Métodos incorrectos repercuten en objetividad de planes agropecuarios

El burocratismo y el insuficiente vínculo con las bases productivas lastra la autoridad de los cuadros y la satisfacción plena de las demandas de consumo de alimentos del pueblo en Ciego de Ávila

Reimpulsar la producción de alimentos en Cuba, a partir de planes que estén en correspondencia con las tierras disponibles en los municipios del país, constituye prioridad en tiempos en que múltiples obstáculos de carácter objetivo se interponen en el propósito declarado de incrementar la superficie sembrada, las ofertas y la ansiada disminución de los precios de los alimentos.

En un contexto sumamente complejo, tanto hacia adentro como en el ámbito internacional, a valladares como la insuficiente generación de energía eléctrica, la carencia de combustible, insumos, partes y piezas de repuesto, y la prolongación de la sequía hidrológica, se agregan factores cuya solución depende de la actuación consciente de los hombres y mujeres, y especialmente de los cuadros y especialistas del sistema de la Agricultura.

Clara evidencia del panorama económico y social que hoy impide mayores y mejores dividendos se aprecian en la central provincia de Ciego de Ávila, una de las más agraciadas del territorio nacional, si de tierras fértiles se trata, para multiplicar las cosechas en los surcos.

Sin embargo, los planes de producción, concebidos en los 10 municipios avileños, distan de las reales potencialidades del territorio, decisivo en Cuba a la hora de concretar con hechos el propósito de disminuir el trecho distante entre las demandas del pueblo y las producciones.

No se trata de no se avance en la búsqueda de la eficiencia económico-productiva, pero el método de elaboración de los planes que anteceden a las campañas agropecuarias —como ocurre ahora que inició la de frío—, se erige en obstáculo salvable, apenas con eliminar el burocrático proceder de concebir esos planes desde el interior de las oficinas de gobierno.

Sobran los ejemplos de tal proceder, como lo demostró el viernes 12 de septiembre, una amplia comitiva que encabezó Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de la República.

Uno de los más llamativos, precisamente, es el que indica que más de un millar de solicitudes de tierra no han recibido respuesta, cuando áreas considerables en condiciones de ser explotadas permanecen vacías.

De ahí que el alto dirigente cuestionara el viejo hábito de dar solución a las problemáticas desde las oficinas porque “la autoridad de los cuadros se gana en la base”, enfatizó, al tiempo que destacó la importancia de vincularse mucho más con el sector campesino y cooperativo.

Ante cuadros de la agricultura provincial y municipal, empresas agropecuarias, gubernamentales y políticos, además de líderes y productores de base, esclareció el método a seguir: “Lo correcto es que el plan se discuta con la Junta directiva y los trabajadores, tiene que ir a la base el intendente, la delegada o delegado municipal de la Agricultura que lleva el control de las tierras, una representación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP)cuando se trate de una cooperativa, el director de la Empresa, el del Sindicato Agropecuario...”

Tapia Fonseca dio por sentado que los resultados se multiplicarían, tanto el área sembrada, como los quintales de viandas y vegetales, litros de leche vacuna y toneladas de granos y carne, entre otros renglones esenciales, si todos esos factores, unidos, contactan en el escenario de la producción con la Junta Directiva, y después, intercambian con las respectivas asambleas de asociados para dictar las pautas a seguir, de común acuerdo.

A modo de ilustración, el cónclave pudo conocer el contraste evidenciado en dos unidades productoras de un mismo municipio, Baraguá. Mientras la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Comandante Guevara proyecta sembrar como promedio 11 hectáreas (ha) mensuales, la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Evelio Marrero, se propone apenas 2 ha.

Más allá de las reflexiones que originó la abismal deferencia, trascendió que, con algunas excepciones, los planes de las unidades productoras no se corresponden con las necesidades que tiene el pueblo.

Sin embargo, en un sector decisivo como lo es AzCuba, se paga mucho más por las entregas de alimentos esenciales como el boniato, el plátano, la malanga y el arroz, que el precio establecido para la caña de azúcar, evidencia de que existen los imprescindibles estímulos financieros para incrementar los cultivos.

Obviamente, prevalecen las confusiones cuando procede entregar la tierra disponible, de modo que Ydael Pérez Brito, Ministro de la Agricultura, recordó a los presentes las tres variantes establecidas para conceder y garantizar la explotación eficiente del preciado recurso.

Al respecto, refrescó el contenido de documentos legales. En ese sentido, comentó la importancia de crear colectivos laborales, a tenor con la Resolución 600 del Ministerio de la Agricultura; la entrega de tierras en usufructo, y la aplicación del Decreto Ley 310 del Consejo de Ministros, en función del fomento de la llamada agricultura por contrato, es decir, la producción cooperada mediante encadenamientos.

Tras un prolongado debate, sobre la mesa de las urgencias se sirvieron algunas interrogantes, a las cuales urge ofrecer respuesta positiva en los municipios:¿Cómo se aplica el Decreto Ley 76 del Consejo de Estado “De las cooperativas agropecuarias”?¿Se atiende a las bases productivas cómo se debe? ¿Se aprecia efectividad en la atención a los sistemas alimentario locales? ¿Dónde se aprueba el plan de la economía? ¿A dónde van las producciones locales? ¿Van todos los meses a las cooperativas, los que tienen la responsabilidad de acudir a esos escenarios, intercambiar y discutir allí los problemas?

Al calor del intercambio afloraron trabas cuya solución no admite demoras, una de las más llamativas entorpece el empuje productivo de la CPA Jesús Menéndez, en el municipio de Chambas.

yaikelYaikel Castellanos Núñez dio cuenta de una larga cadena de trámites infructuosos

En ese entorno obtienen medio millar de litros de leche por día, pero el hacinamiento pone en peligro la existencia de la masa vacuna, pues no disponen de áreas vacías, ni tienen espacio suficiente para situar el ganado; incluso, si persiste la sequía hidrológica, pueden incrementarse las muertes de vacunos.

Tal situación contrasta con las gestiones infructuosas que en los últimos años han realizado, sin que en ninguna instancia del país se haya dado solución a la solicitud de tierras adicionales que tanto necesitan, como lo expuso vehemente ante el cónclave Yaikel Castellanos Núñez, presidente de la CPA.

De las complejas situaciones que en los surcos encaran campesinos y cooperativistas también reflexionaron los asistentes. Varias intervenciones giraron en torno a los impagos.

Solo a quienes ya están inmersos en el fomento de los semilleros de tomate, una cosecha que debe arrancar en noviembre en el municipio de Majagua, se les debe 109 millones de peso por parte de la Empresa de Conservas y Vegetales.

impagosEl sector presupuestado también debe cuantiosas sumas a los productores

Con razón, Arianna Pérez León, presidente de la ANAP en el territorio, argumentó cuánto repercute el atraso en el ánimo de los agricultores y en la efectividad del trabajo político que corresponde a dicha organización.

Al respecto, el viceprimer ministro alertó acerca de la importancia que reviste la preparación empresarial de cara a cada campaña y exigió la aplicación del Código de procesos a los cuadros que violan el pago en tiempo a los productores, toda vez que se trata de una indisciplina grave “y no pasa nada”.