Ciego de Ávila vs. COVID-19: Los números siempre son grandes

Así lo publicó Invasor el martes (con los datos del lunes): “Sé que 93 no es un número grande. Pero si se habla de casos positivos a la COVID-19, no solo es grande, sino grandísimo. Al menos así lo veo yo cuando pienso que representa igual cantidad de seres humanos que escapan del mortal peligro, y de familias que no tienen que enfrentar el estrés que presupone un enfermo (de ese tipo) en la casa.

“Claro (repito lo dicho varias veces), cuidado con la confianza. 167 autóctonos confirmados ayer es un guarismo para ‘respetar’. (…). Lo expresaba el Doctor Francisco Durán García, en su conferencia de prensa de hoy: ‘Las cifras han bajado, sin embargo, no es momento para relajarse y creer que todo va pasando. Es momento de extremarlo todo: medidas, precauciones, información. Hay muchas cepas y, me repito, todas son peligrosas en su magnitud’”.

• Vea aquí el texto completo: Ciego de Ávila vs. COVID-19: 93 menos que anteayer

Veamos, entonces, otras cifras del territorio avileño (hasta el jueves), ofrecidas por la Dirección Provincial de Salud (DPS), que ratifican lo expresado por el galeno: “En los últimos 15 días se acumula 4 570 casos autóctonos (decrece en 3 719 casos) para una tasa de 1 045.6 por cada 100 000 habitantes”.

Pero, antes de seguir, observen el número entre paréntesis (decrece en 3 719). Me detengo a partir de lo que en la DPS han definido como “quincena anterior” a la hora de comparar el acumulado de casos. Me explico con un ejemplo: se tienen en cuenta los 15 días hasta ayer; pero se compara con la “quincena anterior”, que hace su conteo regresivo desde anteayer.

Obviamente, no existen rangos iguales para establecer estados comparativos. Desde mi punto de vista, lo lógico sería: los 15 días anteriores versus los 15 que les antecedieron.

Mantengamos el hilo de la redacción del martes, pero con las estadísticas del jueves: “Sigamos con las cifras que nos ayudarán a entender que el peligro aún no es poco: 'La tasa de incidencia más elevada en los últimos 15 días corresponde a Florencia, con 3 621.7 por cada 100 000 habitantes. Los municipios que se encuentran en categoría de alto riesgo —siguen siendo mayoría— son Florencia, Ciro Redondo, Chambas, Majagua, Bolivia, Venezuela, Baraguá y Primero de Enero, porque sobrepasan la tasa de incidencia promedio de la provincia'”. Como para preocuparse mucho.

• Lo dicho el día siete: Ciego de Ávila vs. COVID-19: seis municipios en alto riesgo 

Preocupación que pervive en otros guarismos. Vea: el jueves se confirmaron 46 pacientes en edad pediátrica: uno menor de un año; 11 entre uno y cuatro años; y 37 de cinco a 18. También 46 pudiera parecernos un número pequeño. Insisto en que no lo es. Pensemos en contactos y contactos de los contactos. Sin fin como el cuento de la Buena Pipa. Claro, como suele suceder, hasta que digamos bien alto: ¡Ya!

Lo publicado el martes concluía: “‘Existe una dotación de 4 754 camas y se mantienen ingresados 2 597 pacientes en instituciones’. También en el día, aunque se reportaron 428 altas, ingresaron 482 personas en instituciones (228 sospechosas y 254 en la categoría de confirmadas) y seis permanecen en el hogar; en tanto se confirman un fallecido (655 en total), 48 pacientes graves y 11 en estado crítico”.

Redactemos otra vez el párrafo anterior, utilizando las cifras del jueves, sin obviar que si el martes habíamos disminuido en 93 los casos, el miércoles los incrementamos en 188 (355 confirmados): “Existe una dotación de 3 517 camas (¿disminuyeron?), y se mantienen ingresadas 1 571 personas en instituciones. En el día ingresaron 532 pacientes (el informe no define la categoría), en tanto 355 fueron dados de alta, y se confirman 44 graves y ocho en estado crítico”.

Cierre del texto del martes: “Se procesaron en el día 1 517 muestras de PCR de la provincia”. ¿Tendrá que ver la disminución con esta cifra? El día anterior se habían procesado 2 301 muestras del territorio y 21 de otras provincias, y los casos, también, fueron más (260)”.

Repitamos el método con los datos del jueves: “Se procesaron en el día 2 248 muestras de PCR de la provincia con 278 casos confirmados”. ¿Tendrá que ver, otra vez, la cantidad de positivos con el mayor número de muestras procesadas? El día antes: 2 954 contra 355 positivos. Es obvio, en matemáticas, como en la vida, +x+ resulta más.

Del martes: “Y un dato más. No para alarmarlo, sino con el fin de que no baje usted el breaker del autocuidado: de las 1 517 muestras procesadas, 987 fueron de contactos de casos confirmados, de los cuales 97 resultaron positivos a la COVID-19. Si calcula, el 65 por ciento no es una cifra baja. Como tampoco los 93 positivos menos que anteayer”. Mucho menos los 355 del miércoles. Ni los 278 del jueves (aunque fueran 77 menos que el miércoles).

Comparemos: el jueves, de las 2 248 muestras procesadas, 2 002 pertenecen a contactos (el 67,8 por ciento) y otras 507 a sospechosos (el 17,0). Alto porcentaje el 84,8 ¿verdad?

Es mi percepción, quizás usted la comparta, que Ciego de Ávila experimenta una etapa de meseta en la cual las cifras suben y bajan (motivos y conjeturas aparte), pero el peligro sigue siendo el mismo. Y mucho.

• Otra confirmación: La teoría del PCR 

Como también lo contenido en el informe (diario) de la DPS, en relación con el Sistema de Atención a la Población, que plantea como causas “objetivas” de las insatisfacciones: “Falta de higiene en los centros de atención a pacientes con COVID, déficit de medicamentos en la red de farmacias comunitarias; y déficit de Biomodulina T para el completamiento de la cuarta dosis.

E incluye en las “subjetivas”: Falta de información oportuna y sistema de trabajo (quien atiende y quien da repuesta), falta de integración entre los factores (Morón, Chambas, Ciego de Ávila y los hospitales Doctor Antonio Luaces Iraola y Capitán Roberto Rodríguez Fernández); y demora en dar información sobre el inicio de la vacuna en edad pediátrica al segundo grupo.

Obviamente muy frágil e imperceptible la línea entre lo calificado como objetivo y subjetivo, si de cumplir lo que toca a cada uno se trata.

Retomo, en el cierre, el fragmento final de lo publicado en Invasor el pasado día dos: “Si suenan campanas, no lo entendamos como ruido, sino como llamado a la vida. Tal vez nos sigan llamando a ponernos en actitudes de extremo cuidado.

“Pudiera servir, ahora, aquel parlamento de presentación que hacía en el antiguo Canal Seis la gran actriz Margarita de Balboa, protagonista de la novela de turno: ‘Nunca preguntes por quién doblan las campanas. Están doblando por ti’.” Los números suben y bajan y, por pequeños que nos parezcan, siempre son grandes.