A las causas y consecuencias de esta problemática dedicó el mayor tiempo el balance anual del sistema de auditoría en la provincia, que presidió Gladys Bejerano Portela, contralora general de la República de Cuba
Que una valoración del trabajo no se ande con medias tintas e insista en las deficiencias que dependen de la voluntad de los actores del sector es hábito nuestro de cada temporada, cuando se hace el recuento crítico de lo que se hizo —y sobre todo de lo que pudo ser, pero no fue—, en cuanto a resultados, tal y como se apreció en el balance anual del sistema de auditoría en Ciego de Ávila.
Pero a los presentes no sorprendió que, en la concurrida reunión, presidida por Gladys Bejerano Portela, contralora general de la República de Cuba, ocupara el mayor tiempo de los debates la drástica disminución de auditores, luego de 12 meses en los cuales de 172 plazas, apenas se contó con el 58 por ciento, o lo que es lo mismo, apenas laboró un centenar de auditores.
Tampoco resulta una sorpresa para Invasor, si se remite a balances anteriores, los de 2020 o 2022, por ejemplo, ocasiones en las que esta problemática también preocupó a la “tropa” que encabeza Odalys Marta Ordaz García, contralora jefa provincial.
Esta vez, la letra del informe daba por sentado las causas de la acentuada tendencia a la depresión de las plantillas del sistema: baja graduación de técnicos medios en Contabilidad, escasa motivación de los estudiantes para insertarse en la actividad de auditoría, deficientes condiciones de trabajo, insuficiente percepción de algunas administraciones acerca de la importancia del auditor interno y tampoco motivó la poca remuneración salarial en el caso de las entidades presupuestadas.
Entre los escenarios que acusan el mayor déficit en las plantillas sobresalen el gobierno provincial, la agricultura, la industria alimentaria y el turismo.
En este último, el grupo hotelero Gran Caribe no tiene auditores de base en cinco hoteles del polo turístico Jardines del Rey y solo tiene auditores internos en Emprestur y Palmares.
A las interrogantes de Bejerano Portela: “¿Por qué la gente se va? ¿Por qué no se quieren mantener en el sistema?”, le sucedieron intervenciones que develaron la coexistencia de escenarios con disímiles resultados, unos positivos, otros en el lado opuesto.
Ramón Reyna, director de la Unidad Central de Auditoría Interna (UCAI) del Gobierno, habló de 15 bajas en el 2023, mientras no se produjo ninguna alta “en el sistema nuestro”. Reconocía que se trata del peor momento y se permitía, además, la observación de que cuando se crearon las unidades municipales fue posible establecer ocho, “hoy nos quedan cinco y sabemos que vamos a perder otra totalmente” (Baraguá).
En su consideración nada pesa tanto en el negativo panorama como la falta de acompañamiento que necesitan los auditores de parte de los respectivos cuadros administrativos. Para ilustrarlo, dijo que de los delitos detectados en la etapa y referidos en el informe anual, “dos los detectó nuestro sistema y nueve hechos de corrupción administrativa fueron aprobados en el Consejo provincial, así que adolecemos de ese acompañamiento”, deficiencia que se percibe mayormente en los municipios, aunque no es ajena a ninguna instancia.
Sin embargo, Fidel Contreras, jefe del departamento de Auditoría que el Ministerio de la Construcción (MICONS) tiene en la provincia, refirió una situación diametralmente opuesta: “Tenemos un grupo de auditoría que es estable, que desde que se formó la Empresa de Construcción y Montaje en 2014 cuenta con los cuatro auditores y el jefe de departamento. Tenemos laptop y a los auditores se les compró motorinas para realizar el trabajo…”, en resumen, condiciones de trabajo de excelencia que les facilitan extender su labor a las ocho unidades empresariales de base que funcionan en su radio de acción.
Las complejidades por las cuales atraviesa el ejercicio de las funciones del auditor, motivaron amplias e ilustrativas reflexiones de la contralora general de la República de Cuba, quien demostró al plenario que el cambio que demanda la máxima dirección del país incluye ser más exigentes y rigurosos por parte de los auditores y también por quienes deben controlarlos.
Recordó que, en cumplimiento de lo que está establecido en ley, el auditor se subordina —no solo en los municipios, también en las empresas—, al jefe máximo de la entidad. “Tiene que tener puerta abierta para poder hablar, despachar con su jefe; y decirle las preocupaciones, si aprecia algún problema, aunque aún no haya efectuado la auditoría”, o bien sugerir que se trate determinado tema en el consejo de dirección “porque el auditor, como puede ser el jurídico, el contador, son asesores de los directores y tienen la ventaja de no estar parcializados. Modestamente, respetuosamente, en el momento oportuno, el auditor debe relacionarse con el jefe”, recalcó.
