Cuidadoras particulares: no todo está dicho

Desde hace años el círculo infantil (CI) constituye uno de los mayores desvelos de la gran mayoría de las madres trabajadoras próximas a culminar su licencia de maternidad. Algunas, las de mejor suerte en el reñido proceso de otorgamiento, engrosan la larga lista de las féminas beneficiadas desde el primer momento por estas instituciones educacionales.

Otras, han debido esperar algún tiempo antes de alcanzar la plaza o, en cambio, han decantado por las cuidadoras particulares, opción que ha existido desde siempre, pero que ahora alcanza nuevas dimensiones ante el auge del trabajo por cuenta propia en Cuba.

Según explica Marta Isabel Domínguez Allen, subdirectora de Empleo de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social en Ciego de Ávila, hasta febrero del presente año, se habían entregado en la provincia 49 licencias en función de la actividad de asistente para el cuidado de niños, cifra superior a las 13 que existían en septiembre de 2010 cuando inició la ampliación de esta opción de empleo, pero ínfima para un territorio en el que la ausencia de educadoras infantiles y el estado constructivo de algunos planteles compromete el otorgamiento de capacidades para el CI.

Al respecto, Práxedes García Tamayo, metodóloga provincial de la Primera Infancia, precisa que la metodología diseñada por el Ministerio de Educación para normar la entrega de plazas para CI fue modificada en 2012, en aras de hacerla coincidir con los cambios acontecidos en la sociedad cubana que, desde entonces, también cuenta con madres trabajadoras del sector no estatal.

De acuerdo a registros del Departamento de la Primera Infancia de la Dirección Provincial de Educación, hasta el cierre del 30 de marzo, en Ciego de Ávila residían 27 190 niños entre 0 y 6 años, de los que 18 191 asisten al Programa Educa a tu hijo, 3 825 cursan el grado preescolar en escuelas primarias y solo 5 174 ocupan una plaza en uno de los 34 centros de la provincia destinados a la educación y el cuidado de infantes.

Sin embargo, como detalla la especialista, cada municipio establece sus prioridades para el otorgamiento de los CI, las que no siempre pueden favorecer a las madres cuentapropistas, quienes encuentran en las cuidadoras particulares la alternativa ideal para garantizar la custodia de sus pequeños.

Aunque Domínguez Allen reconoce que se trata con mucho rigor a las asistentes por estar relacionadas con niños, no todo está dicho sobre una actividad que, si bien controla Salud Pública, todavía muestra algunas sombras, sobre todo, si de educación se trata, tema que abordará Invasor en un próximo reportaje.