Para el profesor avileño, ya jubilado, Félix Pacheco Granado, tanto la vida como la obra de José Martí constituyen una fuente de aprendizaje permanente, a la que hay que acercarse con respeto.
Estudioso de la obra martiana desde su niñez, asegura que toda su vida ha actuado inspirado en el ejemplo del Apóstol y tuvo siempre en sus clases, durante los 48 años de ejercicio como profesor de Historia y Filosofía, la presencia del Héroe Nacional, de una u otra manera.
Leer a Martí, precisa, es descubrir un universo extraordinario, en cualquiera de sus obras, y es posible porque lo hizo con un amor inconmensurable, y también con belleza hacia el pueblo cubano y hacia el ser humano.
“Por eso sentí una gran indignación al conocer de la profanación de los bustos martianos en La Habana, porque estoy seguro que esos individuos no tienen idea de la grandeza del hombre que hizo todo tipo de sacrificios por su Patria”, sentenció.
Con varios ensayos escritos sobre la obra martiana, este Máster en Ciencias de la Educación, rememoró cómo José Martí entregó a Cuba lo máximo que puede ofrendar un hombre, incluso su propia vida a una edad temprana.
• Lea Actualidad en la obra de José Martí. Lectura en la reunión de emigrados cubanos.Stick Hall, Nueva York. 24 de enero de 1880, de Félix Pacheco Granado, en la Revista Literaria ensentidofigurado.
“Necesitamos de su ejemplo, en todas las esferas de la vida”, asegura Pacheco Granado, y recuerda su experiencia personal durante el cumplimiento de dos misiones internacionalistas en Angola, cuando Martí fue una inspiración para él.
Profesor de generaciones de universitarios avileños, Félix se quita el sombrero de guano alón que lo acompaña para referirse al Héroe Nacional y exhorta a los cubanos a acudir a sus ideas, a las de Fidel y a la de los clásicos del marxismo leninismo, pues constituyen una guía para la acción.