Se cumplen cuatro semanas de ascenso sostenido en la curva de contagios. Algunos modelos matemáticos estiman que no se ha alcanzado aún el pico.
Ese sentido de la indefensión y el miedo en el cuerpo que no pocos avileños padecen por estos días no es infundado. Las largas colas en las consultas de Infecciones Respiratorias (IRA) son la evidencia más irrefutable de que ante el peligro de la muerte las personas se movilizan.
Y la muerte nos ronda obcecadamente. Ciego de Ávila tiene la mortalidad más alta del país en los últimos 15 días. De los 256 fallecidos acumulados, 181 corresponden a esta quincena, de acuerdo al reporte oficial del Ministerio de Salud Pública. En la última semana el promedio es de 21 decesos diarios.
Aun cuando algunos cuestionan la exactitud del dato, es una estadística demoledora que apunta en varias direcciones, pero entronca en una causa común: la oportunidad del tratamiento.
Se podría creer que cuando hablamos de oportunidad solo nos referimos al momento en el que el paciente es medicado, en medio de una circunstancia donde también los fármacos incluidos en el protocolo de manejo clínico han tenido faltas en el suministro. Pero la evolución de los contagiados depende, en primer lugar, de la celeridad del diagnóstico y el ingreso. Y eso también ha fallado.
De acuerdo con los análisis del profesor José Ramón Artigas, Metodólogo Docente del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, en lo que va de año el 51,6 por ciento de los casos positivos sintomáticos se ingresó pasados cuatro días del inicio de los síntomas (y de ellos el 35,6 con más de seis). Si queremos entender la velocidad del contagio y el tamaño de la transmisión en Ciego de Ávila, este es un número esclarecedor: son cuatro días o más en los que esas personas estuvieron propagando el virus.
Digamos, además, que el 91,7 por ciento de los pacientes han demorado tres o más días en ser diagnosticados, pero de ese total más de la mitad tardó seis largas jornadas en conocer el resultado de su PCR. Aunque el actual protocolo indica medicar desde el principio, tomando como trazador el test de antígenos positivo y la evaluación del riesgo, de modo general el retraso en el diagnóstico favorece la probabilidad de complicaciones y muertes.
El experto señala a la morbilidad oculta como una posible causa, no solo del incremento de personas que llegan a estadíos graves y críticos, o fallecen, sino de la tendencia de las últimas jornadas a la disminución de los contagiados en Morón. Por morbilidad oculta entendamos todos los factores de riesgo presentes en ese segmento de la población que enferma y no acude a los centros asistenciales ni es identificado por la pesquisa.
Entre la desinformación (creer que una fiebre es resultado de la vacuna), la congestión de los cuerpos de guardia y consultas IRA (la espera puede sobrepasar las cinco horas), la escasez de medicamentos, los fallos del protocolo (el ingreso domiciliario está transcurriendo sin supervisión médica en varios lugares), el tiempo de respuesta del transporte especializado, el déficit de camas en hospitales y centros asistenciales, y las capacidades limitadas de ventilación mecánica y terapia intensiva, no pocas personas han demorado demasiado en recibir la atención que necesitaban.
Hay historias muy dolorosas de gente que murió en casa, en un centro de aislamiento, o no llegó al hospital. Es el altísimo precio que nos está cobrando la epidemia, que nos obliga a mantener en ingreso domiciliario a más de la mitad de los pacientes activos.
Otro dato que refuerza la urgencia de acortar los tiempos de respuesta es el comportamiento del corredor endémico para las IRA, por semanas estadísticas. Por primera vez en mucho tiempo, a la altura de la semana 30 (finales de julio) nos encontramos en la zona de epidemia. Recordemos que la COVID-19 es una IRA, pero el problema está en que no hay una correspondencia directa entre la cantidad de casos reportados como tal y los sospechosos detectados. La sugerencia del experto es revisar a fondo cada caso para no dejar brechas al contagio.
Fuente: Dirección Provincial de Salud Pública Ciego de Ávila
Veamos ahora qué sucedió en la semana estadística 30
- Con 5 220 casos en solo siete días, supera cualquier marca anterior. Confirma, además, el incremento sostenido, resultado de una transmisión comunitaria fuera de control.
- La secuencia, obviamente, es la mayor de toda la epidemia: 973; 967; 493; 425; 698; 901; 763. Observen los picos máximos y también los reportes de menos de 500 casos, algo que podríamos achacarles a presumibles contratiempos en el laboratorio moronense. Siempre recordamos que la dinámica en ese centro puede derivar, en momentos puntuales, en el envío de muestras al IPK. Cuando eso sucede, los resultados se acumulan en una jornada, en detrimento de las anteriores. No obstante, para el actual momento que vive Ciego de Ávila, los cálculos señalan cifras cercanas a los 1 000 positivos diarios.
- Específicamente, un modelo matemático-predictivo empleado por el profesor José Ramón Artigas ha estimado que la provincia sobrepase esa cota de contagiados en los primeros días de agosto. Esto quiere decir que el pico no ha llegado y que podría seguir demorándose en tanto no cerremos filas en la contención.
- Como hemos insistido, la vacuna no es mágica. Quienes logren concluir el ciclo de tres dosis de Abdala en la cabecera provincial y Morón, solo a finales del mes próximo tendrían los mayores títulos de anticuerpos. No podemos esperar tanto para empezar a aplanar la curva. Hay que mantener la distancia, usar nasobuco (dos preferiblemente) fuera y dentro del hogar, y hay que ser obsesivos con la higiene de las manos y las superficies.
- No podemos esperar, decía, porque la semana 30 fue la más letal, con 149 fallecidos. Y a diferencia de rebrotes anteriores, no solo han muerto personas ancianas con comorbilidades que hacían muy difícil la recuperación. En los últimos días hemos tenido noticias de recién paridas, niños y personas jóvenes, sanas y fuertes.
Otras estadísticas al cierre del 27 de julio:
Acumulado de casos autóctonos: 18 332 (la provincia se acerca al cinco por ciento de su población contagiada).
Casos autóctonos del día: 763 (de ellos 147 menores de 18 años).
Importados del día: 3
Controles de foco activos: 577 (568 comunitarios y 9 institucionales)
Eventos: 5 (Cuatro comunitarios: Chambas (La Costa), Primero de Enero (Calle M), Majagua (La Grúa), Ciego de Ávila (La Piñera). Uno institucional en el Motel La Rueda, donde están los pacientes psiquiátricos.
Casos activos: 4 036 (de ellos, 2 530 en Atención Primaria de Salud).
Casos graves y críticos: 23 (20 graves, 3 críticos).
Tasa de Incidencia Acumulada (15 días): 2266.7 por cada 100 000 habitantes.