Pan normado: Menos gramos no es igual a menos calidad

Hace más de una semana que el déficit de materias primas obliga a reducir el gramaje del pan

Ante las dificultades que confronta el país con el arribo de la harina necesaria para la elaboración del pan que se destina al consumo familiar, los clientes de Ciego de Ávila encuentran en los mostradores de las unidades de Comercio uno más pequeño, como resultado de una decisión de las autoridades locales para no impedir su distribución y consumo diarios.

Explica Yadiel Pérez Téllez, coordinador de Programas y Objetivos en el gobierno provincial, que “a partir del inventario que hoy disponemos, llevamos varios días elaborando un producto de 50 gramos”.

Aunque se desconoce cuándo regresaremos a la normalidad, aclara Yadiel que, “en la medida en que arribe la harina necesaria a Cuba y tengamos la seguridad plena de que podamos restablecer su cobertura, volveríamos al habitual, es decir, al de 80 gramos”.

• En junio pasado, el déficit de harinas provocó otro “bache” en la elaboración y comercialización del pan normado 

Pero la reducción del peso no debe traducirse en un alimento indeseado —como en ocasiones se aprecia— porque, aclara Pérez Téllez, se trabaja con materias primas de producción nacional y se mezclan con otras que aportan otros actores nacionales, sin que ello signifique menor calidad.

“Un grupo de trabajo de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria y el cuerpo de inspección del territorio evalúan, en diferentes escenarios, cómo se está comportando la distribución y la producción.

“Mientras tengamos cobertura de harina, haremos todos los esfuerzos para que la población, al menos, reciba este producto tan necesario y dárselo con la calidad requerida.

Aclara tres asuntos esenciales: el precio, según el gramaje, se disminuye a 0.85 centavos —en algunas unidades se sigue cobrando 1.00 peso y no faltan consumidores desinformados—, se mantiene el pan de la merienda escolar con 80 gramos, y también con una oferta de 50 gramos el resto destinado al consumo social.

Ante cualquier incidencia o preocupación, funcionan puestos de dirección en las empresas de Comercio y Alimentaria que tramitan las dudas del pueblo.

Además de la voluntad gubernamental, prevalece la de los trabajadores de sostenerla, en medio de las tensiones que implica la limitada cobertura, asegura Rafael Pina Jova, director general de la Empresa Provincial Industria Alimentaria.

En junio pasado, Invasor precisaba que cada día “solo el municipio cabecera necesitaría entre nueve y 10 toneladas de harina para abastecer a la población y el consumo social priorizado (dígase hospitales, merienda escolar, hogares de ancianos, escuelas y círculos infantiles)”.

En cuanto a la canasta familiar normada, se distribuyeron las tres primeras libras de arroz percápita en todas las bodegas; de las cuatro restantes, faltaban por entregarse 70 toneladas en el municipio de Ciego de Ávila, déficit que debió solventarse a partir del pasado jueves.

La escasez de azúcar en el país determina que la política de distribución nacional reduzca a tres libras de azúcar crudo percápita la entrega de este mes (en lugar de cuatro).

También se expende sal fina, y la compota destinada a los más pequeños; en tanto quedan pendientes el café y el aceite, de los cuales la producción nacional aún “no logra cubrir la necesidad de ninguna provincia”.

En agosto, y referente a los cárnicos, se distribuyó el pollo para la población, niños, embarazadas, ancianos y dietas médicas, y cuatro toneladas que se debía del mes anterior a las zonas rurales; el resto de los cárnicos se aseguró sin dificultad.