En septiembre último Invasor publicaba sobre el incremento de las enfermedades diarreicas agudas (EDA) en la provincia. Seis meses después, el territorio experimenta un alza en las atenciones hospitalarias por estas causas, aunque José Luis López González, subdirector de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), insiste en que estamos en zona de seguridad, según el canal endémico de las EDA.
Lo explica mirando el gráfico que muestra, no obstante, un aumento de casos estimados en un 86 por ciento, respecto a igual etapa del año anterior —marzo de 2023.
“Por el comportamiento habitual de las enfermedades, se realiza el llamado canal endémico, donde se estudian los datos de varios años, y se hace un corredor endémico. De este modo, se establecen cuatro categorías: zona de éxito, cuando hay muchos menos casos de los esperados; de alarma, al aumentar el número de casos y vislumbrarse la posibilidad de llegar a ser una epidemia; zona de epidemia, cuando el número de casos rebasa lo esperado; y zona de seguridad —en la que estamos actualmente—, cuando los casos se han incrementado, pero dentro de los límites normales para esta época del año”.
Sin embargo, “a pesar de que epidemiológicamente hablando no estemos en una situación crítica, sí debemos preocuparnos y tomar medidas, sobre todo en el hogar”, aclara López González, e insiste en la necesidad de intensificar las medidas para higienizar adecuadamente los alimentos y hervir o incorporarle al agua hipoclorito de sodio al uno por ciento.
“En todos los municipios, excepto Chambas y Bolivia, se han incrementado los casos de enfermedades diarreicas y la mayor incidencia está en los menores de 15 años, y dentro de ellos, los lactantes hasta un año de edad, lo que hace saltar las alarmas, por los riesgos de deshidratación en ese grupo de edades”, añade el especialista.
Las causas de las EDA actualmente están en su mayoría relacionadas con el parasitismo intestinal. “En los estudios que se han hecho, más del 38 por ciento de las muestras analizadas han sido positivas a protozoos, y se ha aislado, en algunos casos la Salmonela, causante de la salmonelosis, una enfermedad bacteriana común que afecta el tubo intestinal y puede provocar diarrea, fiebre y calambres abdominales”.
El subdirector de Epidemiología del CPHEM asegura que se han realizado estudios de hepatitis, pero han sido negativos, por lo que se descarta la posibilidad de que las causas del incremento de las enfermedades diarreicas estén asociadas a ello. Por tanto, insiste, se trata de diarreas estacionarias, que durante 2024 han tenido un pico de casos en la segunda y tercera semana del año (del 7 al 20 de enero).
Las instancias sanitarias correspondientes chequean la calidad del agua de consumo humano, máxime ahora que es inestable el bombeo debido a las interrupciones eléctricas y las irregularidades de los ciclos de entrega del líquido potable debido a la sequía. “Cuando se detiene el bombeo y hay salideros o contaminación con aguas residuales, se produce una presión negativa y el fluido que está, que salió de la tubería, vuelve a entrar otra vez hasta que vuelva a arrancar la turbina y todo eso se arrastra y puede contaminar el agua potable”.
Ante la situación, el especialista insiste en que la prevención es la manera más efectiva de disminuir los índices de la enfermedad y, por tanto, sus consecuencias. Resulta indispensable la higiene de los alimentos, sobre todo las verduras, pues algunas se cosechan en las periferias de la ciudad y el agua empleada para su riego no proviene directamente del manto freático, por lo que aumenta el riesgo de contener bacterias y otros microorganismos.