Hay vida detrás de la hemodiálisis

Como prevenir en cuestiones de salud casi siempre es mejor que curar o sobrellevar las secuelas de una enfermedad, en el servicio de Nefrología del Hospital General Docente Antonio Luaces Iraola ya no se trata solo de cumplir con los ciclos de hemodiálisis establecidos para depurar la sangre y devolverla limpia al torrente del paciente, sino de extender la vida.

De ahí que una de las primeras acciones luego del diagnóstico de una insuficiencia renal crónica sea aplicar una escala de tratamiento preventivo con la vacuna cubana contra el Hepatitis B, que acorta las posibilidades de padecer el virus y, consecuentemente, permite vivir más y mejor.

Las estadísticas halagüeñas las comparte Dayani García Zamora, responsable del Servicio de Nefrología en este centro, donde nadie padece el virus, mientras que solo 10 de los 60 pacientes, que tres veces a la semana visitan la sala, tienen Hepatitis C.

Entonces manejar estos números se mueve en el ámbito de lo posible y para lograrlo están designados cubículos y riñones artificiales específicos, con el objetivo de impedir una infección intrahospitalaria.

De ser otra la cadena de cuidados, los costos humanos y económicos de seguro serían más porque administrar 14 máquinas entre 60 personas, en turnos que demoran entre tres y cuatro horas, puede ser una ecuación apretada, que no necesita la agravante de recursos individualizados, más cuando desde el dializador hasta la línea artereovenosa se reúsa debido a las limitaciones de Cuba para comprar equipamiento en el mercado internacional, como consecuencia del bloqueo económico, comercial y financiero.

También la Eritropoyetina Humana Recombinante es otro de los medicamentos biotecnológicos que no debe faltar por su efectividad en el tratamiento de la anemia asociada a esta enfermedad, gracias a lo cual han quedado atrás las frecuentes trasfusiones sanguíneas y se han reducido las posibles hipersensibilidades al transplante, pues como señala el nefrólogo Alberto Moronta Enrique la hemodiálisis no siempre es el final del camino y preparar al paciente para que reciba un nuevo órgano también es parte del trabajo.

Hemodialisis

En esta batalla por salvar, que lideran nueve especialistas y 14 enfermeros, no siempre estos fármacos han estado y los aparatos fallan, entonces la Covid-19 vino a ser otro contratiempo, pero no un freno para que la rutina continuara con medidas más estrictas que han obligado a los acompañantes a esperar afuera, a tomar la temperatura con un termómetro digital y estar alertas ante cualquier síntoma respiratorio.

Con la certeza de haber visto de todo un poco después de dos años en los que el mecanismo artificial ha hecho lo que ya no pueden sus riñones, Alexey Arias confirma que no hay ninguna cara desconocida en el servicio y si hoy falta la familia al lado de su cama, ese otro cariño de médicos y enfermeros siempre ha estado.

Al contabilizarse 14 personas fallecidas en lo que va de año, aunque no por causas directamente relacionadas con la hemodiálisis, la mortalidad ha experimentado una ligera alza, que no se traduce literalmente en menos esperanza de vivir para el resto y mucho menos en decepción colectiva.