La Caravana de La Libertad a su paso por Ciego de Ávila

CaravanaFotos de Cirilo Ruiz, Margarita García y Cleofé Sánchez, tomadas del folleto La Caravana de la Libertad cruza por Ciego de ÁvilaHan transcurrido ya 61 años. Entonces la fría madrugada del enero de la victoria fue distinta para los pobladores de la ciudad de Ciego de Ávila. Se producía, de forma paulatina, un singular encuentro; este, entre libertadores y libertados.

El monótono roncar de los vehículos devino despertador sui generis. Los pitos emulaban con los vítores. Cundía la alegría dando la bienvenida un tanto momentánea a los guerrilleros del Ejército Rebelde integrantes de la Caravana de la Libertad, en rumbo, con su preciada carga, hacia la capital cubana, para consolidar el reciente triunfo de la Revolución.

Quisieron los lacayos del imperio que la Huelga General fracasara, pero se quedaron en el empeño. El pueblo armado había triunfado en buena lid, bajo la certera guía del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. ¡Revolución. Sí; golpe militar, no!, proclamaba a los cuatro vientos la consigna lanzada desde el bravío oriente cubano.

Hermoso el espectáculo presenciado, entre otras miles de personas, por este redactor, entonces casi adolescente, que perdió la voz de tanto gritar. En eterno gesto de agradecimiento, hombres, mujeres, jóvenes y niños confraternizaban con los rebeldes recién llegados.

Muchas viviendas les abrieron las puertas; en ellas degustaron el café mañanero recién colado, desayunaron, se asearon y tomaron un respiro para continuar en breves horas hacia La Habana. Muchos también fueron los recuerdos que dejaron aquellos valientes y sonrientes barbudos: autógrafos, semillas de Santa Juana, collares, algún que otro proyectil; cálidas sonrisas y, sobre todo, transmitían confianza, seguridad en que el triunfo no lo arrebataría nadie.

Se recuerda, además, la llegada del Líder de la Revolución a Ciego de Ávila aquel 5 de enero, cuando el sol desaparecía en el horizonte para dar paso a la noche. Junto a él, Celia Sánchez y otros compañeros. Hizo un alto en la calle Cuba, entre Martí y Narciso López, en la casa marcada con el número 108. Allí se alimentaron, buscaron información sobre la situación del país y tomaron un breve descanso, para luego continuar con rumbo a Sancti Spíritus.

Así, de manera general, transcurrió el 5 de enero de 1959 en Ciego de Ávila. Personas ya cargadas de años recuerdan con verdadero cariño aquellas horas en que conocieron a parte de una pléyade de héroes dispuestos a continuar la lucha, porque estaban decididos, junto a sus respectivos jefes, a salvaguardar la Revolución que nos trajo paz, independencia, soberanía y libertad.

Desde hace algún tiempo se recuerda aquella marcha hacia La Habana. La Caravana de la Libertad continúa proa al futuro.

• Recuerde cómo el pueblo avileño recibió a quienes, el pasado año, rememoraron el paso de la Caravana.

Los camiones llevan, a su paso por poblados y ciudades, una carga de jóvenes integrantes de nuevas generaciones, quienes enarbolan, como antes lo hicieran los miembros del Ejército Rebelde, ondeantes, banderas cubanas y del 26 de Julio, como símbolo de la continuidad de un proceso que llegó para quedarse.