Puros de Ciego de Ávila se incorporan al mercado internacional

La UEB Tabaco Torcido Tamarindo perteneciente a la Empresa Agropecuaria Florencia es la primera fábrica de la provincia de Ciego de Ávila, especializada desde hace seis meses en la producción de tabaco torcido destinado a la exportación.

Posee un contrato con la empresa mixta cubana Habanos S.A., a la cual abastece con los surtidos de brevas y marevas. Al día, son alrededor de 700 u 800 tabacos. La mareva sale por el surtido Montecristo No. 4 y la breva por el José L Piedra, vendidos por un valor de 1550.00 CUC y 435.00 CUC, respectivamente, a los almacenes Habanos de Guanabacoa.

Esto se debe a que, en el año 2014 la empresa logró aumentar su plan de siembra de tabaco tapado de 20 ha a 285.73 ha, lo que trajo consigo que en la campaña 2018-2019 fueran cosechadas 438.30 ha, permitiendo la obtención de un 26 por ciento de capa de exportación, muy por encima de las producciones logradas en Pinar del Rio, principal emporio tabacalero de Cuba.

•Sobre los resultados del tabaco en Ciego de Ávila, lea aquí.

La exportación del tabaco no es solo fuente de ingreso para el país o para el municipio, sino para aquellos que los producen. En un surtido de marevas, por cada tabaco se obtiene un total de 0.14 centavos moneda nacional en una norma de 152 tabacos en una jornada laboral; en el caso de la breva, se puede obtener 0.09 al ser producidos 225 tabacos.

Juan Luis Sánchez Cañizares, especialista en calidad, explicó que un buen habano le debe gran parte de su calidad al suelo y el clima donde crece, en el cual tarda de 40 a 80 días para ser recolectado y llevado a las galeras de secado o casas de tabaco, donde las hojas son secadas de forma natural en el proceso de curado. Una vez ocurrido esto, comienza la fermentación. Luego se procede al despalillado, de forma artesanal. Al final pasa a manos de los torcedores que, con años de experiencia, dan forma a cada puro.

En la etapa agrícola ocurre el 375 de las 536 operaciones manuales que son efectuadas durante todo el proceso. Pueden pasar tres años desde la plantación de la semilla hasta el momento en el que el fumador experto logre encender el habano.

Para sostener y a su vez incrementar la producción la empresa tiene un programa de desarrollo hasta el 2030 de 1024 ha de tabaco tapado, así como crear un curso de capacitación para añadir más tabaqueros, mejor preparados y con más experiencia.