Lo adverso se enfrenta trabajando

Prever no puede generar alarma ni desasosiego cuando lo sensato es prepararse a tiempo para enfrentar coyunturas adversas desde el punto de vista económico con repercusión directa, en mayor o menor grado, sobre todas las esferas de la vida social.

Tal es el mensaje que deja el intercambio a que convocó la máxima dirección de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Ciego de Ávila, encabezada por Raúl Pérez Carmenate, con participación de los diez municipios y de la red de empresas asentadas en el territorio, tanto de subordinación nacional como local, para perfilar, entre otros asuntos, ideas que permitan contrarrestar el impacto que podrían tener fenómenos como el descenso en los niveles de portadores energéticos sobre las actividades productivas y de servicios.

Si algo dejaron bien claro las valoraciones, es que corresponde a los directivos valorar de modo objetivo el combustible y la energía que reciban, destinarlos a lo en verdad más prioritario, asegurar un uso eficiente de esos recursos, y mantener un control estricto sobre ellos, de manera que la provincia mantenga vitalidad en sus procesos, con la menor afectación posible para la población, que, dicho sea de paso, también deberá tener una postura consecuente y madura en términos de ahorro y austeridad.

No por gusto se habló desde la necesaria cooperación que deberán ofrecer autos estatales y ómnibus pertenecientes a empresas, en caso de afectaciones en el transporte, hasta de llenar, con alternativas criollas, el déficit de pienso para la alimentación de animales cuya carne el territorio debe seguir produciendo a toda costa en función de la alimentación humana.

Lamentablemente, y a diferencia de etapas anteriores, en el primer trimestre del año los indicadores económicos fundamentales no fueron todo lo favorables que se previó en plan.

soldador Problemas objetivos reales con determinados recursos, el siempre impredecible y evocado clima, así como insuficiencias de orden organizativo y de permanente control, han conllevado a que las ventas netas hayan cerrado marzo al 96,9 por ciento, con unos 36 millones de pesos por debajo de lo propuesto, del mismo modo que el valor agregado bruto y la utilidad antes de impuesto, con por cientos de 89,7 y 92,5, de forma respectiva.

Esa irregularidad en las ventas netas enrola a 19 empresas y organismos de subordinación nacional, entre los que llama la atención por su delicada situación la azucarera, fenómeno al que no escapan otras 13 de vínculo local, con el panorama más preocupante en la Empresa Productora de Materiales de la Construcción, una de las tres que, además, registra pérdidas, junto a la de Campismo Popular y a la Agropecuaria Arnaldo Ramírez, con tendencia a mejorar esta última.

Como es de suponer, situaciones así no son precisamente buenas para enfrentar los momentos duros que podrían sobrevenir, en medio del panorama internacional actual y, en particular, de la creciente agresividad de la administración norteamericana contra Cuba y países amigos del continente, realidades que nada tienen que ver con indisciplinas como las que giran en torno a los 829 955 pesos pendientes de cobro (25 751 en cuentas vencidas ya) y los 335 723 que esperan por ser pagados, entre empresas.

Tampoco es bueno que 16 entidades reporten utilidades por encima del 120 por ciento, con casos como el de la Empresa de Materiales de la Construcción (883,7 por ciento), la Agropecuaria Cubasoy (al 614) o la Constructora de Obras para el Turismo y la Ciegoplast, superiores al 200 por ciento en ambos casos.

Prepararse con solidez significa no estar tranquilos con exportaciones que representan el 78,6 por ciento de lo potencialmente posible de acuerdo con los fondos de la provincia, o de niveles que también pudieran ser mejores en lo que a sustitución de importaciones respecta.

Mayo, junio y los meses venideros, en fin, pueden tornarse un poco más “apretados” en materia de recursos; pero si una provincia tiene reservas productivas, infraestructurales y humanas para “zafarse” mejor de lo adverso es Ciego de Ávila. Por ello, a pesar de la crudeza con que fueron abordados esos temas, predominó el optimismo que Cuba no perdió ni en los momentos más aciagos del Período Especial iniciado en la década de 1990.

La fórmula, por cierto, para salir adelante, no hay que importarla. Es auténticamente nacional y se resume en una palabra: trabajar.