“A mí nadie me ha agredido, más bien he recibido agradecimientos”

Lo afirma un juez lego que imparte justicia desde 1995 en la Sala de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de Ciego de Ávila

A veces ocurre. Observas a la persona que tienes enfrente y la supones de una manera, pero luego compruebas lo contrario. No es mi caso después del encuentro con Cristóbal Paz Pino. Corroboré que la impresión inicial había sido certera: un hombre que anda con la cabeza en alto y mira de frente, con una franqueza a prueba de balas y una manera de decir en la que siempre corta por lo sano. De todos modos se hace difícil transcribir todo cuanto me dijo porque casi siempre recurre al nosotros a la hora de responder, como si él, ingeniero y trabajador en la Planta de reparación de motores de la Empresa Azutecnia, pudiera asumir lo que corresponde al colectivo en esa entidad, subordinada al Grupo Azucarero AzCuba, o si, en su condición de juez lego del Tribunal Provincial Popular (TPP), respondiera por todo lo que resuelven los magistrados sobre el estrado de la Sala de lo Penal, el escenario en el que suele dictar sentencia junto a profesionales del Derecho.

—¿Cuándo se inicia esta historia?

—Fuimos seleccionados en 1995, tanto por el centro de trabajo como por los CDR, ante la carencia de personal para hacer justicia. He sido ratificado cada cuatro años, hasta ahora.

El proceso de selección y ratificación de jueces legos en Ciego de Ávila transcurre en estos meses

—¿Siempre en la Sala de lo Penal?

—Cada año nos corresponde trabajar un mes aquí, además, cuantas veces se nos ha pedido presencia, por la gravedad de algún hecho, hemos dado el paso. Resulta interminable la cantidad de juicios en que hemos intervenido, de distintos tipos de delito; en determinado momento en las otras salas, en la de lo Civil y, en la sala de lo Económico, pero en esta es donde más tiempo hemos permanecido.

—¿Cómo valora el trabajo del juez lego?

—Creo que la presencia nuestra ha sido muy importante; pues el Código Penal nos concede igualdad de derechos y oportunidades de decidir que los jueces profesionales. Siempre nos escuchan. Hemos tenido juicios, por ejemplo, de accidente de tránsito y nosotros tenemos licencia, somos de la calle, conocemos, y hemos tenido la duda ante la investigación complementaria que nos ofrecen cuando faltó argumento, investigación, algún dato, y por lógica, y por la experiencia que tenemos, hemos adoptado una decisión diferente a la que argumenta la administración pública.

“Compartimos el estrado en representación del pueblo, buscando la legalidad y la medida que corresponda en cada caso, que sea una medida disciplinaria y calce la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda corregir su actuar social. Cuando algo no está claro y no estamos de acuerdo, se revisa y se busca la solución hasta que se encuentra”.

Vista oralCristóbal, en el extremo izquierdo, durante una vista oral en la sala de lo Penal

—Con la experiencia que atesora, ¿cuál es su mensaje para los que se inician?

—Lo primero es que les guste y sentirse comprometidos del deber que contraen con la sociedad. Luego, si no están debidamente capacitados, deben lograrlo porque no se debe actuar si se tiene duda, si no se está seguro de lo que se está haciendo, porque cuando uno imparte justicia está jugando con la libertad de una persona, y lo correcto es actuar con pruebas y argumentos suficientes, que se tipifique el delito y que la persona esté confesa, o haya pruebas, o haya testigos, o haya suficientes motivos para que se demuestre la participación de esa persona, y, en consecuencia, aplicar la medida disciplinaria que le corresponda porque lo que más duele es que tú sanciones a alguien sin prueba y entonces las consecuencias del error se duplican porque esa persona va a quedar muy herida y el que pudo haber delinquido anda por la calle suelto, de modo que si algo no resulta evidente ni bien demostrado, y no hay suficientes argumentos de la participación de un acusado, no se debe firmar una sentencia.

Los jóvenes pertenecientes al Sistema de Tribunales de Ciego de Ávila, siempre amanecen con una nueva meta que cumplir,...

Posted by Tribunal Provincial Popular de Ciego de Ávila on Friday, February 19, 2021

—¿Qué siente cuando el que comparece es un joven?

—Lo vemos como si fuera un hijo, un hermano, un familiar nuestro y actuamos en consecuencia al delito que se cometió, con el propósito de adoptar la medida que corresponde y que conlleve la posibilidad de que ese joven se dé cuenta de lo que hizo, que en determinado momento sea capaz de enmendar el error y pueda rehabilitarse.

—¿Alguna vez la decisión de la cual ha formado parte lo ha desvelado?

—Muchas veces me he ido preocupado, y muchas he perdido el sueño, aunque la decisión haya sido la correcta; a veces duele tomar la que corresponde a la gravedad del caso.

—En familia, ¿siempre ha dictaminado bien?

—Nos podemos equivocar y rectificar en el momento que sea posible porque tenemos la tarea de orientar, de encaminar, de educar a los que nos rodean, de respetar y de comportarnos como lo que en verdad debemos ser. Si hay algo que no es correcto debemos de tratar de solucionar el problema sin llegar a una discusión, a la agresividad…

“Como errar es de humanos, también me concierne, si no me doy cuenta en el momento, después recapacito: ‘No te lo dije en ese momento, pero me quedé pensando y me di cuenta que es verdad, tú tenías razón, pero hasta aquí, de aquí pacá tú no la tienes; lo que sucedió es verdad que no debe suceder y creo que bien vale la pena que nos pongamos de acuerdo todos, tenemos que seguir unidos, somos una familia, tenemos que ayudarnos y los problemas nuestros tenemos que resolvernos nosotros’.

“Tengo dos hijos, Yuniel es administrador en Salud Provincial y Genky es cochero, en ocasiones me dicen ‘ya tú quieres hacer un juicio aquí en la casa’, pero les insisto en la importancia de ser personas sensibles y de bien”.

—Y fuera del hogar, en su condición de juez lego, ¿ha sido objeto de agresión?

—Si usted conscientemente decide, y decide bien, y está conforme consigo mismo, donde quiera que va puede dar una respuesta si corresponde, si debe darla, pero por mi comportamiento a mí nadie me ha agredido nunca, más bien he recibido muestras de agradecimiento.

—¿Recuerda alguna en especial?

—El padre de un sancionado me identificó en plena calle. A su hijo se le acusaba por varios delitos y en el desarrollo del juicio oral y por las pruebas que tuvimos, se comprobó que su participación era menos grave que lo que se afirmaba en el expediente. Me manifestó su gratitud y nos felicitó por la justeza de la sanción.

• Sobre el mandato de los jueces legos

mandatoFuente: Ley No. 140 “De los tribunales de justicia”