Antonio Maceo cruza la Trocha de Júcaro a Morón

Se cumplen 128 años de un hito histórico y militar que cambió la fisonomía de la guerra de independencia

Considerado como un hecho histórico de gran trascendencia en la lucha por la independencia, la libertad y la soberanía de Cuba, fue el cruce de la Trocha de Júcaro a Morón por el Mayor General Antonio Maceo y Grajales y sus huestes, integradas por 1536 hombres, el 29 de noviembre de 1895.

Burlar la fortaleza, considerada por los españoles como inexpugnable, produjo una extraordinaria sorpresa en la población de la Isla. Para muchos era inconcebible que los mambises, capitaneados por un mulato humilde, realizaran tal hazaña después de las afirmaciones jactanciosas del general Arsenio Martínez Campos, quien aseguraba que “aquí estaba la ratonera abierta para Maceo y sus secuaces”. Lo cierto es que los cubanos habían cruzado la línea bajo la firme decisión de “¡Hacer la guerra a España a sangre y fuego, hasta obtener la absoluta independencia de la Patria!”.

Al estallar la guerra de 1895, el proyecto de invasión de Occidente constituyó uno de los primeros acuerdos de la revolución, porque no solo pondría en pie de guerra a las provincias que no participaron en la contienda del 68, sino se levantaría la emoción patriótica en toda la Isla y aumentaría la confianza en la idea de que el triunfo de las armas cubanas era inevitable.

El 30 de octubre de 1895 el Generalísimo Máximo Gómez atraviesa la Trocha con un objetivo específico: atraer sobre sí a las fuerzas españolas acantonadas al este de la fortaleza y, de esa forma, favorecer el paso a Maceo por la línea fortificada. El Titán había partido de los históricos Mangos de Baraguá con la columna invasora integrada por orientales, el 22 del propio mes.trocha ciudad

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El 8 de noviembre la columna invasora, después de una jornada de 67 leguas, llegó a la provincia de Camagüey. Se había cumplido la primera etapa estratégica del plan de la guerra de independencia. El territorio que faltaba por recorrer era muy distinto al que habían dejado atrás. La provincia de Camagüey estaba entonces despoblada y tenía escasas vías de comunicación y de transporte. Los centros de población más importantes eran Ciego de Ávila y Morón, que constituían bastiones de la Trocha.

El 25 de noviembre, acampados en el potrero de la finca La Matilde, ocurrió un hecho de indudable valor histórico y cultural: la creación del Himno Invasor por el capitán camagüeyano Enrique Loynaz del Castillo.

En el campamento de Ciego Escobar, Maceo recibió comunicaciones importantes del General en Jefe Máximo Gómez, conducidas por el coronel moronense Nicolás Hernández Moreno, El Tocayo. Ya estaba próximo a la Trocha el contingente invasor. El 27 la tropa se instala en El Colmenar, territorio de la actual provincia avileña, donde pernoctaron.

El 28 continúan rumbo a Santo Tomás. Al arribar al lugar conocido como Artemisa, el mando cubano se informó acerca de la defensa de la Trocha por patriotas avileños y, especialmente, de las disposiciones que habían adoptado los españoles para impedir el cruce de los mambises, informaciones de mucho valor que posibilitaron determinar que la hora más adecuada para cruzar la línea defensiva era el amanecer. Además, se enteraron que por los alrededores de Ciego de Ávila operaban fuertes contingentes comandados por dos generales españoles

Después de medianoche se ordenó la marcha. La columna cabalgaba en absoluto silencio y a paso lento para no hacer ruidos. Las avanzadas reconocían el camino cautelosamente para evitar ser sorprendidos por alguna emboscada del enemigo. La noche era oscura y sólo el ladrido de los perros avisaba que había una choza o sitiería, a las que se dirigían las avanzadas con la precaución debida.

En la madrugada del 29 de noviembre de 1895, la columna se hallaba ya junto a la famosa Trocha Militar. Todo indicaba que los soldados no habían notado la proximidad de las fuerzas mambisas. Ya con el amanecer se podían ver los fortines enemigos envueltos en las húmedas nubes de la mañana.

Trocha artículo de periódicoRecorte de la prensa de la época sobre el suceso.

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Silenciosamente una de las avanzadas cortó las alambradas que obstaculizaban el paso. Tan pronto se concluyó esta operación, la vanguardia de la columna, que esperó con sigilo cualquier sorpresa, comenzó a cruzar la línea fortificada, pasó el foso y se desplegó en orden de batalla.

Desde el fuerte La Redonda fueron avistados los invasores y abrieron fuego, siguiéndole otros. Pero ya era tarde, la columna se encontraba en la parte occidental de la línea que dividía a ambas provincias, es decir Camagüey y Las Villas. Los soldados enardecidos, prorrumpieron en vítores de ¡Viva Cuba! y después resonaron atronadores aplausos.

A los disparos los cubanos no le hicieron caso, no se dignaron en hacerles el honor de una sola bala. Los españoles solo oyeron los acordes del Himno bayamés que la banda de música que acompañaba a los mambises comenzó a interpretar.

Pasada la Trocha, después de unas dos leguas de marcha, se hizo un alto con el propósito de enviar un correo a Máximo Gómez para informarle acerca del afortunado cruce. Al mismo tiempo, la comunicación de Maceo se cruzaba con otra enviada por el Generalísimo.

El correo del Jefe del Ejército Libertador informaba que se encontraba acampado a media jornada. El Titán ordenó de inmediato la marcha hacia el campamento de su querido y entrañable jefe y amigo, de su maestro, al que cariñosamente llamaban los mambises “El Viejo”.

La frontera fortificada de Júcaro a Morón (Cuba). De su estricta espacialidad a su permeabilidad social. Consulte el artículo aquí

Y, efectivamente, aquel memorable 29 de noviembre los dos caudillos de la invasión se abrazaron en la finca San Juan. Era el abrazo de la unidad en medio de gritos de entusiasmo de oficiales y soldados. Una resolución mejor que los discursos y que los vivas frenéticos que atronaban el espacio, era la resolución firme que se veía, según lo escrito por testigos presenciales en todos los rostros. “¡Hacer la guerra a España a sangre y fuego, hasta obtener la absoluta independencia de la Patria!”.

Al día siguiente, en Lázaro López, tendría lugar la famosa parada militar donde quedó conformado definitivamente el Ejército Invasor, momento en el que Máximo Gómez, frente al Gobierno de la República de Cuba en Armas y las huestes invasoras, pronuncia su histórica proclama en la que entre otras cosas expresó: “El día que no haya combate será un día perdido o mal empleado”.

Como ha sido tradicional, este 29 de noviembre el pueblo avileño recordará la efeméride con un acto frente al obelisco que rememora el hecho con la participación de los vecinos y niños de las escuelas enclavadas en la comunidad de Santo Tomas y áreas adyacentes. Integrantes de la Asociación Hermanos Saíz y un modulo cultural de la escuela General Antonio amenizaran el mensaje histórico cultural.