Anclado en el extremo norte de la provincia de Ciego de Ávila, en colindancia con territorio camagüeyano, está Bolivia, tal vez el municipio más sufrido, humilde y laborioso de esta zona.
El ocaso de su central azucarero no significó la muerte del poblado, aunque el suceso le llegó al corazón de cada habitante.
Cultivos varios, arroz, pesca, actividad forestal, servicios, cuna de la pelota vasca en la provincia avileña… por ahí siguen enrumbando pasos los bolivianos, convencidos de que si duro fue el golpe causado por el huracán Irma, en octubre pasado, más dura es la voluntad de resarcir daños y continuar avanzando.
Pueblo, en fin, de convicciones, realidades y esperanzas como las que anidan en quienes todavía creen posible el milagro de una restauración que conserve la originalidad de aquel batey, típico de central azucarero, que no por gusto fue declarado Monumento Nacional en agosto de 2000.
Proa hacia Bolivia
Floresta y montaña
Laboreo en la pata de la Loma de Cunagua
Tracción animal
Erguida frente al tiempo
Y da la hora
Atractivos en el centro del poblado
Acontecer al día
Imagen propia del batey del antiguo central
Necesidades de mantenimiento y conservación
Lo que Irma dejó
Rutina de un día cualquiera
Bondad del sol