El primero de los problemas esbozados por Fidel en su alegato de autodefensa fue el de la tierra. Sería, por tanto, de las primeras soluciones que ofrecería la Revolución triunfante
Más de 60 años después de recibir el título de propiedad de la tierra, el campesino Félix Balvino Fumero Expósito aseguraba que sus sueños se convirtieron en realidad gracias al triunfo de la Revolución, que hizo posible el programa del Moncada, enunciado por Fidel en el alegato La Historia me Absolverá.
En su autodefensa ante el tribunal que lo juzgaba por los hechos del 26 de julio de 1953 —el asalto a los cuarteles Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo— el máximo jefe de esa acción, Fidel Castro Ruz, sintetizó en seis puntos las principales transformaciones que emprendería el Gobierno Revolucionario una vez alcanzado el poder, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política:
—El problema de la tierra.
—El problema de la industrialización.
—El problema de la vivienda.
—El problema del desempleo.
—El problema de la educación.
—El problema de la salud del pueblo.
Osvaldo GutiérrezA sus más de 90 años Fumero sigue recordando el día en que tuvo su pedacito de tierraEn ocasión de recibir el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, en mayo de 2022, Fumero relataba a Invasor las vicisitudes económicas vividas en una época marcada por la explotación latifundista y el maltrato de la guardia rural, que lo obligaron a vincularse a la labranza de una pequeña parcela desde los 12 años, para contribuir al sustento de la familia.
Allí conoció de desalojos, en uno de los cuales recibió el golpe de la culata de una escopeta, que le hizo perder la visión de su ojo izquierdo, pero también comenzó su toma de conciencia y lucha contra la injusticia social.
El triunfo de enero de 1959 fue el acontecimiento que cambió la vida de familias como la de Félix y marcó el rumbo de la población rural cubana hacia la justicia, la igualdad y los derechos.
Transformar la precaria situación denunciada por Fidel fue una de las prioridades del Estado naciente, de ahí que solo pocos meses después de la victoria, el 17 de mayo de 1959, se dictaba la Primera Ley de Reforma Agraria.
A pesar del tiempo transcurrido, el nonagenario campesino avileño no olvida su viaje a caballo hasta La Habana para recibir, de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro, la propiedad de la tierra que le fue otorgada por la Ley de Reforma Agraria y su participación en la Campaña de Alfabetización, gracias a la cual aprendió a leer y a escribir.
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Con la entrega de los primeros títulos de propiedad, comenzaba un proceso de transformaciones, que se prolonga hasta hoy. Atrás quedaban los contratos y pagos de renta, los desalojos y la vida en el camino real con el acoso perenne de la guardia rural, porque un 80 por ciento de las mejores tierras cubanas estaba en manos de un grupo de compañías norteamericanas.
Aquella Primera Ley le dijo adiós al latifundio cuando nacionalizó todas las propiedades de más de 420 hectáreas (ha) de extensión, mientras que una Segunda Ley de Reforma Agraria, en 1963, redujo a 66 ha como máximo, y fue el segundo golpe demoledor a la burguesía agraria.
A partir de entonces comenzó a labrarse un camino de independencia económica, de consolidación de la alianza de obreros y campesinos y de transformaciones como la erradicación del analfabetismo y las garantías de asistencia médica.
Los programas sociales llegaron a montañas y llanos, posibilitando la elevación de la calidad de vida de sus habitantes, el incremento de su nivel escolar y la creación de un régimen de Seguridad Social para su protección ante una enfermedad, accidente o maternidad.
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El paso del tiempo demandó otros cambios como la creación de las cooperativas de producción agropecuaria (CPA), con nuevas concepciones sobre el uso de la tierra, que inciden en mayores ingresos monetarios. En un lugar cercano a Las Pojas, junto a 24 guajiros de la zona, Fumero fundó la CPA Roberto Carvajal; por muchos años, la mejor del país en el cultivo del tabaco sol en palo.
También surgieron las cooperativas de crédito y servicios, que disponen del 15 por ciento de la superficie cultivable del país, y agrupan a más de 260 000 pequeños agricultores, como propietarios y usufructuarios.
A la par, los hombres y mujeres del campo se beneficiaron con el surgimiento de más de 1000 nuevas comunidades, instalaciones sociales, electrificación e introducción masiva de equipos electrodomésticos.
Hoy Cuba muestra empleo total en la rama agrícola e índices de asistencia social a la altura de las más desarrolladas naciones.
El uso de alternativas como las celdas fotovoltaicas, garantizan el acceso de más de 400 000 habitantes de las serranías a salas de video y televisión en lugares donde no llega el tendido eléctrico. También las escuelas de esos territorios, creadas casi en su totalidad luego del triunfo revolucionario, tienen medios audiovisuales y computadoras a disposición de los alumnos, mientras miles de médicos y enfermeras velan por la salud de la población rural.
El campesino cubano de hoy no difiere en derechos del trabajador de ningún otro sector, por eso miles de familias vuelven su mirada al campo y optan por la última variante agraria creada por la Revolución: la entrega de tierras ociosas para la producción de alimentos.
En Ciego de Ávila 14 247 productores son miembros de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), con un patrimonio cultivable de 141 034.40 ha.
No es casual que el Museo del Campesinado Cubano, donde se recoge la historia de la participación de los trabajadores rurales desde las luchas independentistas hasta la actualidad, atesore entre sus objetos de valor, una muda de ropa y un par de zapatos usados por Félix en el cultivo de la tierra.
Quienes visiten en el futuro la instalación conocerán que hay héroes que se forjan en las batallas y otros, como Félix Balvino Fumero Expósito, que nacen de la tierra y han sido reivindicados gracias a aquel programa del Moncada que la Revolución no dudó en cumplir.
Dueños de grandes extensiones de tierra en la Ciego de Ávila de antes de 1959