Ciego de Ávila vs. COVID-19: Un adiós sinónimo de gratitud

El cierre de un ciclo para respirar vida en Ciego de Ávila se concretó con el adiós a 58 profesionales (de un grupo de 200) procedentes de 11 provincias cubanas que enfrentaron el rebrote de la COVID-19 en el territorio.

La tarea era doble: sofocar una pandemia desatada en el centro del país y mantener a la par los servicios de atención al pueblo en dos hospitales provinciales, por lo que más de 40 días aquí resultan una misión enriquecedora.

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Antes del regreso a sus hogares, el Consejo de Defensa y la dirección de Salud en el territorio reconocieron a las direcciones provinciales de Salud de las provincias de Holguín, Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, a la par que todos los galenos recibieron agasajos.

Con una sonrisa que sobresale por encima de cualquier nasobuco, retorna a casa cada uno de estos héroes de batas blancas con la eterna disposición de servir una vez más donde así lo requiera la actual contingencia sanitaria.

En Ciego de Ávila se puso a prueba la formación de intensivistas, virólogos, enfermeros, anestesiólogos, y de ella se van airosos y con los resultados más altos que se pueden esperar de nuestros profesionales.