Sí, andamos por las nubes de felices, queremos, más que nada, un febrero lleno de amores, de amores compartidos, por supuesto.
Aquí Invasor ha decidido tomarle el pulso al amor. Queriendo ver cómo nos queremos en Ciego de Ávila, y a quiénes queremos bien.
No verán en estas fotos ni los celos del novio que censura escotes o reuniones de amigos. No verán ni la chancleta, ni el cinto ni ningún otro método “disciplinario”. No habrán nietos absortos en la pantalla sin conversar con las abuelas. Nada de eso es amor.
En cambio sí queremos abrazos de mamás, papás preocupados, parejas con confianza y respeto mutuo, una mano que sostiene al menor tropiezo, gente que trabaja con esmero, amigos que saben que estar juntos les hace la vida más ligera.
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Porque sabemos que es el amor la razón que nos empuja a hacer familias, y de familias, hogares, y de hogares un remanso de paz. Porque sabemos que sin ese amor no hay nada que nos impulse a salir al mundo, por muy duro que esté. Y porque el sintagma podemos virarlo al revés y tendremos otro indiscutible. No es ni la tradición, ni el parentesco: donde hay amor, hay familia, sin más etiquetas.
Toma, prueba del mío
Con papá estoy seguro y a él me aferro
Quiérete, que eres tu mejor compañía
No hay familias “raras” para un niño feliz
En sus ojos veo el amor
Jugando también se aprende a querer
¿Qué es profesionalidad, sino un amor a la vida?
Me encanta que tengamos la misma mirada
Tener amigos para confiar es tener fuerzas