COVID-19 en Cuba: impedir una “segunda oleada”

Al cierre del día de ayer se confirman 12 nuevos casos, para un acumulado de 1 766 en el país. Ciego de Ávila reportó un positivo y un fallecido.

Hoy lo último, será lo primero. Quizás a usted, como a mí, le pareció oportuna la aclaración del doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, cuando, como de costumbre, respondió a algunas dudas en la conferencia de prensa.

“Si todos los días dan altas, si cada día se confirman menos casos, ¿por qué se mantienen tantos pacientes hospitalizados? Es que solo no se ingresan y se hospitalizan pacientes que estén confirmados con la COVID-19. Ingresamos pacientes que son sospechosos y contactos con determinadas características”. O sea, no es posible una relación entre número de personas en vigilancia clínico epidemiológica en hospitales, altas y confirmados.

“Si el sistema de diagnóstico mediante la tecnología SUMA se encarga de detectar la presencia de anticuerpos al Sars-Cov-2, ¿cómo es posible detectar mediante ella a pacientes que estén en los estadios iniciales de la enfermedad cuando aún el sistema inmune no ha producido estos anticuerpos?”, preguntó un usuario de Cubadebate.

Francisco Durán explicó que ese tema “se ha venido actualizando desde el punto de vista científico. ¿En qué momento hacer una prueba para que dé positivo a la COVID-19? Cabe el riesgo de que se haga en el momento que no está en sangre detectable, no hay una carga viral, como para que se encuentre.

“También en otro tipo de muestra, como el PCR, exudado nasofaríngeo. Las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud emitieron un documento que acumula los estudios en diferentes lugares del mundo y, por ejemplo, en el caso de las muestras de exudado nasofaríngeo, da mucha confiabilidad y es criterio de confirmación de los casos, se pensaba que se hacía detectable entre el tercer y cuarto día de inicio de los síntomas; sin embargo, se demostró que incluso a dos días de comenzar con los síntomas ya la persona se le descubren estos anticuerpos.”

Precisó que “los test rápidos detectan anticuerpos, que son el mecanismo de defensa que tiene la persona para protegerse de algo que le está agrediendo, el virus Sars-Cov-2. Estos anticuerpos, realmente, se empiezan a incrementar alrededor del octavo día. Ese es el IgM. Ahora, el IgG se incrementa también a partir del octavo día, lo que su punto máximo está en alrededor del 16 o 18”.

El doctor se refirió a las pruebas que comenzaron a hacerse y se continuarán a partir del martes venidero, en un segmento representativo de la población, de todas las provincias y un número importante de municipios, incluso zonas intrincadas. “Los que se va es a realizar el PCR en tiempo real, para detectar antes de que comiencen los síntomas de la enfermedad, en una población aparentemente sana”.

Las otras pruebas, los test rápido y con la tecnología SUMA, se mantienen. “Se seleccionaron familias y todos sus integrantes serán muestreados”, enfatizó.

Para detectar la presencia de la COVID-19 se estudiaron este sábado 1 826 muestras y, de ellas, 12 resultaron positivas, para un acumulado de 1 766 en el país.

Si seleccionamos la penúltima cifra mayor de casos reportados en una jornada (63, al cierre del 17 de abril), pues hubo una con 74, al cierre del primero de mayo, nos daremos cuenta de que, aquel número de hace tres semanas, es el mismo de la sumatoria de los confirmados en los últimos cuatro días de mayo.

Más significativa resulta la deducción, si decimos que, al cierre del 17 de abril, se estudiaron 1 895 casos (63 positivos) y, en los últimos cuatro días, para detectar el virus, se analizaron más de 1 940 por día, excepto este sábado que fueron 1 826.

Incluso, pudiéramos considerar ese 74 como un “bache en el camino”, pues desde el 25 de abril los enfermos han sido relativamente menos, hasta alcanzar los 12 de este sábado, resultado equivalente al de antier (13), antes de antier (12) y, en todo lo anterior, al de del 26 de marzo (13).

Se acumulan 77 fallecidos (tres más ayer), dos evacuados y 1 193 recuperados; 53 altas más al cierre del sábado, superior a los positivos de la jornada, como sucede, sin excepción, desde hace más de una semana. Se reportan un paciente en estado crítico y cinco graves.

Consulte parte de cierre del día 9 de mayo

De esta forma, la curva evolutiva de la COVID-19 en Cuba se comporta de modo favorable, pero hay que evitar la irresponsabilidad. El propio Francisco Durán ha insistido en que si prosiguen las indisciplinas sociales y empiezan a producirse eventos de transmisión, esto puede cambiar.

En muchos lugares se plantea lo que llaman una “segunda oleada” de la COVID-19, que es cuando un país tiene un comportamiento similar a este, y se relajan las medidas de protección, aún cuando se mantiene un grupo pequeño de personas infectadas en la calle. Cuando las personas empiezan a tener contacto con las personas infectadas, se produce la segunda oleada. Eso lo debemos evitar, alertó el epidemiólogo, en otra ocasión.

El llamado es a seguir protegiéndonos, a mantener el distanciamiento social, a usar el nasobuco, a efectuar el lavado frecuente de las manos, y a que, quien no tenga que salir por alguna razón muy específica, se quede en casa.