Pasos iniciales del mercado cambiario

La parte que le faltaba al rompecabezas del mercado cambiario en Cuba, la venta de divisas por instituciones financieras estatales, ya está integrada a esa ecuación que no debe faltar para un adecuado funcionamiento de la economía nacional.

En el camino que condujo a que este martes en el país 37 Casas de Cambio (Cadeca) y una unidad del Banco Popular de Ahorro en la Isla de la Juventud comenzaran la venta en efectivo de divisas a personas naturales ha tenido que transcurrir un período en que apenas se notan síntomas leves de la recuperación del Turismo y el levantamiento de muchas restricciones de la COVID-19 que ha traído una gradual mejoría en el desempeño de muchas actividades.

Afirman las autoridades que si no fue antes no fue por terquedad, sino porque las condiciones mínimas aún no estaban creadas. Aunque hay decisiones en que es preciso ser audaces porque el “momento ideal” nunca llegará y el factor tiempo resulta vital.

La escasez crónica de divisas que afronta el país ante el cierre de canales oficiales como Western Union, a través del cual, según algunas estimaciones, entraban más de 3000 millones de dólares; un turismo todavía bien lejos de los casi cinco millones de visitantes recibidos al cierre de 2018, a lo que se suma o más bien es un efecto de lo anterior: un mercado parcialmente dolarizado, más poca oferta de moneda libremente convertible (MLC), lo cual conlleva a una demanda alta de divisas.

No cambiará con la medida aprobada la posibilidad de llevar a tarjetas magnéticas los dólares (USD) en efectivo en manos de la población, pues el bloqueo extraterritorial del gobierno de los Estados Unidos permanece intacto en el sentido de la imposibilidad del país de ingresarlos en cuentas de bancos internacionales. La hegemonía de esa moneda como reserva mundial les hace injustamente dueños de las reglas del juego.

Si bien los ministros del Banco Central de Cuba y de Economía y Planificación, durante su intervención en la Mesa Redonda, no ofrecieron cifras desde la apertura de la compra, sí hablaron de “resultados favorables” que les llevaron a recaudar en pocos días 10 veces más a lo comprado en un mes por la tasa de 1.00 USD por 24.00 pesos cubanos (CUP), muestra también de que muchas personas apuestan por la legalidad.

Será por principio un mercado cambiario sustentado por sí mismo, pues no competirá por las divisas necesarias para comprar recursos como combustibles, la canasta básica o medicamentos.

Como todo paso sin precedentes entraña riesgos y distorsiones que sobre la marcha con la efectividad de las medidas deben resolverse, ya que las personas pueden beneficiarse de la tasa de 1.00 USD por 120.00 CUP en la compra de recursos más o menos subsidiados como combustibles, pollo, electricidad, gas, ofertas en tiendas en moneda nacional (aunque muy limitadas actualmente).

La compraventa de divisas por el Estado no puede entenderse como una medida aislada, sino parte de un entramado o paquete anunciado en la última sesión de la Asamblea Nacional, entre los que se inserta la inversión extranjera al Comercio Interior (mayorista y minorista) en pos de un proceso integral de recuperación de la economía cubana.

En materia económica incrementar y sostener la oferta en pesos cubanos será un mecanismo importantísimo para hacer más atractiva la venta de divisas por parte de la población, y a la vez uno de los desafíos del gobierno en llegar al objetivo de comprar más de lo que se vende, para con ese superávit en monedas duras prefinanciar a la industria cubana, que en algunos casos muestra obsolescencia, pero en otras capacidades subutilizadas.

El aumento de la productividad y la eficiencia del trabajo son otras de las piezas que le faltan a la economía nacional para florecer y desarrollarse. El mercado cambiario es el primer paso, los derroteros nos traerán otros obstáculos a sortear, con inteligencia, realismo y sentido de urgencia. Cuba lo necesita.