Ciego de Ávila vs. COVID-19: la inspección sanitaria confirma la indisciplina

Aun con un cuerpo de inspectores reducido, la Inspección Sanitaria Estatal ha detectado y sancionado, en los últimos 10 días, más de 350 contravenciones. 

Cuando decimos que el componente principal del enfrentamiento a la COVID-19 es la responsabilidad individual y colectiva no estamos, bajo ningún concepto, minimizando el resto de las acciones organizativas, clínicas y de aseguramiento que corresponden al Estado.

Si bien ciertas aglomeraciones se deben más a malas decisiones (o escaseces) que a indisciplinas o falta de percepción (no se puede juzgar siempre de negligente a quien trata de alcanzar un producto deficitario), no es menos verdadero que usar nasobuco o desinfectarse las manos son cuestiones estrictamente personales.

Por eso sorprende, después de todo no perdemos esa capacidad, que a estas alturas se deba multar a personas por no usar el nasobuco o llevarlo mal puesto, o por incumplir la indicación de desinfectar manos y superficies, garantizando para ello las soluciones cloradas o alcohólicas.

A ello apunta el Decreto Ley 31 de 2021, De las infracciones de las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento de la COVID-19, aprobado por el Consejo de Ministros, a tenor del cual se han aplicado en Ciego de Ávila multas de altas cuantías, a partir del mes en curso.

Desde el 11 de febrero hasta el cierre del miércoles 17, el monto de las 51 contravenciones detectadas en toda la provincia asciende a 99 000.00 pesos, en su mayoría, por incumplimiento de las medidas sanitarias y el uso incorrecto de los medios de protección. Por lo general, las multas son de 2 000.00 pesos, y se les han impuesto a administradores y trabajadores de entidades estatales, cuentapropistas y personas naturales.

Preocupa, y mucho, que algunas de esas entidades sean lugares tan vulnerables, o de mucha afluencia de público, como un Hogar de Ancianos (Venezuela), una Casa de Abuelos (Majagua), una panadería (Morón), una bodega (Ciro Redondo), y una relojería (Ciego de Ávila), por solo citar algunos ejemplos.

El cuerpo de inspectores de la Inspección Sanitaria Estatal, además, prosigue con las visitas a centros de trabajo y cuentapropistas en los 10 municipios avileños.

Desde el nueve de febrero han realizado 1 757 visitas sorpresivas, de las cuales han derivado 295 medidas, 230 de ellas multas y el resto paralizaciones totales o parciales de los servicios o la producción. Los principales problemas identificados son la falta de higiene (en el caso de las entidades estatales) y la falta de licencia sanitaria (en los cuentapropistas). Otra de las deficiencias sancionadas fue el mal estado de alimentos en venta, como si ya no tuviéramos suficientes preocupaciones con la COVID-19.

La cantidad de inspecciones en los primeros 17 días de febrero, un mes que va camino a sus propios récords negativos, es, sin embargo, menor que las realizadas entre el 1ro. y el 19 de enero pasado (2 721), cuando mi colega Katia Siberia escribió una frase lapidaria que, ahora con casi 1 700 casos confirmados, mantiene toda su vigencia y sube la apuesta. La persistencia de indisciplinas, negligencias e irresponsabilidades ya no solo es más de lo mismo, sino demasiado.

Los números de hoy

Confirmados del día: 38 (20 autóctonos y 18 importados, de ellos 11 rusos)
Confirmados acumulados: 1 693
Casos activos: 119
Viajeros en cuarentena: 15
Muestras enviadas en el día: 1 055
Muestras recibidas: 864
Muestras en proceso: 809
Muestras Acumuladas: 124 109
Controles de foco activos: 76 comunitarios y 5 institucionales