Cuando el azúcar pasó a manos del pueblo

Hace 58 años que la producción azucarera pasó, definitivamente, a manos de su legítimo dueño: el pueblo cubano y, sobre todo, a los obreros y obreras, quienes, en plantaciones e ingenios, eran sometidos a cruenta explotación.

El 13 de octubre de 1960 devino vital respuesta de la naciente Revolución cubana a los intentos del gobierno de turno de los Estados Unidos, entonces bajo la presidencia de Dwight D. Eisenhower.

Primero fue la decisión, en junio de 1960, de no enviar petróleo a la Isla; y ,a renglón seguido, la negativa a refinar el portador energético procedente de otros mercados. Luego el mandatario, haciendo uso de sus facultades y con el marcado fin de asfixiar la economía cubana, redujo y adjudicó, y, más tarde, en julio, canceló la cuota azucarera asignada a Cuba.

El 6 de agosto, de ese mismo año, en ocasión de clausurar el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entonces Primer Ministro cubano, dio lectura a la resolución que, a tenor de la Ley 851, disponía la nacionalización de 26 grandes compañías norteñas que poseían tres refinerías de petróleo, los monopolios eléctrico y telefónico, 36 centrales azucareros y tres casas bancarias.

Tal medida enfureció al águila imperial. Ya los gobernantes de turno en la Casa Blanca sabían que lo de la Revolución cubana iba en serio. Se incrementan las acciones de los enemigos internos y externos apoyados y financiados por la Agencia Central de Inteligencia yanqui, entre estas, los sabotajes: quema de cañaverales y almacenes, bombardeos a centrales por aeronaves procedentes del norte, el robo de cerebros…

Así las cosas, el Gobierno Revolucionario dispuso, mediante sendos decretos–leyes, la nacionalización y/o intervención de 382 grandes empresas, entre estas, el resto de los centrales azucareros, 17 refinerías, 27 destilerías y 11 terminales marítimas de embarque, así como los bancos y sus sucursales, y agencias diseminadas por todo el país.

Desde entonces, se celebra nacionalmente, en esa fecha, el Día del Trabajador Azucarero; y los soldados del General de las Cañas, el incorruptible Jesús Menéndez Larrondo, lo festejan de la manera más digna: trabajando, tanto en las reparaciones de las plantas moledoras, la maquinaria de cosecha y el transporte, como en las faenas inherentes al crecimiento cañero y al desarrollo y cambio de imagen del vital sector. En breves matutinos al pie de la surquería, en talleres y plantas industriales, recordarán la fecha y se pronunciarán por altas metas, en abierto desafío al bloqueo y a las adversidades del clima.

En esta provincia, el convite principal tendrá por sede al central Ecuador, primero en arrancar la venidera zafra, como tácito reconocimiento a los resultados integrales que presentan en las reparaciones y el agro.

Varios trabajadores y trabajadoras, con 25 y 20 años consecutivos de labor, respectivamente, recibirán la distinción Jesús Suárez Gayol, y todas las estructuras de AZCUBA, y de las entidades de apoyo, entregarán sus compromisos productivos para la campaña zafrera, el crecimiento cañero y el desarrollo del sector.