Si bien el título de este trabajo sea un “robo” a un filme cubano bastante reciente, no se hablará aquí de cine. En realidad, la frase la podemos usar frecuentemente en nuestra cotidianidad para hacer alusión a tantas cosas que empezaron bien y se torcieron en el camino.
Así sucede con los servicios de la Empresa de Alojamiento y Aseguramiento al Comercio en Ciego de Ávila. Desde el 2016, año en el que comenzó la venta de reservaciones en el buró del municipio cabecera, hasta la actualidad, la satisfacción de los usuarios ha ido en picada.
Los criterios de algunos que van en busca de una reserva se repiten: hay pocas posibilidades, en reiteradas ocasiones, de obtener una habitación.
Una ojeada a los números nos indica el descenso de los visitantes, lo que Juan Carlos Cantero Rodríguez, subdirector de Alojamiento, Gastronomía y Recreación en la empresa, atribuye a la cantidad de “habitaciones congeladas”.
“Según dispone la legislación, las personas jurídicas tienen prioridad sobre las naturales para el hospedaje en los lugares que pertenecen al sistema. Por eso, el Consejo de la Administración Provincial (CAP) debe entregarnos, en los primeros días de cada mes, las afectaciones que tendrán para esas fechas, cronograma que no se cumple en fecha e imposibilita que se vendan las capacidades a la población por estar a la espera”, comenta.
“Ahora mismo se está trabajando en la creación de un enlace nacional para hacer las reservaciones. Para estos primeros meses del año debe comenzar a utilizarse. Esto posibilitará ver en la red la disponibilidad de habitaciones, no solo en Ciego, sino, también, en otras provincias. Hasta el momento, esa gestión se hace a través del teléfono, y trae irregularidades.”
Con esta posibilidad quizás el alcance sea mayor. Habrá que evaluar su funcionamiento sobre la marcha.
“A pesar de la disminución de turistas en físico, los ingresos de la empresa han aumentado, debido a otras opciones que se brindan en esos lugares, como el alquiler para fiestas, bodas, quinces, cumpleaños, la ubicación de kioscos para la venta de alimentos en varios espacios de la ciudad, entre otros.”
Un elemento que también atenta contra las visitas a estos sitios es el deterioro considerable de sus condiciones de infraestructura. Es una opinión no aislada entre los que vieron el antes y el ahora.
El abandono y la falta de mantenimiento “distinguen” las áreas exteriores de La Arboleda“Se repararon las que sufrieron afectaciones por el ciclón Irma y en una parte se han hecho acciones de mantenimiento; quedan otras, dos de ellas, que necesitan reparación casi capital, y como inversión para este año está una ubicada en la calle Marcial Gómez, entre Serafín Sánchez y Máximo Gómez.”
En recorrido de Invasor a uno de los 12 planteles de esta localidad, La Arboleda, otrora motel del MINAZ, se constató lo afirmado por Raudel Perdomo Marrero, su segundo administrador: “más que pasarle la mano, esto hace falta hacerlo casi nuevo”.
Los años de explotación y el uso para la evacuación de los afectados por el ciclón, dice Perdomo, han dejado las habitaciones en mal estado.
Ahora la piscina no está en funcionamiento. “Aprovechamos para rasparla y darle pintura, porque la estábamos llenando y nadie venía. En estos tiempos de frío es así.”
En La Rueda, otra de estas unidades, sucede algo similar. Aunque en el momento de nuestra visita la piscina estaba llena, a solicitud de unos clientes, por estas fechas la afluencia de público para el área de baño es poca, según el administrador Jorge García González.
Actividades recreativas en el ranchón y la piscina, otras de las alternativas que ofrece La Rueda“En los meses de verano es cuando más recibimos a personas naturales. Ahora las cifras no son altas, lo máximo han sido unas 30 o 40 en algunos momentos. Por supuesto, el atractivo de la piscina hace que muchos prefieran esta instalación.”
Pero no todas tienen ese aspecto distintivo a su favor. Y aunque no de igual manera, es un denominador bastante común que estos alojamientos no tengan el confort necesario.
Si bien los precios no se consideran demasiado altos (no es recomendable generalizar, porque eso está en dependencia del poder adquisitivo real de cada cual), al sumar lo que se debe pagar por desayuno, almuerzo y comida, en caso de que la estancia no sea solo para dormir, la cuenta asciende.
Teniendo en cuenta que una gran mayoría solo puede acceder a servicios de este tipo por sus ingresos y ahorros, habría que pensar mejor la vía para devolverles la vitalidad a estas instalaciones, como lo merecen sus visitantes.