Raúl Cervantes en la memoria afectiva de los avileños

Agonizante, el joven revolucionario envió un mensaje a Fidel, donde expresaba que iba a reunirse gustoso con los compañeros caídos, porque tenía fe absoluta en el triunfo definitivo de nuestros ideales

 raul Solo tenía 22 años cuando un proyectil disparado por el esbirro batistiano al que enfrentaba lo hirió de muerte. Era entonces el 7 de diciembre de 1955. Tres días más tarde, a Ciego de Ávila la Historia le paría al primero de los mártires del terruño: Raúl Cervantes Cervantes.

Para las jóvenes generaciones que hoy contribuyen a la construcción y salvaguarda de la Patria grande, Invasor trae a la actualidad datos del joven revolucionario, ofrecidos a este redactor por su hermano Carlos Cervantes Cervantes.

Desde el 5 de diciembre de ese año, en la ciudad capital y en otros puntos de la nación, el ambiente se iba caldeando poco a poco, ya que el estudiantado avileño se había solidarizado con los de La Habana y salieron a la calle a protestar. Como era de esperar, la policía los reprendió y también a quienes se sumaron.

Se conoce que el día 6, en el horario de la tarde-noche, había pronunciado una arenga muy cerca del Hotel Sevilla el joven revolucionario camagüeyano Jesús Suárez Gayol. Se presentó la policía de la tiranía y le cayó a golpes a Suárez Gayol, así como a Raúl y otros manifestantes, incluido el propio Carlos. Por cierto, ellos también respondieron con la misma moneda.

Desafío a la desmemoria

“Nosotros cogimos algunos culatazos propinados por los sicarios y, una vez repuestos, les viramos el Parque José Martí al revés. Las sillas, que eran metálicas, volaron en distintas direcciones…”.

Para el siguiente día —7 de diciembre— se había programado una marcha desde distintas partes de la ciudad cabecera hacia el parque, en homenaje a la caída en combate de Antonio Maceo. Raúl, previsor y analítico, había preparado unos palitos que semejaban astas para las banderas y que fueron concebidos como prácticas armas defensivas. Después, se produjeron los fatídicos hechos en que es herido Raúl.

“Había una gran cantidad de pueblo. Nosotros estábamos en la esquina de Maceo y Joaquín de Agüero, aproximadamente eran las 10.00 am. Se sucedieron los gritos de ¡Abajo Batista!, y otros por el estilo.

“En eso llegó la policía. A mi me persiguen. Veo a Raúl alejarse. En el portal de la tienda Los Estados Unidos me interceptaron, el policía se llamaba Raúl Cruz Placeres, quien me agrede. Le avisan a mi hermano que estaba cerca de la cafetería El Galleto, en Maceo y Libertad, viene hacía donde me estaban apaleando y se enfrenta con el policía. Es entonces que el esbirro lo hiere con su arma de reglamento. Enseguida es auxiliado y llevado al Centro Médico, donde es atendido de urgencia. Allí fallece al tercer día”.

Tales fueron los sucesos que desembocaron en la muerte del joven revolucionario, hijo del capitán mambí José Carlos Cervantes y su madre Carlota Cervantes.

Pudo estudiar poco, pues tuvo que hacer de todo para ayudar al sustento familiar. Sin embargo, cursó hasta el séptimo grado y, combinando el trabajo con su superación, se hizo barbero. Era muy estricto en sus obligaciones.

Según Carlos, era alegre y divertido; jugaba a la pelota y practicaba natación en el río Menchaca. Era, además, muy enamorado y tuvo varias novias, le gustaba mucho leer, sobre todo de temas históricos. Todo el barrio lo llamaba por un apelativo que le había puesto Carlota, la madre: Mi querer.

“También fue muy guapo y valiente, y no le gustaban las injusticias. Eso de defender a los débiles le buscó varias trifulcas. Era, además, muy reservado para sus cosas. No obstante, compartían la misma cama y hablar de sus novias y otros asuntos, nunca supimos algo que él guardaba en secreto: su pertenencia al Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7)”.

Raúl por su carácter y su manera de ser y actuar fue muy querido por el pueblo avileño. Y así, contó con muchos amigos y compañeros. Carlos quiso ser como su hermano Raúl, siguió su ejemplo y fue miembro de la Columna 11 del Ejército Rebelde. Luego del triunfo de la Revolución permaneció cinco años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, participó en las limpias del Escambray y cumplió dos misiones internacionalistas.

“Yo sigo el mandato de Raúl, quien para mí y para el resto de sus hermanos, está vivo, presente, en cada obra de la Revolución”. Sí, él vive en el corazón de su pueblo. Carlos falleció el 6 de agosto de 2021.