Asimismo, “un jefe que tenga conciencia de lo que para él pueda significar el auditor, lo invita a las reuniones más importantes, porque un auditor sin información no es nada, tiene que estar delante de los problemas, entonces hay que ganarse eso, aunque tenemos ese derecho hay que convencer de por qué. Hay que saber ganarse el lugar que nos corresponde, lo que haya que decir hay que hacerlo con respeto y en el momento oportuno. Yo creo que hay gente que no les interesa el control, pero yo creo que no siempre individualmente hemos actuado bien”, concluyó.
Dijo que los auditores no están solo para enfrentar y para detectar delitos, “también la victoria está en evitar el delito” y resumió que “un buen auditor es un maestro que dice esto está mal, pero no se limita a eso, demuestra por qué lo está, facilita la resolución legal y dice: vamos a analizarla, vamos a verla, aun las cosas más difíciles”.
“Tenemos que ser muy sistemáticos y transparentes con los jefes, agotar todas las posibilidades, pero cuando no podamos más tenemos que acudir a la Contraloría General de la República porque la Contraloría atiende metodológicamente y supervisa el sistema nacional de auditoría”.
Bejerano Portela alertó acerca de los escasos ejercicios de control concurrente registrados el pasado año en la provincia. En tal sentido, argumentó que mediante el control concurrente se contribuye a la prevención, y que en esos momentos el auditor interno asume el papel de líder en el trabajo de equipo.
Para nada casual resultó que Darlam Dalmau Palomino, vicecontralor general de la Contraloría General de la República, “desempolvara” lo que establece la Ley 158 del año 2022. De la Contraloría General de la República y el Sistema de Control Superior de los Fondos Públicos y de la Gestión Administrativa, en el sentido de que la unidad de auditoría se subordina a la máxima autoridad administrativa, que en el consejo de la administración municipal es el intendente, pero el saldo, favorable o negativo, “depende de la atención que desde la administración se le dé a estas estructuras y la prioridad que se le dé al control que se ejerce a través de la auditoría”.
Trascendió que, al cierre de 2023, el sistema de auditoría en Ciego de Ávila ejecutó 121 acciones de control, de ellas, recibieron calificación de deficiente 30, y mal, tres; fueron ejecutadas 13 comprobaciones y 11 visitas de supervisión y control. Se determinaron daños económicos por un importe de 97 millones 603 548.88 cup y perjuicios económicos ascendentes a un millón 746 000.00 pesos.
“Lunares” que no constituyen novedades vuelven a entorpecer la gestión integral, entre ellos, incumplimientos en la actividad contractual, planes de prevención de riesgos no efectivos, incumplimiento de las normas de consumo de combustible, sobre ejecución del presupuesto y el hecho de que no se encuentran implementadas en la mayoría de las entidades sistemas de costo, influyendo negativamente en los precios de productos y servicios.
Preocupa que la mayor ocurrencia de hechos se localice, una vez más, en el sector del comercio y la gastronomía, y que en la mayoría de los casos y situaciones se aprecie una tendencia justificativa de los directivos, quienes en cuanto a la afectación económica, alegan que las sumas o parte de ellas fueron repuestas.
Cuando el 2024 transita por el cierre de su primer trimestre, el sistema de auditoría en Ciego de Ávila intenta ampliar sus efectivos, a partir de cursos de habilitación y especialización de auditores de la enseñanza técnico-profesional, continúa la capacitación de los auditores acerca de las nuevas legislaciones emitidas, contribuye al logro de la efectividad autocontrol y la adecuada aplicación de la guía de control interno en las entidades con auditores de base, sin obviar la incorporación de estudiantes a las acciones de prevención y control, como parte de la práctica preprofesional, además de proyectar el inicio de la carrera de ciclo corto en Auditoría el venidero septiembre.
El plenario escuchó el parecer de los más jóvenes
Por el destacado desempeño el pasado año, se otorgaron reconocimientos al Grupo de Auditoría del MICONS, a las unidades de auditoría interna de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria y Gran Caribe, en el caso del sector turístico, y al Grupo de auditoría de Comcávila.
También presidieron el encuentro Inés Arteaga Jorge, funcionaria del Comité Provincial del Partido, Ángel Bautista Aragón César, coordinador de programas y objetivos del gobierno provincial, Katia Pérez Hernández, vice contralora provincial, y como invitada, María Victoria Sifontes Ayup, fiscal jefa provincial.