Se dice que el primer coche que arribó a Ciego de Ávila, procedente de ultramar, estuvo vinculado a la visita de una distinguida dama, hace ya más de un siglo.
Desde entonces no ha faltado nunca más su presencia en las calles de la urbe, aunque apariencias y propósitos han variado con el paso del tiempo.
La crisis económica de la década de los 90 de la pasada centuria, y su impacto en el transporte de pasajeros, trajo aparejada la transformación de estos vehículos, con el objetivo de aumentar su capacidad, ante la demanda de la población para moverse dentro del perímetro urbano.
Un censo de la Unidad Estatal de Tráfico de Ciego de Ávila, en octubre de 2019, daba cuenta del registro de más de 270 coches y carretones dentro del municipio, dedicados, fundamentalmente, al traslado de personas, sin contar los que circulan sin estar registrados, aunque nadie duda que la cifra hoy es superior.
Sin embargo, la convivencia de la ciudad y los vehículos de tracción animal no siempre es todo lo armoniosa que debiera.
Son frecuentes las alertas de la población sobre el maltrato animal y la sobreexplotación, así como las acciones de los inspectores estatales para multar a quienes circulan sin el colector para excretas, o por tenerlo en mal estado, ocasionando el vertimiento del estiércol de los animales en la calle con total impunidad.
Ante este tipo de comportamiento vale la pena traer a colación el estribillo de la vieja guaracha: Pare cochero, cochero pare.
Tradición e interés económico de la mano
Algunos coches coloniales como los conocidos por Duquesa y Milord, requerían más de 140 piezas en su estructura y medidas muy exactas en sus ruedas y arcos
Suman miles los pasajeros que hacen uso de estos medios para trasladarse diariamente
A veces la espera es larga bajo el inclemente sol
“Ya casi nos vamos”
Las denominadas “carriolas” o “guaradingas” no cuentan con el confort de sus homólogos coloniales, pero reportan mejores dividendos
Atentado a la higiene, en aras del interés económico particular
No todos usan el colector como está establecido
Una miradita a las redes mientras llegan los clientes