante cualquier cambio o la aparición de síntomas sugestivos a COVID-19, el personal sanitario encargado de la vigilancia en la Atención Primaria de Salud debe decidir las acciones a seguir. El médico y la enfermera de la familia deberán garantizar, de conjunto con los factores de la comunidad, el cumplimiento del aislamiento indicado.
Además, en el momento de presentar manifestaciones clínicas la persona pasa a la categoría de sospechoso, se ingresará en un centro de aislamiento y recibirá tratamiento inmediato con el medicamento antiviral Nasalferón.
En el caso de los pacientes confirmados considerados de alto riesgo y con bajo riesgo, pero con síntomas, se ingresarán e iniciarán tratamiento con Interferón. El especialista explicó que no hay peligro en que una persona estuviera recibiendo antes el Nasalferón.
Los positivos de bajo riesgo asintomáticos o con síntomas leves se ingresarán y recibirán Nasalferón, además del resto del protocolo. Rico Martell dijo que la provincia ha priorizado el suministro a los centros de aislamiento de medicamentos como la Azitromicina (que no está incluida en el protocolo COVID-19, pero es el antibiótico de elección ante infecciones respiratorias agudas), en medio de una tensa situación con el cuadro básico de fármacos en el país.
Asimismo, apuntó que los síntomas que conllevan a la decisión de usar Interferón en un paciente de bajo riesgo son: fiebre, tos persistente, diarreas o decaimiento marcado.
Para el manejo de los pacientes graves se aprobó la introducción del Nimotuzumab, de conjunto con el resto de los medicamentos aprobados; así como la elección del Jusvinza para gestantes y niños. Este fármaco se empleará en todos los enfermos reportados de críticos y no se podrá combinar con el Nimotuzumab.
Los pacientes vacunados que resulten positivos a la COVID-19 en un plazo posterior a los 15 días de la última dosis, si son asintomáticos o con síntomas leves, se ingresarán y observarán. Quienes tengan alto riesgo o síntomas muy pronunciados, serán ingresados y tratados con el protocolo previsto.
Por último, los pacientes confirmados con 14 días o más de evolución y que permanezcan positivos al PCR-RT, en caso de tener criterio de alta clínica, egresarán y tendrán seguimiento en sus lugares de residencia. Internacionalmente se ha demostrado que después de 14 días no hay carga viral suficiente como para transmitir la enfermedad.